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La obra del arquitecto Prix. (Foto: Markus Pillhofer)
Ciudad Juárez, Chihuahua. 24 de junio 2010. (RanchoNEWS).- Resultaba todo un desafío. Al menos, para el vanguardista arquitecto Wolf D. Prix. Aceptó en 2008 como un reto el encargo de la Ópera de Múnich de crear un pabellón con la acústica óptima de una sala de conciertos, que a la vez fuera ligero y pudiera funcionar como un edificio móvil. Dado que la petición procedía de un teatro lírico, parecía lógico que la música no sólo fuera fuente de inspiración sino también de creación. Partió de un prisma rectangular generado por ordenador. Selecionó una estrofa de la emblemática canción del guitarrista de rock Jimi Hendrix, Purple haze –Excuse me while I kiss the sky– y un verso de la escena del comendador del segundo acto de Don Giovanni de Mozart –Non ho timor: verrò!–. Tras congelar los fragmentos musicales en un sonograma procedió a combinarlos con el modelo base en tres dimensiones. Resultó una secuencia de formas piramidales que emergían como picos del prisma. El fragmento musical de Hendrix determinó el tamaño de los salientes y Mozart, su inclinación. Al final de ese trabajo entre la matemática, la emoción de músicas tan dispares entre sí y la pasión de las formas aguardaba el futurista Pavillon 21 Mini Opera Space de la Ópera de Múnich. Un espacio que esta noche se inaugura con un espectáculo creado por el director escena y cineasta alemán Christoph Schlingensief. Una nota de Lourdes Morgades para El País:
Prix (Viena, 1942), fundador del vanguardista estudio de arquitectura vienés CoopHimmelblau, se sitúa con este trabajo en la estela de Le Corbusier y Iannis Xenakis. La pareja convirtió la música en espacio con su diseño arquitectónico del celebrado Pabellón Philips de la Exposición Universal de Bruselas de 1958.
Levantado de forma temporal –la construcción es montable y desmontable– en la Marstallplatz de Múnich, una plaza en la parte trasera del coliseo lírico de la capital bávara y a escasos cien metros de la sede del Instituto Cervantes, el Pavillon 21 Mini Opera Space es un teatro móvil para espéctaculos experimentales con capacidad para 300 personas sentadas y 700 de pie.
La mezcla Hendrix-Mozart ha desembocado en una de las formas más singulares e innovadoras de entre todas las construcciones de Wolf D. Prix. Pero el arquitecto no sólo ha transformado la música en espacio. La futurista piel de la estructura arquitectónica tiene la propiedad de reflejar y absorber los sonidos indeseados del exterior. ¿Con qué metodo?: se ha emparedado lana de roca entre las dos láminas de aluminio parcialmente perforado que forman los paneles de la fachada. Y eso convierte cualquier entorno en el que se ubique, en un espacio tranquilo.
El diseño y construcción del Pavillon 21 Mini Opera Space –de 12,5 metros de alto, 38,5 de largo y 25,5 de ancho– ha costado a la Ópera de Múnich 2,1 millones de euros. Su uso será variado, sin límites para cualquier forma artística. A partir de hoy en que se inaugurará y hasta el próximo 25 de julio acogerá una versátil programación incluida en el Festival de Ópera de Múnich, uno de los más importantes del mundo. No sólo se prodrá ver ópera, también se han previsto sesiones de videojockeys, vídeo instalaciones, conciertos y recitales, proyecciones cinematográficas e incluso clases de yoga.
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