Rancho Las Voces: Obituario / Ray Bradbury
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jueves, junio 07, 2012

Obituario / Ray Bradbury

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El escritor estadounidense.  (Foto: Página/12)

C iudad Juárez, Chihuahua. 7 de junio de 2012. (RanchoNEWS).-Ray Bradbury, el autor que ha inspirado a millones de lectores e influenciado a escritores de todo el orbe, falleció este martes a la edad de 91 años, a causa de una larga enfermedad, anunció su familia en la página oficial del escritor (www.raybradbury.com). Una nota de Ericka Montaño Garfias para La Jornada:

Siempre se definió como un amante de la escritura, la literatura, los libros, pero sobre todo de la vida. Ama lo que haces y haz lo que amas era una de sus frases favoritas. En un video de la National Endowment fot the Arts dijo que su epitafio sería: «Aquí yace Ray Bradbury, quien amó la vida completamente».

Su nieto, Danny Karapetian, escribió en su cuenta de Twitter: «El mundo ha perdido a uno de los mejores escritores que ha conocido, y uno de los hombres más queridos para mí. QPD Ray Bradbury (abuelo No. 1)», mientras en la página de Internet del escritor los lectores escriben sus condolencias.

En México, país que visitó cuando tenía veintitantos años, el programa de radio En busca del cuento perdido, que conduce Sandra Lorenzano, transmitirá el lunes 11 un programa especial dedicado al escritor a las 13 horas en Horizonte 107.9 y estaciones del Imer.

Ray Bradbury (Waukegan, Illinois, 1920-Los Ángeles, 2012), reconocido mundialmente por sus libros Fahrenheit 451 y Crónicas marcianas, comenzó a escribir desde los 12 años. En su obra se encuentran cientos de cuentos cortos, además de ensayos, óperas, obras de teatro, adaptaciones para televisión y para cine, entre ellas el script de la de la novela Moby Dick –de Herman Melville– en un filme dirigido por John Huston.

Compartió, en libros y videos, los secretos del oficio de escritor, y fue un crítico del poder desde sus libros y en entrevistas. Por ejemplo, en 2010 advirtió en declaraciones a un diario de su país que «Estados Unidos necesita una revolución. Hay demasiado gobierno actualmente. Es necesario recordar que aquél debería ser del pueblo y para el pueblo».

En el principio...

Cuenta Bradbury en su página de Internet, en la que sólo posteó tres textos, «comencé a pensar en convertirme en escritor cuanto tenía 8 años, porque miraba las cubiertas de las revistas de cómic Amazing y Wonder Stories. Las portadas eran tan hermosas y encantadoras que entonces decidí que algún día me deslizaría entre ellas y nunca saldría de nuevo, lo cual finalmente hice. Era un hermoso lugar para vivir, pienso yo».

También, escribió, fue el encuentro con Blackstone el mago, «quien vino a mi pueblo cuando tenía siete años. Subí al escenario y lo ayudé a desaparecer a un elefante. Me regaló una coneja llamada Tilly, que llevé a casa. Tuvo seis conejos: ¡abracadabra! ¡Eso fue un acto de magia por sí mismo!»

En ese momento «también decidí que quería ser mago. ¿Y eso es lo que ha sucedido, verdad? La gente me llama escritor de ciencia ficción, pero creo que no es completamente cierto. Creo que soy un mago que es capaz de hacer que las cosas aparezcan y desaparezcan justo frente a ustedes y ustedes no saben cómo ocurrió».

Sin embargo, el encuentro definitivo fue a los 12 años, cuando Mr. Electrico, personaje de circo que jugaba con electricidad, lo tocó con una espada electrificada y le dijo «¡Vive para siempre! ¡Vive para siempre!» La forma que encontré de vivir para siempre fue escribiendo, narra en ese video de la National Endowment for the Arts (www.nea.gov/av/video/bradbury/bradbury.html), una suma de recuerdos que compartió también en diferentes medios, entrevistas, y textos.

En primera persona

A contiuación el autor de El árbol de halloween en primera persona:

Gracias a dios, tomé mi propio camino, y no el que mucha gente me decía que tomara. A los 12 años descubrí que podía vivir para siempre si me convertía en escritor. Escribió su primera historia en una máquina de escribir de juguete y desde entonces nunca dejé de escribir.

El polvo de las biobliotecas el perfume de todos las mujeres hermosas, de los valientes guerreros, de todos esos personajes que habitan en los libros.

