Rancho Las Voces: Festival Internacional Chihuahua / Ciudad Juárez: «Los Caifanes, entre la nostalgia y la retoma de Juárez», crónica
La vigencia de Joan Manuel Serrat / 18

martes, septiembre 27, 2011

Festival Internacional Chihuahua / Ciudad Juárez: «Los Caifanes, entre la nostalgia y la retoma de Juárez», crónica

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Aspecto del público asistente. (Foto: Gabriel Cardona / FICh)

C iudad Juárez, Chihuahua. 27 de septiembre de 2011. (RMV / RanchoNEWS).- Fueron a escuchar su nostalgia, fueron a reencontrarse con sus recuerdos, consigo mismos, casi veinte años después, y los más jóvenes fueron a escuchar el mito que generaciones anteriores habían creado.

Concierto de Los Caifanes. Clausura del Festival Internacional Chihuahua. Estacionamiento del Estadio Olímpico Benito Juárez. Lunes 26 de septiembre.

Y no eran pocos. Diversas fuentes hablan de entre 20 y 30 mil asistentes, algunos reservando lugares desde las 16:00 horas, demostrando el poder de convocatoria que tiene este grupo que fue uno de los emblemas del llamado Rock en tu idioma, que prendió con mucha fuerza entre adolescentes y jóvenes en la década de los años ochenta en medios urbanos de clase media, la mayoría que no entendía el Rock en inglés y para quienes un grupo como Los Caifanes, con canciones facilonas y con una leve barnizada de poesía en sus letras, era sumamente atractivo y les proporcionaba un consecuente sentido de identidad.

Pero el tiempo es el tiempo y a los oídos de quienes no vivieron ese fenómeno la música de Los Caifanes suena estancada, con un vocalista de voz débil; de hecho no lograron que la gente bailara y realmente se entusiasmara (un joven a mi izquierda bosteza), la participación del público consistió en corear los temas más conocidos y dos horas fue excesivo. Los Caifanes pueden defenderse bien con los últimos cinco o seis temas que interpretaron.

Pero, para la mayoría, la noche no se trataba de eso. Se trataba de un entregado acto de nostalgia y también de otro acto: un ejercicio más de retomar la ciudad. «Juárez está vivo», gritó Saúl Hernández y precisamente a eso fue la juventud juarense, a demostrar que como comunidad estamos luchando por recuperar nuestra casa y que no nos hemos rendido ni hemos huido de ella.

El saldo fue blanco. Botellas de plástico con agua lanzadas al aire, condones fungiendo como globos, olor a mariguana. La policía cumpliendo como buena policía. Saldo blanco.

Y el sabor mexicano que siempre se cuela. «¡Papas light! ¡Papas light!», voceaba una muy obesa vendedora de papas fritas y por si fuera poco agregaba: «Lo que engorda son los elotes». Luego durante la canción de «La Negra Tomasa», una vendedora algodones de dulce, de más de setenta años, se puso a bailar como si se tratara de una cumbia, apoyada en el palo de los algodones, para el festejo de los concurrentes; y finalmente un gordito ques se subió al escenario, quién sabe cómo, tomó el micrófono principal y prácticamente terminó el concierto sin que ninguna persona lo interrumpiera.

Así es México. Así somos los mexicanos.


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