En 1977 le fue concedido el premio Xavier Villaurrutia por el volumen de cuentos Árboles petrificados. Es considerada como una de las cuentistas mexicanas más antologadas y varios de sus relatos aparecen en recopilaciones del alemán, francés, inglés e italiano. (Foto: Archivo)
C iudad Juárez, Chihuahua. 9 de marzo de 2018. (RanchoNEWS).- Es un mito viviente de la narrativa mexicana. En su estudio hay fotos de Kafka, Cortázar y obra de Pedro Coronel, quien fue su esposo. La escritora pertenece a varias generaciones literarias: hay quien la relaciona con Juan Rulfo, Francisco Tario y Guadalupe Dueñas; o con Inés Arredondo, Juan García Ponce, José Emilio Pacheco, Juan Vicente Melo y Salvador Elizondo. De sus amigos evoca con especial afecto a Juan José Arreola y a Luis Mario Schneider.
En 1977 le fue concedido el premio Xavier Villaurrutia por el volumen de cuentos Árboles petrificados. Es considerada como una de las cuentistas mexicanas más antologadas y varios de sus relatos aparecen en recopilaciones del alemán, francés, inglés e italiano —figura en más de cincuenta compendios de esa estirpe. Y a pesar de sus silencios Dávila no ha perdido contacto con el lector.
El texto de Mary Carmen Sánchez Ambriz es publicado por el suplemento El Cultural de La Razón
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