No se tienen que quemar libros para destruir una cultura. Sólo se necesita que las personas dejen de leerlos.

Deberíamos aprender de la historia de la destrucción de los libros. Cuando tenía 15 años Hitler quemó libros en las calles de Berlín, me aterró porque yo era bibliotecario... En Rusia no se quemaron libros, se quemaron a los autores en lugar de los libros: Aprendí entonces lo peligroso que era todo eso, porque si no se tienen libros, ni la habilidad de leer, entonces no se puede ser parte de ninguna civilización, no se puede ser parte de la democracia.

Los dirigentes de muchos países temen a los libros porque los libros enseñan cosas que ellos no quisieran que se enseñaran. Si sabes leer tienes una educación completa acerca de la vida. Entonces sabes cómo votar dentro de una democracia pero si no sabes leer, no sabes cómo decidir.

Fahrenheit 451

«Publiqué la primera versión de Fahrenheit, The Fireman (El bombero), en una revista de ciencia ficción llamada Galaxy, en 1951, y Ballantine vino y leyó esa novela corta de 25 mil palabra y me dijo ‘¿puedes escribir más? Otras 25 mil palabras y la publicaremos como novela y tendrás que encontrarle un buen título porque El bombero no es un buen título».

«Me dio curiosidad saber a qué temperatura se quema el papel, así que llamé al departamento de química de la UCLA y ellos no sabían. Llamé a SC y ellos tampoco sabían, entonces me dije: ‘Idiota, llama al departamento de bomberos’. Llamé al jefe de bomberos del centro de Los Ángeles, y le dije ‘Señor Jefe, podría decirme a qué temperatura se quema el papel de los libros? Y me respondió ‘deme un momento, ahora regreso’. Volvió y me dijo: ‘el papel de los libros arde a los 451 grados Fahrenheit’. Dije ‘eso es bueno’, cambié el orden de las palabras. Fue así como supe la temperatura».

Escribió el resto de las 25 mil palabras que faltaban para convertir Fahrenheit en una novela, en el sótano de la Universidad de California Los Ángeles, donde le rentaban una máquina de escribir a 10 centavos media hora.

«¿Cómo lo hice?. Dejé que los personajes vinieran a mí. Mis personajes escribieron el libro, no lo escribí yo. Vinieron y me dijeron ‘escúchame’ y yo los escuché».

Con la publicación de Fahrenheit 451 entró de lleno en la comunidad intelectual y lo llevó a conocer a autores como Aldous Huxley, quien le dijo: «¿Sabes lo que eres? ¿Sabes lo que eres? Eres un poeta. ¡Un poeta!»

«Mi editor me había dicho que yo era un novelista, pero yo no sabía que era un novelista porque estaba enamorado. Y después Huxley me dijo que yo era un poeta, yo no sabía que era un poeta, porque yo estaba enamorado de Shakespeare, Emily Dickinson y todos los grandes poetas. ¿Puedes ver lo que el amor hace por ti? No sabes lo que eres porque estás enamorado».

Clarisse, el personaje de Fahrenheit 451 «soy yo. Clarisse McClellan es Ray Bradbury, el joven que se enamoró de la vida. Y Clarisse es la esencia de la vida y la esencia del amor».

Libros, Vida, Amor

Los libros son inteligentes, y brillantes y sabios.

Si encuentras a alguien a quien amar, que ame la vida tanto como tú, y que ame a los libros tanto como tú, agárrala o agárralo y cásate.

La vida es maravillosa. Ésa es una cosa maravillosa.

La razón por la que mis libros son populares es porque ellos saben que soy un amante, y mis obras son poéticas. Yo no sabía que estaba escribiendo poesía, pero lo estaba, y en el centro de mis libros está el regalo de la vida. Cuando la gente toca mis libros, ellos están vivos, así que ese es el regalo que les doy.

Ama lo que haces y haz lo que amas. No escuches a nadie que te diga ‘no lo hagas’. Haz lo que quieras, como un niño imagina lo que quieres y constrúyelo. Haz lo que quieras, pero la imaginación debe ser el centro de tu vida. La fantasía debe estar en el centro de tu vida.

Párate en la orilla del acantilado y salta, y haz crecer tus alas durante la caída.

Todos somos hijos e hijas del tiempo. Así que agradezco al universo por crear vida en la tierra, y permitirme vivir aquí.

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