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Frank Montero Collado. (Foto: Cortesía Galería López Quiroga)
C iudad Juárez, Chihuahua. 30 de mayo de 2011. (RanchoNEWS).- De la existencia de Frank Montero Collado no hay mayor registro que una treintena de retratos. El nombre de este personaje del siglo XIX, originario de la ciudad de Puebla, no figura en libros ni acervos históricos. La escasa información que sobre él se tiene es gracias a las anotaciones que, al parecer, hizo él mismo sobre las fotografías que lo muestran en diferentes facetas de su vida: vestido con el hábito franciscano en un convento, interpretando una ópera italiana en Milán y como fundador de un periódico y colaborador de distintas publicaciones, escribe Laura Cortés de Milenio desde la Ciudad de México:
Más que su relevancia histórica, es la fuerza de esos peculiares retratos, realizados a finales del siglo XIX y principios del XX, lo que impulsó a Gerardo Mosquera, crítico cubano y curador general del Festival de Fotografía y Artes Visuales PHotoEspaña 2011, a incluirlas en la deslumbrante exposición 1000 caras / 0 caras / 1 rostro, que será inaugurada el próximo martes en la Comunidad de Madrid, en la capital española.
Un conjunto de 19 imágenes de Frank Montero se exhibirá al lado de los autorretratos de la estadunidense Cindy Sherman, quien entre otros méritos es la autora de la fotografía más cara del mundo, y del alemán Thomas Ruff, famoso por obras donde muestra la mecanización y la despersonalización de los tiempos actuales.
Así, junto a las obras de dos célebres artistas, los retratos «tan humildes como impresionantes» de este mexicano desconocido, se mostrarán por primera vez en uno de los encuentros de fotografía más importantes del mundo, que este año tiene el retrato como eje temático.
«Con esta exposición he querido reflexionar acerca de los intrincados caminos de la identidad, la representación y la comunicación en el arte, y más allá, en la sociedad contemporánea», dice Gerardo Mosquera, en entrevista con Milenio, vía telefónica desde Madrid.
«Sherman es la mujer de las mil caras, la gran apropiadora de rostros y figuras ajenas; mientras que Ruff busca despersonalizar a los muchos sujetos por él retratados que parecen una misma faz repetida al infinito. En Montero, en cambio, el rostro propio actúa en los innumerables cambios del tiempo y de la vida», reflexiona el también asesor de la Academia de Bellas Artes de Holanda.
Un extraño caso
Gerardo Mosquera se enteró de la existencia de esas imágenes por Itzel Vargas Plata, directora del museo del Palacio de Bellas Artes en la Ciudad de México, quien lo presentó con el coleccionista Ramón López Quiroga, dueño de las fotografías.
El curador califica las imágenes como enigmáticas. «Son muy buenas fotos de estudio, con un aura extraña. Son muy rebuscadas, están escenificadas. Se trata de una persona que quería representarse a sí mismo de una manera grandilocuente. Este hombre hizo una memoria visual de los grandes momentos de su vida”, algo muy poco común en aquellos tiempos. Junto a artistas globales como Sherman y Ruff, estarán las fotos de Montero, tan humildes como impresionantes, realizadas sin intención artística consciente. De modo tan libre como sistemático, Montero se escenificó a sí mismo, haciéndose retratar con los atributos de sus ocupaciones, a menudo teatralizados y quizá fabulados», finaliza Mosquera.
Personaje fantástico
El coleccionista y dueño de la galería que lleva su nombre, Ramón López Quiroga, poseedor de un impresionante acervo fotográfico sobre México, compró ya hace mucho el álbum con 30 retratos de Frank Montero Collado. «Las fotos tamaño postal me parecieron fantásticas. Se trata de un documento maravilloso. Es la autobiografía de un personaje fantástico. Un catedrático, escritor, periodista que aparece disfrazado en las imágenes y del que no se ha podido encontrar mayores datos».
El coleccionista refiere que se han realizado diversas investigaciones, como la emprendida por la investigadora Diana Cuéllar, con el fin de saber más sobre el personaje, pero ha sido muy poco lo que se ha encontrado.
Aunque físicamente será en PHotoEspaña 2011 la primera vez que se exhiban, López Quiroga comenta que el año pasado las imágenes pudieron verse en una proyección que formó parte de la exposición Pecios y rescoldos en Casa del Lago Juan José Arreola, en la Ciudad de México.
Mayor información: PHotoEspaña
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