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En la imagen la Compañía Nacional de Danza. (Foto: La Jornada)
C iudad Juárez, Chihuahua, 23 de diciembre 2010. (RanchoNEWS).- Los creadores de danza en México viven en constante crisis. Una nota de Fabiola Palapa Quijas para La Jornada:
Enumeran que no existe una política cultural gubernamental que brinde apoyo a las artes escénicas; esto se traduce en desigualdad en el presupuesto, lo cual coloca a la disciplina dancística en el eslabón más débil.
La escasez de recursos, la precaria infraestructura cultural, así como la deficiente formación de públicos para foros alternativos y problemas con la capacidad creativa de los coreógrafos, han marcado el desarrollo de la danza profesional en el país.
De acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional de Hábitos, Prácticas y Consumo Culturales, que presentó este año el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA), de 32 mil personas entrevistadas 66 por ciento contestó que no asiste a espectáculos de danza. Las razones son: porque no le interesa (28 por ciento), no tiene tiempo (16 por ciento) o no conoce de estas actividades (12 por ciento).
El tema del financiamiento, sin duda, es uno de los más acuciantes en el gremio. Si bien las instituciones culturales crearon convocatorias para destinar fondos a creadores, esta situación se ha convertido en una suerte de lotería, porque no todos los que participan obtienen recursos.
Las compañías independientes, que reciben recursos para la producción de sus obras, no tienen garantizado contar con un espacio para presentar al público sus propuestas, esta situación obliga a los creadores a sumar a sus actividades artísticas, trabajos administrativos y de gestión cultural.
En enero, entrará en funciones el Centro de Producción de Danza Contemporánea (Ceprodac), auspiciado por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) para impulsar la creación de espacios y el estímulo a la investigación, rubros apremiantes para mejorar el desarrollo de la danza.
Pese a ser concebido como un espacio de creación, producción y laboratorio de la danza contemporánea, el Ceprodac es considerado por coreógrafos como «un elefante blanco», ya que piensan que no beneficiará al gremio, mientras bailarines lo perciben como una solución a la creación de obras de gran formato.
Gremio estancado
Sobre la inestabilidad de la labor dancística y lo mal remunerada que está, la directora de Eterno Caracol Danza, Esther Lopezllera, señala que el gremio está estancado y cada día los profesionales de esta actividad enfrentan más obstáculos para mantenerse en el escenario.
«Aparentemente –agregó la coreógrafa– existen más becas, los recursos se distribuyen de manera equitativa, sin embargo, los espacios para presentar las obras se han cerrado. Ahora todo se realiza por convocatoria y el diálogo con las autoridades culturales es limitado.»
Explicó que las becas que otorgan las instituciones ayudan a la producción de la obra, pero no garantiza a la compañía contar con un espacio para presentar su propuesta coreográfica y tener difusión, incluso existen grupos que en un año no han podido realizar el montaje de ninguna obra.
Agregó que las tres salas que existen en la ciudad de México para la programación dancística resultan insuficientes. Esto ha complicado su labor creativa, porque además de ocuparse de la producción artística, los directores de las compañías deben hacer trabajo de relaciones públicas, administrativo y lidiar con la burocracia para hallar un foro.
«Es un desgaste impresionante conseguir un espacio para montar las obras, lo que se paga es muy poco y no se equipara realmente con el trabajo que realizamos por meses para preparar una coreografía».
Desde hace dos años, Eterno Caracol se presenta en el Teatro Legaria. Este año la compañía que dirige Esther Lopezllera no estuvo en la programación de las tres salas para danza que existen en esta capital.
Lopezllera deploró que la gente prefiera el futbol o un concierto de rock en vez de asistir a un teatro, aunque reconoció que esta situación es producto de la educación en las escuelas.
Discurso lejano
La directora de Drama Danza, Rossana Filomarino, comentó que la escasez de público en las presentaciones obedece a los a veces incomprensibles discursos coreográficos de las compañías, totalmente diferentes a los ballet clásico o el folclórico.
«La danza tradicional y clásica es más comercial, incluso algunas compañías se han mantenido con el apoyo de fondos regionales», agregó Filomarino.
La información publicada recientemente en la encuesta sobre el consumo cultural confirma esas aseveraciones del gremio, ya que de 32 mil personas entrevistadas sólo 17 por ciento ha asistido a una presentación de danza en los 12 meses pasados.
Según el estudio, el porcentaje de mexicanos que ha asistido a una presentación dancística es mayor al de otros países, en Inglaterra es de 10 por ciento, en Francia de 8, y en España de 5.
