Rancho Las Voces: Obituario / Sidney Lumet
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sábado, abril 09, 2011

Obituario / Sidney Lumet

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El director estadounidense. (Foto: Archivo)

C iudad Juárez, Chihuahua, 9 de abril 2011. (RanchoNEWS).- Sidney Lumet, el realizador de filmes como Doce hombres sin piedad, Sérpico, Tarde de perros o Network. Un mundo implacable, ha fallecido hoy a los 86 años en su domicilio de Manhattan a causa de una leucemia, informaron fuentes familiares al diario The New York Times. Lumet, que permaneció en activo durante casi 60 años, fue un implacable retratista de la sociedad estadounidense. Una nota de Guillermo Altares para El País:

Sus películas, de factura clásica, eran muchas veces oscuras y siempre mostraban los recovecos menos amables de Estados Unidos. Nacido en Filadelfia, aunque pasó la mayor parte de su vida en Nueva York, Lumet es autor de cerca de 40 películas (y de más de 70 títulos si se incluyen también sus trabajos para televisión) y recibió un Oscar honorífico por el conjunto de su obra. Su carrera, en un industria que acorrala demasiadas a los veteranos, fue extraordinariamente larga: dirigió sus primeros capítulos para series de televisión a principios de los años cincuenta, realizó su primer filme en 1958 –Todos los hombres del rey, una versión de la implacable novela ganadora del Pulitzer de Robert Penn Warren– y el último en 2007, Antes que el diablo sepa que has muerto.

Lumet siempre concibió el cine como una forma de análisis del mundo en el que vivía y, desde sus primeros títulos, lanzó una mirada nada complaciente hacia el mundo contemporáneo. Con los años no se fue dulcificando, más bien todo lo contrario, porque pocas películas tan desangeladas y certeras ha ofrecido el cine contemporáneo como Antes que el diablo sepa que has muerto. Su título más conocido es Doce hombres sin piedad (1957), una versión de la obra de Reginald Rose, en la que despedaza el sistema judicial estadounidense. Este filme, convertido en un clásico, refleja perfectamente su estilo: blanco y negro sin concesiones, una historia llena de suspense que esconde mucha crítica social y, a la vez, un canto a la solidaridad y el compromiso, encarnado en la figura de Henry Fonda, que decide no dejarse arrastrar por la rutina sino tratar de que se haga justicia.

Gran parte de sus filmes más importantes están ambientados en Nueva York, una ciudad con la que mantuvo siempre una relación profunda. «He vivido en Nueva York toda mi vida y es como una segunda piel para mí. Es una ciudad extraordinariamente poderosa, además. Las ciudades atraviesan períodos muy marcados en su existencia y, ciertamente, desde 1950 Nueva York está pasando por un gran momento artístico», señaló en otra entrevista con este diario.

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