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El novelista español que comparte el premio con el escriro argentino. (Foto: Archivo)
C iudad Juárez, Chihuahua. 17 de julio 2009. (RanchoNEWS).- Ambos autores compartirán el galardón, tras recibirlo ex aequo por sus novelas Niños de tiza y 77. Una nota de la redacción de El Cultural:
La Semana Negra de Gijón toca a su fin. Un año más ha sido punto de encuentro de todos aquellos escritores que dan cuentan sin remilgos de las cloacas de la sociedad contemporánea. Pero antes de poner el cierre le ha dado la vuelta algunos naipes y los ha puesto sobre el tapete. Son los ganadores de los distintos premio que otorga este festival.
El principal, que lleva por nombre –ni más ni menos– Dashiell Hammet, ha recaído en David Torres, por su novela Niños de tiza, en la que echa mano de los recuerdos de su infancia, en plena Transición, y del presente más inmediato en Madrid, una ciudad martirizada por el boom inmobiliario.
El galardón le ha correspondido ex aequo con Guillermo Saccomano, galardonado por su libro 77, que aborda por primera vez en la ficción la trama de complicidades de la sociedad civil con la dictadura, en Argentina, del general Jorge Rafael Videla, y denuncia las distintas actitudes individuales y colectivas que favorecieron el golpe militar.
El jurado, cuya decisión se ha hecho publica hoy, ha valorado la «extraordinaria fuerza narrativa» de ambos trabajos que se han «ajustado perfectamente a las claves del genero negro para descubrirle a los lectores problemáticas sociales de actualidad y profundo calado histórico».
Pero el palmarés del festival asturiano no queda ahí. Es largo y variado. Carles Quílez, por ejemplo, se ha aupado con el Rodolfo Walsh con Mala vida, mientras que Javier Negrete se ha llevado el Espartaco por Salamina e Ismael Martínez Biurrum el Celsius 232, por Rojo alma, negro sombra.
El Silverio Cañada ha ido a parar, también ex aequo, a Willy Uribe, por Sé que mi padre decía, y al mexicano Rogelio Gedea, por Conduciendo un tráiler. Por último, el Premio Relatos en Colaboración con el Ateneo Obrero también tiene un nuevo dueño: el escritor cubano Rodolfo Pérez Valero, por Dioses y orillas.
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