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El fotógrafo mexicano en 2008, durante el homenaje que recibió de sus alumnos por 40 años de su taller de fotografía en la Casa del Lago. (Foto: José Antonio López)
C iudad Juárez, Chihuahua, 5 de mayo 2011. (RanchoNEWS).- El fotógrafo Lázaro Blanco Fuentes (Ciudad Juárez, primero de abril de 1938) falleció ayer alrededor de las 15 horas, a los 73 años, a consecuencia de una recaída del cáncer que padecía. Una nota de Merry MacMasters para La Jornada:
Incluso, el pasado 23 de diciembre se realizó una venta fotográfica con la intención de recaudar fondos para apoyarlo en su tratamiento médico.
Maestro desde 1969 de los talleres de fotografía en la Casa del Lago, y adorado por sus alumnos, en 2008 recibió la Medalla al Mérito Fotográfico en el Noveno Encuentro Nacional de Fototecas, efectuado en Pachuca.
Lázaro Blanco dejó proyectos pendientes con el Centro de la Imagen, donde expuso con el título Temporarios el año pasado, como la publicación de un libro, que será coeditado con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El fotógrafo llegó a la ciudad de México para estudiar la licenciatura en física experimental en la UNAM. Se desempeñó como profesor y coordinador del área de ciencias experimentales del Colegio de Ciencias y Humanidades, plantel Vallejo. No obstante sus inicios en el Club Fotográfico de México en 1966, fue en los museos neoyorquinos donde descubrió la fotografía que deseaba desarrollar. En 1967, la imagen Alegría de vivir, tomada en Guerrero, obtuvo el tercer lugar en un certamen internacional y eso lo motivó para dedicarse profesionalmente a la fotografía.
Nunca usó una cámara digital, al contrario, siguió fiel a sus tomas de 6 x 6 y su película de 35 mm. Desde 2009 algunos de sus alumnos, por voluntad propia, empezaron a acudir a su casa con sus computadoras para digitalizar su archivo.
Al principio, Lázaro Blanco se rehusaba a «meterme en esos líos» (La Jornada, 12/4/10), pero luego le pareció «muy útil, porque yo, para ver mis fotos, imprimía las que pensaba eran interesantes, en un tamaño chiquito». Ahora las podía ver «en una pantalla casi al 40 por ciento». Para no depender de nadie, y sus tiempos, un hermano le armó una computadora y empezó a manejarla él mismo.
Enorme obra fotográfica
Para Lázaro Blanco hacer una imagen no era lo que lo provocaba, sino «la imagen misma del tema que sea. Si salen 50 mil fotos del mismo tema, son las imágenes que aparecen. Otra cosa que siempre les digo a los muchachos es que nosotros no hacemos composiciones en el sentido estricto, porque eso lo dejamos para los pintores. No tenemos tiempo de andar componiendo, midiendo, relacionando armónicamente. Reconozco relaciones cromáticas o lumínicas y geométricas, y eso de inmediato me provoca hacer algo, así me encuentre donde sea, como en un basurero».
Respecto del libro, cuyo editor es Pablo Ortiz Monasterio, el director del Centro de la Imagen, Alejandro Castellanos, dijo que «no es necesariamente antológico, sino más bien es un libro de autor. Todavía lo estuvimos viendo con él el domingo».
El volumen está en proceso, «ya pasó por el comité editorial del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, es decir, está el trámite burocrático. Ahora, será cuestión de revisar el asunto con la familia».
Entrevistado, Castellanos reiteró que Blanco deja «una obra enorme. El archivo era algo que habíamos platicado mucho con él, sobre la necesidad de seguir colaborando para apoyarlo en su cuidado. De allí también la exposición que se hizo».
Juan Reynoso, coordinador de los cursos de Casa del Lago, dijo que Blanco siguió impartiendo sus talleres hasta el último momento, aunque ya no llegó el sábado 30 de ahttp://www.blogger.com/img/blank.gifbril, porque ingresó al hospital. «Fue la segunda vez que faltó a un taller en 42 años», apuntó.
Los restos de Lázaro Blanco son velados en una funeraria de la calle Versalles, en la colonia Juárez.
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