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Quirós no viajó a Asturias porque quería ver los partidos de la Selección en Resistencia, donde nació y vive. (Foto: Archivo)
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iudad Juárez, Chihuahua. 12 de julio de 2014. (RanchoNEWS).- El escritor chaqueño obtuvo el premio a la primera novela de género negro por No llores, hombre duro, pero no en España: se quedó a ver el Mundial. «Si vas a escribir policial, no te queda más remedio que hacer algún disparate en el medio», dice. Una nota de Silvina Friera para Página/12:
La final de dos mundiales coinciden. Mañana al mediodía termina la XXVII Semana Negra de Gijón, una gran fiesta de la literatura policial que en esta edición contó con Argentina como país invitado de honor. El «pavote» de acento chaqueño –difícil transmitir la gracia con la que se denigra– decidió no viajar a Asturias por una razón: quería ver los partidos de la Selección nacional en Resistencia, donde nació y vive. Hace dos meses, cuando su mujer escuchó la explicación, lo fulminó con un adjetivo: «Estúpido», le dijo. Mariano Quirós obtuvo por unanimidad uno de los reconocimientos que entrega anualmente este festival, el Premio Memorial Silverio Cañada a la primera mejor novela de género negro por No llores, hombre duro (Eduvim). «‘Es como dicen de los esquimales: sólo ellos, que han nacido en el frío, pueden vivir en el frío sin volverse locos. Acá pasa igual, pero al revés’, piensa Emilio Reyna y se limpia con una mano el sudor del cuello. Acá es Laguna Fría, un pueblo perdido en medio del Chaco.» Así empieza esta novela que el autor define como un «gótico chaqueño».
Quirós cuenta que su amigo, el escritor Miguel Angel Molfino, vía correo electrónico desde Gijón, le dio la buena noticia. «Que me haya avisado Molfino, que es una especie de gran maestro zen literario de Resistencia y de todo el Chaco, me emocionó más aún. Como los saludos de Leo Oyola y de Juan Sasturain, con tanta sinceridad y buena onda, que me ponen más contento.» Nunca había escrito una novela policial. Lo hizo por insistencia de su maestro zen. «Molfino me insistía que me abocara a escribir un policial porque era lo más divertido de escribir. Entonces le dije: ‘Voy a ver qué puedo hacer’. En realidad no fue nada divertido, fue horrible porque me costó más de lo que me imaginé. Por suerte al mismo tiempo estaba escribiendo la novela Tanto correr, donde me sentía más cómodo.» Una película de Michael Winterbottom, inspirada en El asesino dentro de mí de Jim Thompson, le sirvió como brújula ambiental. «Tiene unas escenas de gótico sureño, una atmósfera medio opresiva de los paisajes calurosos, que asimilo mucho al paisaje chaqueño, que es espantoso. Pero dentro de ese espanto tiene una especie de belleza espantosa», plantea el narrador, autor de Robles (2008), Torrente (2010) y Río Negro (2011), entre otros títulos.
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