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El jazzista. (Foto: Archivo)
M éxico, 20 de septiembre, 2007 (Xavier Quirarte/ Milenio).- Uno de los sueños del saxofonista John Coltrane —y que compartía con su segunda esposa, la pianista y arpista Alice— fue crear un gran centro para el estudio y la difusión de la música. Su muerte temprana en 1967 cortó sus aspiraciones, pero 40 años después su sueño podría convertirse en realidad porque la casa que habitó con su familia en Dix Hills, Nueva York, fue declarada patrimonio histórico.
Esto es resultado de una campaña iniciada por el historiador local Steve Fulgoni, quien advirtió que la casa había sido vendida al dueño de una inmobiliaria que pretendía derribarla, según afirmó una noticia del foro www.latinjazz@yahoogroups.com. Luego de una fuerte campaña de convencimiento, las autoridades locales compraron la casa y bajo el nombre de Parque John Coltrane fue cedida a la organización no lucrativa Amigos de la Casa de Coltrane en Dix Hills, presidida por Fulgoni.
«Nuestra tarea es restaurar la casa a como estaba cuando la familia Coltrane vivía allí y abrirla al público como un hogar histórico para educar a los niños y a toda la gente sobre John y Alice Coltrane y su misión vital de ser una fuerza para el bien a través de su música», escribe el historiador en el sitio www.thecoltranehome.org sobre este proyecto que involucra a la familia del músico.
Allí Coltrane escribió una de sus obras maestras, A Love Supreme, concebida justo cuando apenas se habían cambiado a fines de 1964. Fulgoni recoge las impresiones de Alice Coltrane cuando su marido terminó la suite: «Fue como Moisés bajando de la montaña, era muy hermoso. Bajó la escalera y había alegría, paz y tranquilidad en su rostro. Así que le dije: ‘Dime todo, realmente no te vimos durante tres o cuatro días...’ Y él dijo: ‘Es la primera vez que he recibido toda la música que quiero grabar. Es la primera vez que tengo todo listo».
Tres meses después John Coltrane y su cuarteto entraron al estudio a grabar A Love Supreme, una obra de un profundo mensaje espiritual y de una belleza que décadas después sigue cautivando a sus oyentes.
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