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El escritor, durante la entrevista. (Foto: Carlos Cisneros) (
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iudad Juárez, Chihuahua. 31 de mayo de 2013. (RanchoNEWS).- Un cúmulo de historias, obsesiones, sentimientos, deseos y fenómenos sociales que emergen en torno a la azarosa y violenta Ciudad Juárez se entretejen en la novela Juárez Whiskey de César Silva Márquez, quien a partir de todos estos elementos diseña personajes y los arroja por caminos inesperados. Una nota de Ana Mónica Rodríguez para La Jornada:
El libro, publicado por Almadía, narra la vida de Carlos, ingeniero de profesión de 30 años de edad, quien se caracteriza por ser introvertido, huraño y melancólico; disfruta de la soledad que ha construido para sí mismo.
De hecho, explica en entrevista Silva Márquez, «este personaje lo diseñé precisamente con las sensaciones a flor de piel, luego de haber sido abandonado por su prometida, lo cual convierte a Carlos en un decepcionado y nostálgico.»
En Juárez Whiskey, prosigue el escritor y poeta, mis personajes tratan de ser siempre bastante sensatos y puedo decir que el ingeniero es un hombre a quien sí le duele la vida.
Las mujeres son un eje medular en la historia, acepta, porque han dejado huellas indelebles en la vida del hombre.
Así sucedió con Angélica, quien rompió el corazón a Carlos, al confersarle que se había enamorado de otro hombre apenas seis meses atrás; por Belinda, el ingeniero siente un deseo vencido y el recuerdo de que alguna vez deseó acostarse con ella.
Con su dentista, Gabriela Torres, salió varias veces pero la relación no fructificó, mientras Rocío fingió un embarazo y luego lo dejó para siempre con la idea fija de ese hijo inexistente.
En la trama, aclara, hacía falta el personaje de una mujer celosa, loca y violenta, que por lo menos rompiera los vidrios.
Prepara libro de cuentos
Entre la ficción y la realidad, César Silva, nacido en Ciudad Juárez, plantea aspectos relativos a la prostitución y a la vida de las strippers, como Vicky, quien fue su novia en la secundaria y se dedica a esta actividad.
La historia de la sexoservidora es real, recuerda el autor, pero «la adapté a mi conveniencia.»
Una amiga, prosigue, quien «tenía una roomie, empezó a sospechar de ella y de lo que hacía cuando la primera se iba a trabajar. Cierto día, una compañera le dijo que fuera a constatar sus sospechas sobre la mujer que vivía en su casa y cuando llegó vio a hombres que entraban al lugar».
De esa forma, diversas anécdotas complementan la novela, como la visita de un amigo que regresa a ese violento punto de Chihuahua, la ciudad como bodega para las drogas que no pueden pasar hacia Estados Unidos o el espionaje a una chica para saber si es prostituta.
César Silva retoma sus «obsesiones» y el gusto por Janis Joplin, Javier Solís y James Brown para contar historias. Así se aparecen, de manera espontánea, ante el lector, las referencias lo mismo al trágico 11 de septiembre de 2001 que a la cerveza Tecate, al whisky y al bourbon.
Incluso, puntualiza, «el Juárez Whiskey sí existió. Es una bebida que se produjo en esta ciudad, cuando estuvo prohibido el whisky en los años 20 del siglo pasado. Era un bourbon fuerte, rasposo y dulce.»
Esta obra es la tercera novela en la trayectoria de César Silva Márquez, además de Los cuervos y Una isla sin mar. Y otra gran parte de su producción se halla publicada en diversos poemarios, como El caso de la orquídea dorada y La mujer en la puerta, entre otros.
El escritor, quien reside en Xalapa, Veracruz, espera publicar para el próximo año un libro de cuentos.
«Desde hace dos años no he escrito un poema, porque toda mi energía ha estado centrada en la narrativa», indica Silva Márquez, quien está de acuerdo con la idea de que mediante la literatura, las artes y la cultura habría menos violencia y crueldad en los seres humanos.
Editorial Almadía y el autor presentan Juárez Whiskey –con la participación de Mónica Maristain y Eduardo Antonio Parra– este viernes a las 19:30 horas en El Portal de Cartagena, ubicado en la calle Chiapas 174, colonia Roma.
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