La directora de Barro Rojo, Laura Rocha, consideró que los creadores viven en una constante crisis y se han especializado en áreas ajenas al desarrollo de la disciplina para obtener apoyos y un foro donde presentarse.
«La danza ha pasado por diversas etapas y los creadores hemos fortalecido otras actividades para lograr promocionar nuestras obras, esto ha provocado una disminución en la creatividad. Llevo varios años sin crear una coreografía porque me preocupa la formación de los bailarines, y que la propuesta estética y la filosofía de la compañía no se pierdan».
Consideró que el trabajo de autogestión que realizó para obtener un convenio con la delegación de Tlalpan para ofrecer funciones en esa demarcación, aunque eso también ha limitado su proceso creativo.
Subrayó que las compañías ahora deben realizar propuestas de acuerdo a los foros alternativos, con la finalidad de atraer nuevos públicos.
«Cada vez somos más grupos y los recintos son los mismos, así que tenemos que buscar espacios diferentes y ser muy creativos para mantenernos en el gusto de la gente, por fortuna tenemos este proyecto en Tlalpan».
En el caso de la compañía Dramadanza, Filomarino señaló que solicitó funciones para 2011 en el Teatro de la Danza del Centro Cultural del Bosque; en el Teatro Raúl Flores Canelo del Centro Nacional de las Artes, y en la sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario, y no fue incluida en la programación en ninguno de los tres foros.
«Creo que la balanza de la programación no está bien, porque de 300 días de operación en el Foro de la Danza no hay tres funciones para la compañía. Deben existir criterios más flexibles en la organización, este es otro problema. Éste no es un problema institucional sino mundial; la crisis también se refleja en las artes y los creadores vivimos en la incertidumbre, no sabemos que sucederá mañana con nuestra profesión», enfatizó la coreógrafa.
Nuevo público
La coordinadora nacional de la danza, Carmen Bojórquez, djo que la situación de la especialidad contemporánea es grave, porque no se han formado nuevos públicos.
Explicó que el problema del público no es exclusivo de la danza, simplemente se acentúa por las condiciones en las que trabajan los creadores mexicanos: temporadas cortas y pocos recintos culturales.
«Si realizamos temporadas más largas serían muy pocas las compañías con oportunidad de presentar su trabajo».
De acuerdo con la encuesta de hábitos culturales del CNCA, del 17 por ciento que en los pasados 12 meses asistió a un espectáculo dancístico, 59 por ciento acudió a ver una función de danza folclórica; 17 por ciento, ballet clásico, y sólo 11 por ciento fue a un espectáculo de danza contemporánea.
Asimismo, 67 por ciento de las personas que asistieron fue por entretenimiento y 63 por ciento valoró el tipo de danza a la hora de elegir.
La directora de la Compañía Nacional de Danza, Sylvie Reynaud, señaló que la danza clásica es universal y a diferencia de la contemporánea, el público no necesita ser conocedor para apreciar un ballet como El lago de los cisnes o La bella durmiente.
«El gusto por lo contemporáneo lo adquiere, generalmente, el público que es asiduo a este tipo de propuestas, que conoce las vanguardias, es un poco elitista, porque tiene mayor conocimiento de esta disciplina».
Capacidad creativa a la baja
La directora de Dramadanza percibió la actividad dancística en el año que termina «bastante mediocre, con pocos estrenos y ninguno de ellos de gran impacto. Existe un número importante de creadores, pero el nivel de la producción es de experimentación y esto debemos atenderlo».
Esther Lopezllera asumió su responsabilidad como creadora en el tema del escaso interés del público. Explicó que la mayoría de los coreógrafos de danza contemporánea se preocupan más por las búsquedas internas, de vanguardia, y pierden conexión con el espectador.
Rafael Rosales, director del proyecto Solos en tránsito, que en 2011 celebrará 25 años de trayectoria, señaló: «Es difícil crear propuestas de calidad a corto plazo, a pesar de que existen creadores talentosos, porque no tenemos tiempo suficiente para realizar una investigación».
En opinión del coreógrafo, «la situación de la danza es grave, porque las compañías y los solistas estamos acostumbrados a que todo sea en función de un beneficio cultural institucional, cuando es obligación de las instituciones culturales apoyar a los grupos. Es complicado el panorama actual y los creadores de danza debemos buscar diversos mecanismos para generar temporadas. No existe una política cultural y el gremio no está unido; las becas las ganan sólo los coreógrafos que se enteran de las convocatorias o los que son jurados, y generalmente son los mismos».
