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Se ha convertido en uno de los certámenes de fotoperiodismo más antiguos y entre los más respetados, a la par del World Press Photo. (Foto: Tomás Munita)
C iudad Juárez, Chihuahua. 5 de abril de 2015. (RanchoNEWS).- Hacia 1944, impulsado por la Escuela de Periodismo de la Universidad de Missouri-Columbia, se creó el concurso Pictures of the Year International (POY), convertido en uno de los certámenes de fotoperiodismo más antiguos y entre los más respetados, a la par del World Press Photo. Reporta desde la ciudad de México para Milenio Jesús Alejo Santiago.
Cinco años atrás, con la intención de celebrar la excelencia en la fotografía documental y artística de Iberoamérica, Pablo Corral Vega y Loup Langton decidieron crear el POY Latam, un concurso que con apenas dos ediciones ha logrado ser uno de los más grandes y más reconocidos de la región, y cuya tercera edición tendrá como sede San Miguel de Allende, Guanajuato, del 11 al 16 de mayo, con el auspicio del Conaculta, los gobiernos estatal y municipal, la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano y Grupo MILENIO, entre otros organismos nacionales e internacionales.
«Se trata de un concurso de fotografía documental y de multimedia que fue fundado y creado hace cinco años, pero que ha crecido mucho: en la primera edición —celebrada en Quito, Ecuador— participaron alrededor de 600 fotógrafos con más de 17 mil fotos, en la segunda edición —con sede en Fortaleza, Brasil— casi dobló la participación, con mil 300 fotógrafos y más de 33 mil fotos», cuenta Janet Jarman, quien funge como productora del concurso.
Los dos certámenes más reconocidos en el ámbito del fotoperiodismo son el POY y el World Press Photo, siendo el POY Latam una apuesta por reconocer el trabajo de los fotógrafos latinoamericanos, a través del reconocimiento a la excelencia, a la creatividad y a la innovación, pero en especial a la ética en el trabajo periodístico, a decir de la fotógrafa estadunidense, pero radicada en México desde hace más de una década.
El concurso está dividido en 19 categorías, como una apuesta por ofrecer un panorama lo más completo posible de la realidad en la región, por lo que más allá de destacar a alguna de ellas, la productora del evento habla de la importancia de cada una de ellas porque reflejan a la sociedad en la que vivimos, «el rango de emociones, no solo de conflicto o de alegría, de asuntos oscuras o de esperanza».
«Eso es por lo que quiero mucho mi profesión: las fotografías sirven para ofrecer un retrato social, a través de las decisiones que tomamos como seres humanos: las fotos ofrecen la evidencia de lo que estamos haciendo y podemos decidir como seres humanos del tipo de mundo en que queremos vivir.»
Una cultura visual
En un tiempo en que las selfies parecen definir nuestra cultura visual, cuando el acceso a las nuevas tecnologías convierten, solo en apariencia, en fotógrafo a todo aquel que tiene un teléfono inteligente en sus manos, resulta indispensable promover foros de discusión sobre las necesidades y los desafíos de la fotografía en el mundo contemporáneo, reconoce Janet Jarman.
«Es un reto muy importante para nosotros, porque tenemos más y más fotos, y no sabemos cómo definirlo como fotoperiodistas; estamos en una época muy interesante, cuando se está construyendo una nueva cultura visual, tanto entre los profesionales como entre el público, porque los espectadores también deben decidir qué es una buena foto, qué foto es mediocre.
«Ese es un desafío de nuestra profesión y en el concurso será muy interesante el debate, porque como será transmitido en vivo, todos podremos escuchar cómo piensan unos líderes en fotografía a nivel mundial; como profesionales siempre buscamos cómo mejorar, cómo transmitir el mensaje mejor, cómo contribuir a construir esta cultura visual.»
Sin estar presente de manera explícita, el debate acerca de la nueva realidad del fotoperiodismo en la actualidad se dará a lo largo de los cinco días de análisis y discusión en San Miguel de Allende, convencidos los organizadores que para entender mejor lo que está atrás de una imagen es indispensable tener más debates públicos.
