Aspecto de la conferencia de Omáwari. (Foto: Gabriel Cardona / FICh)
C iudad Juárez, Chihuahua. 23 de septiembre de 2011. (RMV / RanchoNEWS).- «Quisiera ser un portavoz de esa inconformidad que tenemos los pueblos originarios de nuestra región y de nuestro territorio, no nada más a nivel nacional sino a nivel mundial, por la terrible opresión que tenemos por parte de la globalización que pretende exterminar nuestras costumbres y que perdamos nuestra identidad», dice enfático Esteban Bernal, de la etnia otomí e integrante del grupo musical Los Colibríes de Xonacatlán (Estado de México).
Lobby del Teatro Experimental. Centro Cultural Paso del Norte (CCPN). Ciudad Juárez. 23 de septiembre 2011.
Este mediodía se realiza una conferencia de prensa con los participantes del Omáwari («Encuentro de Naciones», en rarámuri), la expresión artistica y cultural de las etnias originales de América, dentro de la programación del Festival Internacional Chihuahua.
Y ahí están, tras una mesa, con su vestimenta típica, serios, los representantes de los grupos Amanecer del Llano, Seguidores de la Huasteca, Yawar Chicchi, el citado Los Colibríes de Xonacatlán, sólo falta el grupo Té-Con-Té, que en ese momento hace pruebas de sonido en el templete de la explanada del centro, quince personas en total.
Ahí están en espera de una cita con la prensa juarense, a la cual acudiría únicamente la Revista Rancho Las Voces y un diario impreso secundario.
«El grupo de Los Colibríes ha tratado de preservar la lengua otomí mediante las canciones para de esa manera transmitir a las generaciones nuevas una parte de nuestra identidad que es la lingüística», explica Benal a Rancho Las Voces.
Este conjunto se dedica a investigar, preservar y difundir la música otomí producida en un radio de varios kilómetros en torno a Toluca, en el Estado de México.
Yawar Chicchi
El peruano Reichichi (que es su nombre artístico y que en su lengua quechúa significa «Lluvia y granizo») fungiría como vocero del grupo andino Yawar Chicchi (Danzantes de Tijeras) del poblado Huacandica en el país sudamericano.
Reichichi dice que la Danza de las Tijeras, que la Unesco ha designado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, es una danza autóctona y milenaria de «los profundos andes», que se baila acompañando con quenas, tinya, lajas de piedras, violín y arpa, estos dos últimos instrumentos incorporados por la influencia española.
Los danzantes además portan cada uno una indumentaria relacionada con el culto a los Apus Wamanis (el dios Andino), con colores vivos que recuerdan el colorido de la iconografía huichol.
Esta danza que, según unas fuentes, era ejercida por chamanes con motivos de la siembra, la cosecha, la esquila de auquénidos, de ahí las lajas de piedra o actualmente tijeras. A la llegada de los españoles sus practicantes huyeron a lo más alto de las montañas para preservarla y los españoles después transigieron con ellos para que participaran en fiestas católicas.
El grupo, en esta ocasión compuesto por 18 artistas, ha realizado giras por China y Europa. En México se ha presentado en los estados de Hidalgo y Nuevo León, siendo ésta su primera visita a Chihuahua.
Los Seguidores de la Huasteca
El trío Los Seguidores de la Huasteca, está conformado por Maurilio Hernández, violín; Juan Peña, quinta huapanguera, y Joaquín Morales, jarana, proceden de Tamanzuchale, San Luis Potosí.
Su cometido, según informa Maurilio Hernández, líder del grupo, además de interpretar el son huasteco tradicional mejor conocido como huapango, es preservar los sones utilizados para festividades y rituales de los indígenas de la Huasteca; y para reforzar esta vocación agradeció en su lengua náhuatl la invitación al Festival.
Yúmari
En la sala también estuvieron presentes, Martín y Clemente Cruz ambos Guachochi, dos de los rarámuris que oficiarían el Yúmari, que es la ceremonia más importante de la cultura Rarámuri (Tarahumara), en la cual se agradece al dios Onorúame por la cosecha y el buen invierno; y se le pide por el binestar de todos los seres vivos.
Amanecer del Llano
María Albina Domínguez y Eleazar Alfonso Domínguez, representaron al Grupo Cultural Mazahua Amanecer del Llano, que dentro de sus actividades cuentan con un grupo de danza tradicional.
La lengua mazahua es una lengua que se habla en el centro de México. Sus hablantes denominan a la lengua con el nombre de jñatio, con el que también se designan a sí mismos los mazahuas. Este último es un etnónimo náhuatl que significa gente que posee venados.
A continuación ofrecemos –en exclusiva– una muestra de este idioma con la señora María Albina Domínguez, de 76 años, en un audio donde habla de su sentimiento ante la extinción de su lengua.
A partir de las seis de la tarde se llevaría a cabo el Omáwari en la explanada del CCPN, del cual les ofrecemos la siguiente galería fotógrafica del juarense Gabriel Cardona.
Galería
Trío de rarámuris en el Lobby del CCPN. (Foto: Gabriel Cardona / FICh)
Parte del elenco de Yawar Chichi. (Foto: Gabriel Cardona / FICh)
Yawar Chichi en escena 1. (Foto: Gabriel Cardona / FICh)
Yawar Chichi en escena 2. (Foto: Gabriel Cardona / FICh)
Yawar Chichi en escena 3. (Foto: Gabriel Cardona / FICh)
Yawar Chichi en escena 4. (Foto: gabriel Cardona / FICh)
Yawar Chichi en escena 5. (Foto: Gabriel Cardona / FICh)
Té-Con-Té. (Foto: Gabriel Cardona / FICh)
El zapateado de Té-Con-Té. (Foto: Gabriel Cardona / FICh)
El tradicional baile en torno al fuego. (Foto: gabriel Cardona / FICh)
Trío de rarámuris en el Lobby del CCPN. (Foto: Gabriel Cardona / FICh)
Parte del elenco de Yawar Chichi. (Foto: Gabriel Cardona / FICh)
Yawar Chichi en escena 1. (Foto: Gabriel Cardona / FICh)
Yawar Chichi en escena 2. (Foto: Gabriel Cardona / FICh)
Yawar Chichi en escena 3. (Foto: Gabriel Cardona / FICh)
Yawar Chichi en escena 4. (Foto: gabriel Cardona / FICh)
Yawar Chichi en escena 5. (Foto: Gabriel Cardona / FICh)
Té-Con-Té. (Foto: Gabriel Cardona / FICh)
El zapateado de Té-Con-Té. (Foto: Gabriel Cardona / FICh)
El tradicional baile en torno al fuego. (Foto: gabriel Cardona / FICh)
Mayor información: Festival Internacional Chihuahua
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