De pie, desde la izquierda, Robert Mulligan, William Wyler, Georges Cukor, Robert Wise, Jean-Claude Carrière y Serge Silberman. Sentados, desde la izquierda, Billy Wilder, Georges Stevens, Luis Buñuel, Alfred Hitchcock y Rouben Mamoulian. (Foto: RanchoNEWS)
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iudad Juárez, Chihuahua. 21 de marzo de 2023. (RanchoNEWS).- En la madrugada del domingo al lunes se han cumplido 50 años del Óscar a la mejor película de habla no inglesa para El discreto encanto de la burguesía (1972), que convirtió a Luis Buñuel (Calanda, 1900-Ciudad de México, 1983) en el primer director español que conquistaba tal galardón, aunque fuera por una película que representaba a Francia (eso sí, su producción contaba con un pequeño capital español de la empresa Jet Films). A pesar de tratarse de un cineasta en el exilio, cuyas películas eran censuradas sistemáticamente por el aparato franquista (El discreto encanto de la burguesía no se libró de la tijera), la noticia fue tratada con bastante entusiasmo por la prensa española, escribe Javier Yuste en El Cultural.
Fue la gala del triunfó de El padrino de Francis Ford Coppola, con el terremoto que produjo que Marlon Brando enviara a una joven vestida de india a rechazar el Óscar al mejor actor para reivindicar los derechos de los nativos americanos. Buñuel también se abstuvo de acudir al sarao celebrado en el Dorothy Chandler Pavillion de Los Ángeles el 27 de marzo de 1973, pero por motivos diferentes.
A pesar de que, a la postre, reservó un lugar estratégico a la película y al Óscar en sus memorias, el cineasta siempre rebajaba la importancia de estos premios. En una carta a su amigo José Rubia Barcia los definía como «abominable evento» y «hecatombe cinemática vanitas vanitatis». Poco antes de la gala en la que saldría vencedor, declaraba en The New York Times que el Óscar no significaba «absolutamente nada». En aquella época, además, preparaba en su casa del monasterio de El Paular un nuevo guión con su cómplice habitual, Jean-Claude Carrière.