«Para mí las fotos buenas son aquellas con las que el espectador se puede conectar, pueden pensar que están en la misma situación, captan la esencia de una escena: se puede enseñar que una imagen tiene mucha información, como las palabras transmiten información, las fotografías también lo hacen y deben de ser imágenes que cuenten una historia.»
Desde la perspectiva de Janet Jarman, la ventaja de la difusión que se puede lograr con el uso, por ejemplo, de las redes sociales, es que se puede alcanzar a más gente. Lo negativo es que esas fotos están allá, afuera, sin control y se puede abusar de ellas de una manera que no es apropiada.
«Eso me preocupa mucho y a mis colegas, porque en nuestra profesión, para ser un buen periodista, para hacer los trabajos bien, de manera profesional, tenemos que construir confianza con la gente y si las fotos, al igual que los textos, están afuera y todos pueden hacer lo que quiera, eso se vuelve muy peligroso.»
Apuesta por la diversidad
En ese reflexión radica parte de la importancia de un certamen como POY Latam, donde se apuesta por construir una plataforma para hablar de una fotografía de excelencia y, con ello, contribuir al debate de cómo mejorar la cultura visual, «porque sin cultura visual, con tantas fotos, vamos a tener mediocridad».
«Somos todos consumidores de mucha información visual y si no definimos eso, vamos a tener contenidos chatarra», cuenta la productora del concurso.
Una de las características del POY Latam es la búsqueda de lo que Janet Jarman define como «la diversa gama de emociones de una sociedad, de ahí que el concurso se integre de 17 categorías, siendo uno de los requisitos que todas las fotografías se hayan tomado en 2013 o 2014, con excepción de las presentadas en la categoría Nuestra Mirada que no tienen restricción temporal. Entre las categorías se encuentran Vida cotidiana, Noticias, Retrato y Deportes, los que se subdividen en imagen individual y serie, además de Fiestas, tradiciones y religión; El mundo de la comida, La mujer en la sociedad o Cuéntanos una historia con tu teléfono móvil. »
A las anteriores se suman reconocimientos especiales como Nuestra mirada sobre Memoria e identidad, en la que se premia a los trabajos documentales o artísticos que reflexionen sobre quién somos y de dónde venimos; el Carolina Hidalgo Vivar de Medio Ambiente, donde se reconoce a un ensayo fotográfico que expanda nuestra comprensión o aprecio por la naturaleza.
Y en especial El fotógrafo iberoamericano del Año, una categoría especial abierta a todos los fotógrafos.
Quienes resulten ganadores en las categorías especiales se harán acreedores a un premio en efectivo de mil 500 dólares, mientras en el resto de las categorías se otorgarán placas y certificados de participación.
«Hay una categoría de multimedia, porque hay muchos fotógrafos, fotógrafas, que hemos estado aprendiendo e impulsando el video y la multimedia, con texto, video y fotos fijas, que ha crecido de una manera muy importante en nuestra profesión», resaltó Janet Jarman.
Proceso abierto al público
La convocatoria del POY Latam 2015 cierra en la primera quincena de abril, a partir de lo cual todo un grupo de colaboradores se da a la tarea de preparar las imágenes y los portafolios que serán juzgados durante una semana en San Miguel de Allende, con la idea de que los integrantes del jurado lleguen a la ciudad directamente a ver las fotografías, en un proceso que será abierto al público, que incluso será transmitido en vivo.
«Pero además, tenemos planes de organizar una exposición en la ciudad con los ganadores de 2011 y 2013, además que colocaremos fotos en toda la ciudad, como una intervención, para celebrar a la fotografía y al documental», en palabras de Janet Jarman, productora del concurso.
Las imágenes serán juzgadas entre el 11 y el 15 de mayo, con la idea de hacer la ceremonia de premiación el día 16, en lo que se propone se convierta en toda una fiesta alrededor de la fotografía, que además sirva como punto de partida para organizar más exposiciones, convertirla en una muestra itinerante.
«Una de las cosas que me gustan del concurso es que tiene categorías innovadoras, diferentes, y eso significa que se puede entrar: no todas las imágenes son de conflictos, a veces se reflejan las causas de los conflictos o los temas que están causando que sea disfuncional una sociedad. Y hay ensayos que celebran a la vida», destacó la fotógrafa.
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