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Obra temprana de Caravaggio, El tañedor de laúd pasó a integrar la colección del Hermitage en 1808. (Foto: Bernardo Pérez)
C iudad Juárez, Chihuahua, 4 de noviembre 2011. (RanchoNEWS).- El museo del Hermitage atesora tantas y tan buenas colecciones que la ciudad que lo alberga, San Petersburgo es un destino obligado para los amantes del arte. Rubens, Velázquez, Caravaggio, El Greco, Carracci, son algunos de los maestros antiguos representados en sus salas. Pero también Picasso, Matisse, Kandinsky, Lèger, Malevich... Los grandes maestros deslumbran entre las miles de obras que posee el museo ruso. Una selección de 180 piezas, desde el siglo V antes de Cristo hasta el siglo XX, integran lo que será una de las grandes muestras de la temporada y que se abre el próximo martes en el Museo del Prado hasta el 25 de marzo. Se trata de la primera vez que tal cantidad de joyas abandonan su sede habitual. La exposición, copatrocinada por el BBVA y Acción Cultural Española (AC/E), responde a la muestra dedicada el pasado año en San Petersburgo, visitada por más de 630.000 personas, el número más alto en la historia del museo. Una nota de Ángeles García para El País:
Gabriele Finaldi, adjunto a la dirección del museo, y comisario español de la exposición, da cuenta de la grandiosidad del museo explicando sus orígenes. Situado junto al río Neva, El Hermitage forma parte de un gigantesco complejo palaciego, donde el palacio de Invierrno, la residencia de la zarina Catalina la Grande, es el edificio principal. Creado a partir de las colecciones de Pedro el Grande, los sucesivos zares se ocuparon de enriquecer unas colecciones envidiadas por todo el mundo y que abarcan desde el Egipto de los faraones, las culturas siberianas y grecorromanas hasta el arte del Renacimiento, la escultura neoclásica y lo mejor del siglo XX. Así, piezas arqueológicas compiten en belleza con obras maestras de Rembrandt o de Matisse.
Los tesoros del Hermitage se extienden por todas las salas de exposiciones temporales de la ampliación realizada por Moneo. La pintura holandesa e italiana compite con los maestros españoles frente a las espectaculares piezas arqueológicas de oro y piedras preciosas como Peine con escena de batalla, obra de oro escita del siglo IV a.C., y la joyería siberiana procedente de las colecciones de Pedro el Grande.
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