Con su bebé en brazos, la ganadora del Premio Alemán del Libro, Katharina Hacker
DW-World
Mirra Banchón
K atharina Hacker se ha hecho acreedora al Premio Alemán del Libro, un galardón que se confiere desde el 2005 y que a pesar de su juventud, aspira alto.
Por Habenichtse, la novelista alemana Katharina Hacker se ha hecho acreedora al Premio Alemán del Libro. Desde el título de la novela –una palabra creada por la escritora que evoca quizás a una persona que nada posee-, la autora hace gala de la creatividad por la descolló desde muy joven en un liceo de Francfort del Meno. Después de estudiar filosofía, historia y judaística en la Universidad de Friburgo, Hacker que ahora cuenta con 39 años completó su carrera en la Universidad Hebrea de Jerusalén. En 1996 volvió a residir en Alemania, en Berlín. Aparte de su trabajo como novelista, se dedica a traducir literatura del hebreo al alemán.
En la novela ganadora una joven pareja se encuentra el 11 de septiembre del 2001, la noche de los atentados del World Trade Center en Nueva York, en una fiesta en Berlín. Ambos se dirigen a Londres. Allí, paulatinamente, su vida se sale de los goznes.
Se impuso a otros cinco
Según el jurado –compuesto por personalidades del mundo editorial, literario y periodístico alemán-, su postura crítica frente a la sociedad mediática y su magistral manera de describir el modo en que el acontecer internacional determina los destinos individuales llevaron a esta novela a imponerse sobre los otros cinco finalistas. Cada uno de ellos –Thomas Hetche, Ingo Schulze, Sasa Stanisic, Ilja Trojanow y Martin Walter- recibirá 2.500 euros por haber llegado a la recta final de este concurso.
Un premio que aspira alto
Aunque hay cientos de premios literarios en Alemania, el Premio Alemán del Libro espera hacerse merecedor de ser el equivalente al Prix Goncourt francés o al Man Booker Prize británico. A pesar de que empezó a otorgarse bastante más tarde que el premio francés -que galardona anualmente con diez euros y mucha fama desde 1903 a un escritor de lengua francesa- y a estar con sus 25.000 euros bastante peor dotado que el inglés –que premia desde 1969 con 50.000 libras esterlinas una obra en habla inglesa publicada en Reino Unido, Irlanda y los países de la Commonwealth-, el Deutscher Buchpreis tiene buenas posibilidades de convertirse en un sello de calidad tanto para el mercado nacional como para el extranjero.
No le falta calidad…
Raras veces se puede hablar de un éxito de exportación en la literatura alemana más reciente, explica Anja zum Hingst, de la Asociación de editores y libreros alemanes. “No se debe a que falte calidad o creatividad en los autores alemanes, sino a que en el extranjero se sabe poco o nada de los autores alemanes más jóvenes”. Es decir que si alguien fuera del ámbito germano quiere acercarse a su literatura, echa mano a lo conocido, desplazando lo por conocer. Por ello, este premio convoca a las editoriales alemanas, suizas y austriacas a enviar al concurso las mejores novelas publicadas en el último año. En la edición 2006, 120 fueron las participantes.
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El que el ganador se dé a conocer en vísperas de la inauguración de la Feria del Libro de Fráncfort aporta al objetivo del concurso: dar a conocer internacionalmente la literatura del ámbito germano. Y a juzgar por lo sucedido con el ganador del año anterior, vientos buenos soplan para el novel premio: a un año de haber recibido del galardón, el austríaco Arno Geiger cuenta, por ejemplo, con una traducción al español en el Aleph Editores de su Todo nos va bien. Esta novela de más de 300 páginas lleva, según consta en el suplemento Babelia del diario El País, en su cubierta el sello de haberse sido acreedora al Deutscher Buchpreis “uno de los principales premios literarios alemanes”.