.
El escritor mexicano al recibir el premio de Periodismo Rey de España. (Foto: EFE)
C iudad Juárez, Chihuahua. 14 de abril 2010. (RanchoNEWS).- El periodismo no debe bajar los brazos. Tampoco debe abandonar su función de veedor y de servir de contrapeso a los poderes, a los Gobiernos, a las grandes empresas. Aún menos, en un mundo globalizado donde las noticias viajan de manera instantánea. En torno a estas dos reflexiones giró el coloquio celebrado en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, en el que participaron el escritor mexicano Juan Villoro, que recibió ayer mismo el premio de Periodismo Rey de España en su apartado Iberoamericano por su trabajo La alfombra roja, el imperio del narcoterrorismo, el filósofo español Fernando Savater y el periodista de El País Jesús Ruiz Mantilla, quien se encargó de guiar la conversación. La organización corrió a cargo de la Fundación Lydia Cacho, dedicada a la defensa de los derechos humanos y que recoge su nombre de una valiente periodista mexicana asediada por la violencia del narcotráfico consecuencia de sus valientes denuncias. Una nota de Camilo Sánchez para EL País:
«Tristemente se está cumpliendo una predicción que sostengo desde hace treinta años: el narcotráfico y la ilegalidad de la droga están acabando con las democracias en América Latina», afirmó Savater. Para el autor de Ética para Amador, la función de los reporteros no se debe limitar exclusivamente a contar las tragedias de las víctimas, los allanamientos y la guerra entre los narcos y las autoridades, sino además debería tratar de desgranar el entramado político y económico que se esconde detrás de este problema. Si hasta ahora la guerra contra las drogas ha sido un rotundo fracaso, ¿por qué se siguen invirtiendo sumas ingentes de dinero en una lucha que ha mostrado muy pocos resultados?, ¿hay otros actores de las sociedad que se están lucrando del negocio?, ¿cómo se maneja el debate desde la política? Esas son cuestiones, a juicio de Savater, en las que el periodismo debe insistir e investigar.
Juan Villoro, por su parte, anotó que la información es un«arma necesaria contra la impunidad, contra el despotismo del poder». La información, dijo el escritor mexicano, tiene un compromiso fundamental dentro de las democracias. Y citó el caso de la periodista mexicana Lydia Cacho, quien tras haber destapado una red de pederastia que implicaba a empresarios y políticos de su país, ha sido víctima de amenazas de muerte. «La red de abusos de menores no ha sido sentenciada aún. Y Lydia sigue recibiendo amenazas. La más reciente fue en Cancún, donde encontró su camioneta cubierta de folios de su libro empapados en sangre».
El autor mexicano también denunció el doble rasero con el que los Gobiernos de Estados Unidos han manejado históricamente el problema del narcotráfico. «La palabra cartel es un invento de la CIA para describir únicamente a los delincuentes latinoamericanos o a los mafiosos italianos, pero hasta el momento no se tienen noticias del primer cartel de la droga estadounidense». Las desigualdades sociales, la inoperancia de los jueces y la ausencia de un sentido de lo ético en la sociedad mexicana fueron otros puntos que trató el autor de El testigo.
REGRESAR A LA REVISTA