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La pintura cuya autenticidad está en duda. (Foto: Archivo)
C iudad Juárez, Chihuahua, 26 de junio 2008. (RanchoNEWS).- El Prado descarta «casi con toda seguridad» que la obra maestra sea del pintor aragonés y la atribuye a un colaborador, Asensio Juliá. Una nota de EFE:
Varios detalles han dado la clave. Unos trazos poco definidos, ciertos errores de perspectiva y unas misteriosas letras: A J, situadas en la base inferior izquierda del cuadro. Éstas son las pistas que han llevado a concluir «casi con toda seguridad» que El Coloso, que hasta ahora se consideraba una de las obras maestras de Francisco de Goya, no pertenece al genio sino a uno de sus colaboradores, el pintor valenciano Asensio Juliá.
Así lo ha anunciado hoy el Museo del Prado tras analizar la tela. El cuadro, que representa una alegoría de la Guerra de la Independencia, de 1808 a 1814, muestra varios detalles que permiten suponer con casi total seguridad que la pintura no es de Goya, sino de su ayudante Asensio Juliá, según ha explicado Manuela Mena, jefa de conservación de pintura del siglo XVIII y Goya del Museo del Prado. Mena se ha reunido esta semana con Gabriele Finaldi, Director Adjunto de Conservación del Museo, y José Luis Díez, Jefe de Conservación de Pintura del siglo XIX, para examinar la tela después de que se identificaran las iniciales.
Precaución antes de ser taxativos
Manuela Mena afirmó que «para mí, esta obra no es de Goya», consideró que la misma desde abajo «corresponde a otra mano distinta» a la del maestro de Fuendetodos, y que la figura del gigante, «muy clasicista, no corresponde a su forma de hacer». No obstante, el director del Museo del Prado, Miguel Zugaza, no quiso descartar «taxativamente» la autoría de Goya en el cuadro, e instó a esperar a que finalicen las investigaciones de los expertos.
Hasta el momento se había considerado que los dos misteriosos caracteres representaban un número 17, pero ahora se supone que son las letras AJ escritas con la caligrafía de la época. El ayudante trabajó con Goya en la pintura de los frescos de San Antonio de la Florida.
«Errores» que Goya no cometería
Entre los detalles controvertidos destacan los trazos que describen la musculatura del gigante, que son toscos mientras que Goya se caracterizó por su dominio de la anatomía. Lo mismo sucede con el paisaje que rodea al gigante; no está perfilado, aunque Goya solía pintar los entornos de manera minuciosa. También hay otro detalle que muestra un caballero cayendo de su montura en una dirección que contradice las leyes de la física. Un error que Goya nunca hubiese cometido, según los expertos.
Para determinar con total fiabilidad que El Coloso no es de Goya aún habrá que esperar. Las conclusiones definitivas del estudio que se está llevando a cabo se darán a conocer en los próximos meses a través del Boletín oficial del Museo del Prado.
Un pastiche
Para Manuela Mena, El Coloso se corresponde con lo que en pintura se denomina «pastiche», y está realizado «con diferentes piezas combinadas de otra forma». De esa forma -dijo- la imagen del gigante sentado en El Coloso de Goya es «transformada y alterada», y las pequeñas figuritas que corren bajo el gigante - asnos, caballos y toros -aunque son de la iconografía habitual del pintor aragonés «están mezcladas de otra manera» y están inconclusas, algo «totalmente impensable» en Goya, un artista extremadamente perfeccionista.
En un círculo rojo, zona del lienzo donde se hallan las iniciales A J que, se supone, corresponden al pintor valenciano Asensio Juliá. (Foto: MUSEO DEL PRADO)
En su opinión, El Coloso no es una obra que encaje «con la técnica, la forma de pintar, la simbología, la metáfora y la poesía de Goya», es una obra «diferente» que se aleja -dijo- de la obsesión del maestro por pintar con rasgos perfectamente definidos la realidad y la naturaleza que le rodeaba. Una parte fundamental de las investigaciones realizadas por el Prado para descartar la autoría del pintor de Fuendetodos sobre el cuadro es la realizada por el jefe de conservación de Pintura del XIX, José Luis Díez, quien adivinó en el margen inferior izquierdo de la pintura las iniciales A J, que se podrían corresponder con las de Asensio Juliá, aunque en algunos cuadros documentados como suyos firma con el apellido completo.
Añade que actualmente «conocemos muy bien a Goya» pero no tenemos «prácticamente ningún conocimiento» de los «goyescos», coetáneos del maestro que, influenciados por su obra, se vieron tentados a imitar su pintura a lo largo de todo el siglo XIX, y aseguró que en estos estudios «llevamos 61 años de retraso». Profundizar en esos artistas que siguieron la estela del pintor aragonés, señaló Díez, ayudaría a separar «lo que es Goya de lo que no es», y precisó que en el caso concreto de Asensio Juliá incluso se desconoce su fecha de nacimiento, aunque sí se sabe que estuvo cerca de él toda su vida y que murió cuatro años después. No obstante, el director adjunto de Conservación del Prado, Gabriele Finaldi, aseguró que El Coloso permanecerá en el Museo porque el público «lo quiere ver», y reiteró que cuando concluyan los estudios aclararán «el estatus del cuadro».
No es una chapuza
Manuela Mena rechazó que el autor del cuadro hiciese «una chapuza», aseguró que el cuadro es «muy fotogénico» aunque presenta «incoherencias lumínicas» y un paisaje «llano y algo sucio» no es propio del realismo de Goya, y se mostró convencida de que el mismo, con ese tipo de trazos, «son un eslabón perdido en nuestra pintura del XIX» que merece una investigación posterior.
La pintura, realizada entre 1808 y 1812, muestra a un gigante caminando entre personas que huyen despavoridas, y tradicionalmente se vinculó con las obras de Goya sobre la Guerra de la Independencia. Sin embargo, El Coloso no fue incluido por el Prado en la exposición Goya en tiempos de guerra, inaugurada el pasado mes de abril. Actualmente se exhibe en la sala 66 del museo, junto a otros cuadros del maestro aragonés.
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