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Carnero y Schcolnik, directores de Espacio Enjambre, se aproximan a lo literario desde una noción amplia.
(Foto: Rafael Yohai)
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iudad Juárez, Chihuahua. 25 de julio de 2014. (RanchoNEWS).- Desde hoy hasta el domingo, el espacio de investigación propondrá diálogos abiertos, espectáculos, una muestra y una feria del libro en la que participarán editoriales independientes. Una nota de Silvania Frieira para Página/12:
El pulso de la búsqueda –las incisiones, las huellas, los ecos que soporten la intemperie– comenzó hace un año cuando lo que había sido una fábrica de letreros luminosos en el barrio de Palermo se transformó –por obra y gracia de dos eclécticos poetas, Victoria Schcolnik y Marcelo Carnero– en un centro de investigación sobre escritura. Para festejar este itinerario se realizará el Primer Festival Espacio Enjambre, Hacia una afuera de la escritura, que empieza hoy y terminará el domingo, con diálogos abiertos, espectáculos, una muestra y una feria del libro en la que participarán las editoriales Adriana Hidalgo, Caja Negra, Mardulce, Beatriz Viterbo y Gog y Magog.
El escritor Alberto Laiseca narrará cuentos de terror en la piel de El Conde Laisek; la escritora chilena Diamela Eltit revelará cómo construye un adentro de la escritura en una entrevista por Skype; Liliana Herrero conversará acerca de la voz con otra cantante, Nadia Larcher; el actor y director Rubén Szuchmacher, el artista visual Pablo Lehmann, el escritor Julián López y la filósofa Alejandra Tortorelli reflexionarán sobre lo escrito, lo dicho, lo leído, lo escuchado. La diversidad de actividades programadas incluye teatro kamishibai para chicos de Carmen Kohan, lecturas de narradores contemporáneos y ediciones especiales de los ciclos más exitosos de Enjambre: «Las cartas sobre la mesa» donde la tarotista Victoria Arderius entrevistará a la escritora Cecilia Szperling, y «Rojo», una propuesta de lectura centrada en textos y autores que toman el hecho criminal como materia prima de su escritura.
Esta primera edición se iniciará a las 17.30 con Lucía en el kamishibai de Kohan, una obra que utiliza la técnica de kamishibai –drama de papel, proveniente de Japón–, títeres de papel y narración oral. Luego, a las 19, llegará el diálogo cruzado entre Szuchmacher, Lehmann, López y Tortorelli. Para finalizar la primera jornada, a las 20.30 se presentará «Las cartas sobre la mesa». Sobre las paredes del Espacio Enjambre se desplegará la muestra Mudanzas-Cartografías de la memoria, de María Laura Valentini. Roque Larraquy, Leonardo Sabbatella y Ariadna Castellarnau leerán textos de sus libros Informe sobre ectoplasma animal (Eterna Cadencia), El pez rojo (Mardulce) y Quema –que será editado el próximo año por Gog y Magog–, el domingo a las 17.30, con ambientación visual de Clara Gábor, y además recomendarán títulos que se encuentran en la feria de libros.
Schcolnik plantea a Página/12 que organizaron los contenidos de este primer festival sobre escritura «como si trazáramos un mapa que se sostiene en los distintos puntos de abordaje sobre la materia en cuestión». «Pensamos cada invitado y su respectivo formato para que el público pusiera en duda sus ideas acerca de la escritura y la literatura. En ‘Las cartas sobre la mesa’, elegimos un saber del margen –el tarot– para, en este caso, preguntar acerca de la obra y vida de la escritora Cecilia Szperling. Y en ‘La conversación cantada’ invitamos a Liliana Herrero a dialogar sobre la voz, porque creemos que no podemos dejar de lado las potencias creativas de la oralidad, siendo que también se construye con los usos y desusos del lenguaje.»
«Sentimos que, después de un año transitado, teníamos que volver a reforzar la idea germen. Quizás a la gente le parezca poco tiempo un año, pero pasaron muchas cosas y todas intensas –comenta Carnero–. El formato del festival nos permite condensar en tres jornadas todo lo que pensamos en un principio, sumándole la porción de experiencia que adquirimos en este tiempo. Volver a sentir que el rumbo es el que nos trazamos. Como si hubiésemos lanzado una flecha al espacio que se torció un poco en su trayecto y tuviéramos la posibilidad de frenar el tiempo, ir y volver a apuntarla hacia el blanco.»
Como el centro de investigación que lo organiza, el Primer Festival Espacio Enjambre se aproxima a lo literario desde una noción amplia de escritura. «El lugar que le damos a la escritura no está en el centro de la escena –explica Carnero–. Para nosotros, no se reduce al simple hecho de sentarse a escribir. Hace un tiempo, caminando por París, nos paramos a mirar una vidriera en la que había unas tablillas, que a simple vista parecían paisajes pintados. Eran bellísimas. Al pasar otro día por ahí, volvimos a mirarlas y decidimos entrar a la galería a preguntar el nombre del artista. Nos enteramos de que eran fragmentos de mármol de unas cuevas marinas de Italia y de que los paisajes eran el trabajo que el tiempo, la erosión, el agua hacían sobre la piedra. Ese para nosotros es un afuera de la escritura, su intimidad y su intemperie.» Carnero coordina junto a Selva Almada el ciclo «Rojo», que invitará a los escritores Patricio Eleisegui y Natalia Rodríguez Simón, autores de Envenenados y La vi mutar, ambos publicados por la editorial Wu Wei, a leer sus textos.
¿Este festival se hará una vez por año? «Queremos darle una periodicidad, pero al no contar con ningún apoyo institucional ni económico preferimos ir paso a paso –responde Schcolnik–. Si bien disfrutamos muchísimo del armado y nos gustaría explotar todas las ideas que se nos ocurren para futuros festivales, entendemos que la realidad cultural no siempre es una prioridad en muchas agendas. La primera vez que uno hace algo lo lleva a cabo con la intensidad y la torpeza de lo inaugural. Por eso, tomaremos estos tres días como un aprendizaje para seguir expandiendo nuestro proyecto acerca de la escritura, y esperamos que el clima cultural de la ciudad sea favorable.»
* Las actividades son con entrada libre y gratuita, excepto Lucía en el kamishibai (70 pesos para adultos, 50 para chicos) y El conde Laisek (100 pesos), en Espacio Enjambre, Acuña de Figueroa 1656, local A.
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