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El arquitecto Oscar Niemeyer durante la celebración de su 103 cumpleaños. (Foto: Daniel Verdú)
C iudad Juárez, Chihuahua, 15 de diciembre 2010. (RanchoNEWS).- Hubo un tiempo en el que Óscar Niemeyer se ocupó de diseñar el futuro, un lugar donde no había líneas rectas y en el que las enroscadas construcciones parecían platillos volantes. Pero el milagro es que hoy, secretos de la naturaleza, el arquitecto brasileño ha sobrevivido a su propia prospección y ha cumplido 103 años. El futuro, el suyo, le ha alcanzado pensando en su estudio de Copacabana. Una nota de Daniel Verdú para El País:
Hoy, en medio de una multitud que se agolpaba para conseguir una fotografía con él, con los ojos protegidos por unas gafas de sol y deslizándose en una silla de ruedas empujada a turnos por sus hijos, nietos y bisnietos (todos con un parecido asombroso al patriarca), el genial arquitecto ha inaugurado una de sus dos últimas creaciones: la fundación que lleva su nombre en la ciudad de Niteroi (a 20 kilómetros de Río de Janeiro). A toda prisa, para poder hacerlo con la música de fondo de su aniversario, los operarios todavía terminaban los acabados del edificio repleto de invitados.
Escoltado por una multitud de flashes y periodistas solo al alcance de una celebridad nacional como él ha llegado al centro de Niteroi, sonriente y con una paciencia infinita para devolver el cariño de un país que le adora y que todavía ve en él el símbolo de la pujante prosperidad brasileña. Cada vez que alguien pronunciaba su nombre, todos los invitados se arrancaban en un sonoro aplauso al que él correspondía con un leve gesto
Pero coincidiendo con la efeméride, también se corta hoy la cinta de la fundación que lleva su nombre al otro lado del Atlántico, en la ciudad asturiana de Avilés. Será a las 19.30, un acto más bien simbólico porque el centro no comenzará a funcionar hasta comienzos del año que viene. Según él, el complejo asturiano es el proyecto más importante que han hecho jamás en Europa, una página más de un futuro que superado el siglo de vida sigue ocupando su reflexiones. Su avanzada edad y el miedo a volar han impedido que se trasladará a España para la inauguración, pero conectará en directo por videoconferencia para bendecir su última creación.
Después de comer, Niemeyer se trasladará con su familia y amigos a pasar la tarde en su estudio de Copacabana, en la avenida Atlántica. Hará lo mismo que hace siempre, estar ahí, mirar el mar, despachar con su mano derecha y amigo Jair Valera sobre los proyectos que tienen en marcha y recibir a las visitas que decidan acercarse para celebrar su particular milagro.
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