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El escritor peruano. (Foto: AP)
C iudad Juárez, Chihuahua. 20 de junio de 2012. (RanchoNEWS).- El Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa consideró que tiempos de tribulaciones económicas como los que atraviesa España son siempre fecundos para la literatura, tal y como ocurrió en América Latina a mediados del siglo pasado, informa la agencia AP desde Madrid.
«Los tiempos malos son tiempos generalmente buenos para la literatura», dijo Vargas Llosa en una rueda de prensa en Madrid.
«Esa inseguridad en el mundo real crea una enorme necesidad de tener mundos alternativos que nos den seguridad, que nos den orden y un prisma para entender mejor un mundo complejo, caótico, confuso».
El autor peruano presentó una edición conmemorativa de La ciudad y los perros con motivo del cincuentenario de su publicación, editada por la Real Academia Española, la Asociación de Academias de la Lengua Española y Alfaguara.
La ciudad y los perros, de 1962, está considerada por la crítica como una de las obras más importantes de Vargas Llosa y de la novela latinoamericana, por sus modernas técnicas narrativas y las poderosas historias que viven los protagonistas en el Colegio Militar Leoncio Prado de Perú.
Según Vargas Llosa, esta obra junto a otras de autores como Gabriel García Márquez surgieron en un contexto de incertidumbre política y social, como el que vive ahora Europa y España en particular, país en el que reside.
«Ahora que estamos viviendo un periodo de gran inseguridad, de gran confusión, de gran incertidumbre; desde el punto de vista literario, desde el punto de vista cultural, no es malo. Creo que es más bien un tiempo muy propicio para grandes empresas creativas», aseguró.
A propósito de la nueva edición de su novela, Vargas Llosa, de 76 años, admitió que no le gusta releer sus obras, pero que al hacerlo con La ciudad y los perros sintió nostalgia.
El escritor recordó los tiempos en los que escribía la novela en Madrid, donde se encontraba estudiando con una beca. Además, dijo que las técnicas que usó entonces marcaron una pauta de trabajo para el resto de su vida.
El libro se inspira en la experiencia personal adolescente que vivió Vargas Llosa en la escuela militar en la que estudió interno y marcó el inicio de la carrera del autor. Después siguieron títulos emblemáticos como La fiesta del chivo, Conversación en la Catedral, La tía Julia y el escribidor, entre otros, que le valieron el Premio Cervantes en 1994 y el Nobel de Literatura en 2010.
Sobre la influencia de La ciudad y los perros en la sociedad peruana, Vargas Llosa consideró que sólo el tiempo podrá juzgar su valor.
«Creo que la literatura deja una huella en la vida», señaló. «Cuando yo era joven y escribí La ciudad y los perros nunca pensé que llegaría a tener 50 años».
«Me alegro mucho que la suerte me haya acompañado y la novela sigua viva y a lo mejor me entierran y sigue viva, que es lo que quisiera cualquier escritor para su obra», agregó.
Vargas Llosa recordó los problemas que tuvo que sortear la novela para publicarse en España, debido a la rígida censura del régimen de Francisco Franco. Tras una larga negociación con el Ministerio de Información, que el autor calificó de cómica en algunos aspectos, se vio obligado a modificar ocho frases del texto original.
Cambios tan peregrinos, relató, como sustituir burdel por prostíbulo o vientre de ballena por vientre de cetáceo. Cuando la segunda edición vio la luz en España, el editor recuperó las frases originales sin que la censura franquista lo advirtiera.
En la edición conmemorativa, el texto se ha revisado para corregir erratas y adaptarlo a los nuevas normas gramaticales y ortográficas aprobadas recientemente por las academias de lengua a uno y otro lado del Atlántico.
Además, el volumen viene acompañado de ensayos y estudios del presidente de la Academia Peruana de la Lengua, Marco Martos, el autor español Javier Cercas y el ex director de la RAE, Víctor García de la Concha, entre otros.
La ciudad y los perros saldrá a la venta el viernes, con el objetivo de estar disponible en las librerías de España y América Latina en un plazo máximo de dos semanas.
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