Rancho Las Voces: Arquitectura / México: Entrevista a Pedro Ramírez Vázquez
La vigencia de Joan Manuel Serrat / 18

jueves, septiembre 22, 2011

Arquitectura / México: Entrevista a Pedro Ramírez Vázquez

.
El gran señor de la arquitectura mexicana. (Foto: Excélsior )

C iudad Juárez, Chihuahua. 20 de septiembre de 2011. (RMV / RanchoNEWS).- Apasionado del futbol, «pero ahora sólo como espectador»; puma de hueso colorado, «aunque el equipo a veces acierte y a veces no»; al arquitecto Pedro Ramírez Vázquez le gusta trabajar con la luz, tanto transformando espacios físicos para que cumplan «con una función de servicio», como esculpiendo el cristal de plomo para dar vida a pequeños universos. Virginia Bautista Excélsior:

En su casa de Jardines del Pedregal, donde tiene sus oficinas en un área contigua, el proyectista de 92 años revisa sus casi siete décadas de trayectoria, que comenzó en 1944 con la construcción de escuelas rurales a lo largo de todo el país, la cual será reconocida el próximo 1 de octubre en el Palacio de Bellas Artes.

«Los propósitos siguen siendo los mismos: trabajar con eficacia y con verdad. Si se utilizan bien los materiales de construcción, si se expresa su uso, es una manera de mostrar a México ante otras culturas», afirma en entrevista con Excélsior.

El autor de edificios emblemáticos de la arquitectura mexicana del siglo XX como el Museo Nacional de Antropología, el Estadio Azteca y la nueva Basílica de Guadalupe, descarta que haya formado un estilo propio. «Nunca he pretendido hacer arquitectura de autor. Esta disciplina tiene que cumplir con una función de servicio para quien ocupará esos espacios».

Egresado y catedrático de la UNAM, en cuyo campus central diseñó en 1952 la actual Facultad de Medicina, quien ha proyectado lo mismo escuelas y museos que pabellones internacionales y mercados no siente preferencia por ninguna de sus obras y deja la nostalgia para alguien que ya no ejerza su oficio.

«Sigo diseñando, construyendo. Estoy vivo y activo», señala el autor de inmuebles recientes y otros en proceso de edificación como el Auditorio Siglo XXI en Puebla, los centros de convenciones de Chetumal y Mérida, el Museo de los Presidentes en Coahuila y la nueva sede de la Universidad Autónoma Metropolitana en la delegación Cuajimalpa.

Este defeño nacido el 16 de abril de 1919 no reconoce haber tenido que vencer grandes retos o enfrentar dificultades serias en la construcción de sus obras. Ni siquiera cuando diseñó la imagen de los Juegos Olímpicos que se realizaron en la capital mexicana en 1968, en medio de la lucha estudiantil; o cuando trasladó del pueblo de Coatlinchán al Museo de Antropología al monolito del dios Tláloc, de 125 toneladas, que hoy flanquea la entrada al recinto declarado Monumento Artístico.

Respecto a esa juventud con la que trabajó y vio luchar por sus libertades hace 43 años señala que fue una generación que «cumplió cabalmente, con gran talento, con gran creatividad», con los aspectos que se involucraban con México.

«Llevó a cabo esa doble función: mostrar su inquietud social, natural en la juventud, e incrementar el prestigio del país haciendo una olimpiada como no se había hecho desde la época helénica», recuerda.

Ahora, el Premio Nacional de Bellas Artes 1973 pide a las nuevas generaciones que muestren su potencial. «La juventud es una fuerza viva de México y todos tenemos una gran esperanza en ella».

Un optimista eterno

El autor de las torres de Tlatelolco y el edificio de Mexicana de Aviación, del Palacio Legislativo de San Lázaro y de los museos de Arte Moderno, del Templo Mayor y Amparo, en Puebla, ve al país con optimismo.

«México ha tenido problemas siempre y los ha sabido solventar. Hemos salido de muchas crisis. Cada época tiene su propia terminología para expresarlas, pero hemos sabido resolverlas y seguir adelante», agrega.

Quien fue secretario de Asentamientos Humanos y Obras Públicas de 1976 a 1982 confiesa que le hubiera gustado que el monumento conmemorativo del Bicentenario de la Independencia mexicana fuera suyo.

«Participé en el concurso y, como todo en la vida, a veces se gana y a veces se pierde. No califico al jurado, pero, quienes lo juzgaron, le dieron el tercer lugar a mi propuesta. Pero eso ni nos desilusiona, ni nos frustra. Se trabaja lo mejor que uno puede. A veces se acierta, otras no», añade.

A la pregunta de cómo ve la ciudad donde creció y ha vivido, la manera en que se ha transformado su fisionomía, responde con humor: «Hay muchas cosas que me gustan, y hay muchas que me disgustan. A lo mejor es porque no las hice yo».

De envidiable memoria, el autor de los pabellones de México en las exposiciones mundiales de Bruselas (1958), Seattle (1962), Nueva York (1964) y Sevilla (1992), y de edificios en el extranjero como los museos de las Civilizaciones Negras, en Senegal, y el de Nubia, en Egipto, no extraña el ajetreo que caracterizó la mayor parte de su vida.

Ahora, entre la tranquilidad y el silencio que da vivir rodeado de piedra volcánica, Ramírez Vázquez intercala el diseño arquitectónico con la escultura de rostros de mujer y piezas que evocan a la Piedra de Sol o Calendario Azteca.

«Prefiero el cristal de plomo, que da la transparencia y la calidad que no tiene el vidrio, que es más bien frío. El cristal da más oportunidades de crear nuevas formas. Es casi como trabajar con la luz, porque si uno opaca la pieza tiene otro aspecto. El cristal con tantas facetas es más rico para la expresión», detalla.

Este mundo íntimo y de imaginación no impide al actual miembro del Consejo Consultivo de Ciencias de la Presidencia de la República estar atento a la realidad política. «Vamos a ver cómo pinta con las elecciones. Con las propuestas y programas que vayan a desarrollar los candidatos posibles. Ya tengo mi voto definido, pero puede cambiar si las propuestas no me gustan o no coinciden con mi forma de pensar», advierte.

A pesar de moverse en silla de ruedas por su oficina, cuyos muros están tapizados con fotografías de sus obras más destacadas, el arquitecto no ha perdido la fortaleza y la agilidad.

Su obra por el mundo

Algunos de los proyectos más destacados de Ramírez Vázquez:

Estadio Azteca

Nueva Basílica de Guadalupe

Torre de Tlatelolco

Palacio Legislativo de San Lázaro

Torre Mexicana de Aviación

Facultad de Medicina de la UNAM

Museo Nacional de Antropología

Museo Arte Moderno

Museo del Templo Mayor

Museo Amparo

Pabellón de México en la exposición mundial de Bruselas

Pabellón de México en la exposición mundial de Seattle

Pabellón de México en la exposición mundial de Nueva York

Pabellón de México en la exposición mundial de Sevilla

Museo de las Culturas Negras de Senegal

Casa Presidencial de Costa Rica

Mayor información: Pedro Ramírez Vázquez

REGRESAR A LA REVISTA