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Alfonso de Maria y Campos, ex director del INAH, durante una protesta de vecinos de Teotihuacán, al pie de la Pirámide de la Luna, en ese sitio arqueológico donde se intentó montar un espectáculo privado de luz y sonido, el 12 de enero de 2009. (Foto: José Carlo González)
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iudad Juárez, Chihuahua. 18 de julio de 2013. (RanchoNEWS).- El reciente nombramiento de María Teresa Franco en la dirección general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) tiene la finalidad de «desmantelar al INAH actual» y con ello «regresar a la etapa negra» del instituto, consideran trabajadores e investigadores del mismo. Una nota de Ana Mónica Rodríguez y Javier Molina para La Jornada:
El investigador y ex líder sindical Felipe Echenique asegura que desde la administración que encabezó la funcionaria, en el sexenio salinista, «se empezó a construir ese otro INAH, el cual se supone es administrativista y normativo.»
Ahora, prosigue Echenique, con el regreso de Franco, tras la «sorpresiva» destitución del etnólogo Sergio Raúl Arroyo, «los trabajadores se van a poner la pila, porque los años en los cuales estuvo ella al frente del INAH fueron un desastre en todos los sentidos.»
Este jueves, adelantó Echenique, habrá un pleno de delegados provenientes de todo el país, incluidos los trabajadores sindicalizados, técnicos y manuales del INAH. «Todos manifiestan su claro repudio a Teresa Franco por la sencilla razón de que tenemos memoria,» agregó.
«Nos falta analizar cómo nos vamos a organizar y cuáles serán las estrategias que vamos a seguir para oponernos no sólo al citado nombramiento, sino al encargo con el que viene (Franco), porque para nosotros es claro que el encargo que trae es el desmantelamiento del INAH actual.»
Por proteger el patrimonio
Para Felipe Echenique, algunos de los aspectos que pesaron para retirar a Arroyo del INAH fue el hecho de haber suspendido el proyecto del teléferico de Puebla, el Museo del Cacao dentro de la zona arqueológica de Chichén Itzá y proyectos mineros en los alrededores de Xochicalco, Morelos, entre otras cuestiones que «iban a destacar el peso que tiene la ley federal, en relación con la salvaguarda del patrimonio arqueológico e histórico.
«Parece que estos intentos de Sergio Raúl Arroyo de unificar criterios de los trabajadores e investigadores y el haber prometido que fortalecería la investigación y la salvaguarda del patrimonio nacional molestó mucho a las autoridades y, pudo ser la razón de que Emilio Chuayfett (secretario de Educación Pública) nombrara de nuevo a Franco como directora del INAH.»
En tanto, María de la Luz Aguilar, secretaria general del Sindicato de Investigadores del INAH, que agrupa a más de 800 académicos, dijo que este jueves durante el pleno de delegados «se tomará una posición generalizada» en torno a los cambios en el instituto.
«Lo que puedo decir, es que nos tomó por sorpresa el relevo en la dirección general y no sabemos a qué razones obedece. No obstante, esperamos que la nueva administración se apegue a nuestra ley orgánica y sea para bien de todos en la institución.»
Por tanto, manifestó la líder sindical, «buscaremos el respeto del reglamento, a las condiciones de trabajo y a la protección del patrimonio, además de que lucharemos en favor del fortalecimiento del instituto.»
Por su parte, Villevaldo Pech, abogado de los comerciantes ambulantes de Chichén Itzá, dijo que «la mermada credibilidad de INAH ha sucedido por diversas razones, entre ellas, la falta de recursos de los gobiernos para realizar proyectos de investigación y dar mantenimiento a las zonas arqueológicas.»
Las autoridades, añadió, tampoco han contratado a más custodios que puedan proteger y resguardar los sitios. Se requieren trabajos de restauración y conservación en los edificios prehispánicos «hasta como propia imagen del INAH.»
También, puntualizó, «ha habido insensibilidad» para apoyar a las comunidades indígenas, así como a comerciantes y artesanos que «están al margen de los beneficios de los empresarios y proyectos turísticos.»
Contra la privatización
La restauradora Haydeé Orea, adscrita a la delegación del INAH en Chiapas, lamentó la salida de Sergio Raúl Arroyo de la dirección del instituto: «Me parece una pena, porque como académico tenía una visión menos política sobre la conservación del patrimonio cultural.
«El etnólogo –prosiguió– estaba muy preocupado por el tema de Yaxchilán, porque los pobladores de Frontera Corozal tomaron la taquilla del INAH desde el año pasado y a la fecha sigue sin resolverse esta problemática».
En el sexenio pasado, explicó Orea, «cuando el director era Alfonso de Maria y Campos, los restauradores del Centro INAH-Chiapas no pudimos opinar sobre la intervención al ex convento de Santo Domingo, donde se realizaron acciones que consideramos incorrectas (como la utilización de mallas para cubrir muros de adobe), ya que toda la normatividad la ejercía la Coordinación Nacional de Monumentos, desde la ciudad de México.»
«Este mismo edificio –añadió Enrique López, trabajador del INAH en ese recinto– fue alterado en 2011 en sus áreas y su construcción, específicamente en la instalación de rieles metálicos, además de colocar una losa de concreto, material que no combina con el muro de adobe ya que representa demasiada carga. Esto aunado al peso de las vitrinas que tiene Banamex en la segunda planta (cada una de ellas de aproximadamente 800 kilos), lo cual es un peligro latente de provocar un desmoronamiento de los adobes en los que están apuntalados».
En San Cristóbal de Las Casas, Miguel Ángel Gallegos, de la Delegación III-3 del sindicato del INAH, recordó que hace años Teresa Franco «desgraciadamente impulsó las iniciativas de ley para privatizar nuestro patrimonio cultural (monumentos coloniales, museos y zonas arqueológicas). Ahora los trabajadores, consideramos que regresa la ‘etapa negra’ del INAH».
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