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Rufino Tamayo, fundador del certamen de pintura que lleva su nombre. (Foto: Rogelio Cuéllar)
C iudad Juárez, Chihuahua, 15 de diiciembre 2010. (RanchoNEWS).- Postergar la convocatoria para la versión 15 de la Bienal de Pintura Rufino Tamayo, que debió difundirse el año pasado, ha causado manifestaciones de inconformidad e incertidumbre en un grupo de artistas. Una nota de Merry MacMasters para La Jornada:
Al respecto, la crítica de arte Raquel Tibol manifiesta su posición: es un «descanso» para ver «qué se puede inventar para tener vivo a Tamayo».
El pasado 8 de abril los artistas entregaron «una carta abierta de protesta» a Teresa Vicencio, directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), y a Sofía Hernández, titular del Museo Rufino Tamayo Arte Contemporáneo (La Jornada, 14/12/10).
A su vez, Magdalena Zavala, coordinadora Nacional de Artes Plásticas del INBA, quien se ha ocupado de reunirse con los quejosos, así como otros profesionales, ha presentado su renuncia tras dos décadas de laborar en la institución, ya que a partir de enero próximo se sumará a un nuevo proyecto del Museo Franz Mayer, el cual se dará a conocer oficialmente entonces. Mientras tanto, se habla de un segundo museo, a la vez que de la restructuración del organigrama. Además, el abogado Miguel Escobedo Fulda asumirá la presidencia del patronato del recinto.
Descanso oportuno
Raquel Tibol, quien ayer cumplió 87 años, recuerda que Tamayo fue pintor, dibujante, escultor y grabador. La escritora, jurado de la bienal en varias ocasiones, en las reuniones previas logró que en 2004 el certamen se dedicara con mucho éxito al dibujo y grabado de gran formato. «No hay que repetir pintura, sino todas las especialidades que practicó Tamayo», señala.
Por otro lado, «en vista de que la pintura está pasando por una etapa crítica desde el punto de vista mercantil, también estético, es un momento difícil, es un cambio, me extraña que personas que hicieron la Ruptura se pongan tan nerviosas con esta postergación. A mí me parece que es oportuna, no por las razones que dan, sino porque estaba un poco viciada. Resulta que los curadores se consideran autoridades indiscutibles, que no lo son. Bastaría ver la exposición de Orozco (José Clemente Orozco: pintura y verdad), que es un espanto, en el Antiguo Colegio de San Ildefonso. No he visto en mi vida una museografía peor».
De modo que está bien «un descanso de cuatro años y armar otra cosa», ya que «no se debe sostener tantos años un formato porque se burocratiza».
Además, «los curadores y jurados adquirieron demasiada autoridad. Hicieron a veces tontera y media, pero ninguno de los firmantes protestó cuando dejaron nada más 27 obras cuando tenían la obligación de dejar 50. La única que protestó públicamente fui yo. Entonces, no estoy de acuerdo, no firmaría ese documento».
De allí que la entrevistada apruebe un receso de cuatro años y «ver qué se puede inventar para tener vivo a Tamayo», porque «a fin de cuentas la bienal Tamayo nada más lleva el nombre, Tamayo nunca dio un centavo. El dinero para premiar lo daba el INBA y Oaxaca».
Ante la posibilidad de abrir el certamen a otras manifestaciones, Raquel Tibol contesta:
«Hasta ahora me quedaría en las manifestaciones (que Tamayo cultivó). Por ejemplo, no se ha hecho una bienal en el Tamayo de escultura, entonces, están en deuda con ella, y después inventar algo distinto, a ver qué. Los que han estudiado a fondo a Tamayo pueden encontrar una razón de darle vitalidad. Por ejemplo, entrar a los temas que trató, uno de ellos la pintura erótica. Yo haría un salón de pintura erótica, porque tiene mucho. No está dicho con realismo, sino con sutileza poética y a veces con brutalidad poética».
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