SI DEJAMOS DE DANZAR
Si dejamos de danzar,
Onoruame
-nuestro Dios, Padre y Madre-
se entristecería.
Su tierra se marchitaría
y su sonrisa se acabaría
y caeríamos enfermos y cansados
al lado del camino
como un arbol en tiempo de sequía;
A la siembra le faltaría la lluvia
y la vida sería un mal sueño sin fin.
Nuestros niños andarían solos
con sus pensamientos,
lejos de lo demás,
y se perderían en el monte
donde Onoruame
ya no convive con el hombre
porque el hombre ya no busca su ayuda.
Si dejaramos de danzar
las cuatro columnas que sostienen el mundo
se nos caerían encima,
ya no habría alegría
en los cantos de los pajaritos,
y los animales se vengarian,
Acabarían con nosotros
como nosotros sin ningún respeto
acabamos con ellos.
Pero la danza
todavía es nuestra oración,
curación de nuestras almas,
Es el incienso
que le ayuda a Onoruame
-a pesar de todo lo que anda mal-
a sonreir y a seguir su lucha
contra la oscuridad.
Romayne Weeler