El bailarín de Eterno Caracol Danza, Manuel Márquez, sostuvo que «en México no existe una política cultural clara que brinde apoyo a las artes escénicas. Los recortes presupuestales al subsector de cultura han aumentado y la Coordinación Nacional de Danza tiene problemas de financiamiento para la programación de temporadas. Las principales áreas que se deben atender para fortalecer la danza es la formación de nuevos públicos; trabajar en la gestión cultural en coordinación con las instituciones, porque desde hace varios años no existe una buena política cultural y cada año es menos el apoyo que reciben las compañías independientes».
Leticia Alvarado, directora de Tándem Cía, comentó que los apoyos a las compañía nunca son suficientes y este año hubo un recorte al presupuesto de cultura.
«Los grupos tenemos que implementar estrategias diferentes para atraer al público, no solamente a la danza, sino a todas las artes escénicas. El gobierno debe ver a la disciplina dancística como un patrimonio cultural y brindarle el apoyo que necesita. Revisar las políticas culturales, porque de pronto a creadoras como Guillermina Bravo, Gladiola Orozco o Michel Descombey se les retiran los recursos sin ofrecer una alternativa para ellos, que son iconos de la danza mexicana».
Proyecto transexenal
Carmen Bojórquez explicó que «con el recorte de presupuesto a cultura, en la CND se realizó una distribución del gasto para no dañar ninguno de los programas, incluso fortalecimos los apoyos a festivales y se incrementó el Premio INBA-UAM».
Bojórquez anunció que en enero entrará en funciones el Ceprodac, cuando se designe al nuevo director de una terna propuesta por el Consejo Artístico Asesor, ya que a la convocatoria sólo tres personas presentaron proyectos, pero no reunieron las características requeridas.
Comentó que el Ceprodac se concibe como un espacio de creación, producción y laboratorio de la danza contemporánea en México, basado en la estructura de una organización flexible que privilegie la libertad creativa.
La coordinadora Nacional de Danza aseguró que el Ceprodac no será un proyecto de un sexenio, porque todos los lineamientos se encuentran en actas, para que la gestión del director sea de cuatro años y pueda trascender después de 2012.
La directora y coreógrafa de Dramadanza consideró que el Ceprodac resolverá el problema de crear obras de gran formato, al contar con un financiamiento estable y bailarines con sueldo. También comentó que los cuatro años de gestión del director al frente del centro es un lapso correcto para el proyecto, mientras los bailarines seleccionados para realizar una estancia artística sólo tienen dos años, esto con la finalidad de brindarle la oportunidad a más jóvenes ejecutantes.
«Tengo confianza en el proyecto del Ceprodac. Espero que inicie bien sus actividades y que realmente sea un apoyo para que la actividad dancística sea más prolífica, al producir más obras nuevas al año y en condiciones amables de trabajo en cuestión de recursos y de tiempo», agregó Filomarino.
Esther Lopezllera aseguró que es incierto el funcionamiento del Centro de Producción de Danza Contemporánea, porque no se conocen los parámetros que tendrá la dirección de este proyecto y también existen compañías que requieren el apoyo de las instituciones culturales.
Agregó: «Me parece contradictoria la creación del centro, serán pocos los afortunados que reciban un salario digno».
Elefante blanco
Para Laura Rocha, el Ceprodac «no es la solución para la danza ni tampoco es la mejor opción». Señaló que se requiere realizar un diagnóstico de la situación dancística en el país y revisar las propuestas que ya existen.
«Me da la impresión que este proyecto se puede convertir en un elefante blanco en el que la burocracia deteriorará más la situación de crisis que vive la danza, creo que vamos a perder en lugar de darle salida a los proyectos. A la mayoría del gremio este centro no nos va a beneficiar».
Manuel Márquez sostuvo que el Ceprodac tal vez beneficie a una parte de la comunidad, porque impulsará la creatividad y bailarines y coreógrafos contarán con un sueldo estable. Enfatizó que también existe el riesgo de que los recursos destinados a este centro afecten otros programas.
Desde el punto de vista de Rafael Rosales, el Ceprodac es un engaño, porque los seleccionados como directores y bailarines «serán los mismos que han sido becarios, incluyendo a los que ahora forman parte del Consejo Artístico Asesor, porque en México no se ve el talento, se ve sólo a los amigos».
Leticia Alvarado consideró que el centro coreográfico será una buena opción si presenta propuestas coreográficas producto de la investigación, de lo contrario se convertirá en una compañía más que no contribuirá a resolver la precaria situación del gremio.
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