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En el entierro se encontraron numerosas ofrendas y figurillas junto con los restos óseos. (Foto: INAH)
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iudad Juárez, Chihuahua. 24 de julio de 2014. (RanchoNEWS).- Investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia hallaron un entierro con ofrendas y restos óseos en la pendiente de un lomerío de El Rosario, al sur de Sinaloa. Una nota de la redacción de Milenio:
Por las características del hallazgo, los investigadores consideraron que se trata de un entierro perteneciente a la tradición de las tumbas de tiro; se trata del entierro con ofrendas más antiguo encontrado en Sinaloa, ubicado en los límites de Mesoamérica.
Por la cantidad y calidad de ofrendas que acompañan a los restos parece indicar que se trata de la Tumba 1 de Chametla, ya que al parecer corresponde a personajes importantes de la cultura que antecedió a las ocupaciones conocidas en Chametla, asentamiento prehispánico con características sedentarias más antiguo de esa entidad (de 350 a 450 d.C.) localizada en el Trópico de Cáncer.
Según el INAH, el descubrimiento superó las expectativas de la investigación, que inició como un rescate arqueológico, ya que al momento de avanzar la excavación comenzaron a surgir vestigios arqueológicos que no se habían visto en Sinaloa, informó el arqueólogo Víctor Joel Santos Ramírez, director del proyecto.
Según detalló el instituto, primero se encontraron decenas de figurillas miniatura, de entre 3.5 y 7 centímetros de largo por 3 centímetros de ancho, la mayoría representaciones femeninas y en menor cantidad de personajes tocando instrumentos de viento y de percusión. «En ninguna otra excavación en Chametla se habían encontrado figurillas en tales cantidades y con inusitadas características, lo que hizo pensar que se trataba de una importante ofrenda, por eso decidimos realizar una investigación sistemática de primer nivel; sabíamos que podíamos encontrar elementos más importantes, no nos equivocamos», dijo Santos.
La excavación se realizó con técnicas modernas de fotogrametría, a cargo del arqueólogo Gibrán de la Torre. El lugar del hallazgo fue cerrado y está monitoreado por el INAH, los materiales son restaurados y estudiados en el laboratorio de la Zona Arqueológica Las Labradas, en Sinaloa.
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