C iudad Juárez, Chihuahua. 22 de julio de 2014. (RanchoNEWS / De la Redacción).- «Buble Gum», obra escenificada esta tarde en el XXXII Festival de Teatro de la Ciudad, en el Auditorio Benito Juárez, es una muestra de la maestría que ha desarrollado Pilo Galindo como dramaturgo.
La construcción de personajes, su estupendo manejo de los diálogos y la elaboración de la estructura son notables.
«Buble Gum» narra la historia, basada en hechos reales, de Iracheta, un tímido estudiante de preparatoria de 16 años, afecto a dibujar cómic, que es objeto de burla de sus compañeros porque su novia es la Gorda Ramírez, a quien discriminan y ofenden por sus características físicas.
Iracheta habla con su padre para que los cambie de plantel escolar y le escribe una carta a su novia donde le avisa esta noticia y además que anunciara a través de Facebook su rompimiento con ella, pero que eso es falso.
La carta, enviada con una supuesta amiga de su novia, no llegará a su destino y ésta, al enterarse del rompimiento por la red social, se quita la vida ahorcándose en el baño de la escuela.
Él la encuentra y a partir de entonces comienza un diálogo con la muerta, interrumpido cuando Iracheta toma venganza y mata con una pistola a dos estudiantes y a la madre de ella.
La Gorda Ramírez regresa a visitarlo a la cárcel a reclamarle esas muertes, entonces se revela que todo el diálogo con ella sólo ha ocurrido dentro de su cabeza.
Iracheta, en su celda, se da cuenta de su realidad (anagnórisis, según la tragedia clásica giega) y lanza un grito atroz.
Si bien el ahora llamado bulliying contribuye a esta desgracia, la virtud de Pilo Galindo es que no lo convierte por sí mismo en el tema de la obra, sino que resalta el verdadero elemento trágico de esta historia: una carta no entregada.
Además se centra en profundizar en la mente de Iracheta.
Toda una joya de texto.
Lamentablemente la escenificación, dirigida por Abraxas Trías, no le hizo justicia.
Para comenzar los colores usados (aquello parecía un episodio de la Familia Peluche) contradecían el tema tan lúgubre y oscuro.
No centrar desde un principio la utilería del colgamiento (ver foto abajo) y que la mayor parte de la acción se desarrolláse del lado derecho del escenario tampoco fue un acierto.
Como tampoco lo fue el sobreuso de recursos escenográficos, un texto tan poderoso no los necesita.
Los actores Christian Valenzuela y Mónica Dávila cumplieron bien con sus papeles.
El teatro estuvo prácticamente lleno y la obra fue muy aplaudida.
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