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La institución parisina muestra 70 fotos inéditas. (Foto: Archivo)
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iudad Juárez, Chihuahua. 6 de agosto de 2013. (RanchoNEWS).- En The heart is a sleeping beauty Wim y Donata Wenders firman uno de sus mejores y más desconocidos trabajos visuales. Un tomo de impresiones fotográficas en el que narran la historia del Million Dollar Hotel. Un poema de imagen fija. Una nota de Raquel Villaécija para El Mundo:
Muchos cineastas esconden su talento fotográfico tras el objetivo de su cámara de vídeo. Algunos, como los Wenders, lo exhiben de manera puntual en forma de libro o de exposición. Otros, en cambio, guardan sus álbumes en algún cajón, a veces con las imágenes incluso sin revelar, hasta que alguien los saca de su anonimato.
La Maison Européenne de la Photographie de París rescata a menudo estos trabajos desconocidos y expone las instantáneas más personales de artistas y cineastas. Hace meses ya exhibió los álbumes secretos de Charlotte Rampling, los de Joel Meyerowitz, William Klein o June Newton, la mujer de Helmut Newton, también fotógrafa. Ahora saca de su cuarto oscuro los carretes olvidados del cineasta griego Costa Gavras, su «puesta en escena en un trozo de papel», en palabras del realizador.
«Una fotografía puede decir muchas cosas. Mucho más que un filme o un libro. Sólo hay que saber mirarla», señalaba el artista francogriego con motivo de la inauguración de la muestra. La institución parisina descubre 70 fotos inéditas, nunca antes expuestas, reveladas 'ad hoc' para el evento y que fueron tomadas por «mero placer».
Se trata de la biografía en blanco y negro del realizador, de sus viajes y sus recuerdos, a través de los retratos de miembros de su familia y de artistas y personalidades de la vida parisina. También son una muestra de su compromiso político. Una crónica en blanco y negro de 50 años de historia, la suya y la de su universo.
«Fotos por placer»
«Nunca pensé que mis fotografías fueran a ser expuestas», señalaba con modestia. «Nunca hice las fotos con este fin. Las hacía por placer. Empecé con retratos de familia, de amigos... Lo que me fascina de este arte es poder captar un momento, robarle un momento a los otros», dice Costa-Gavras.
En su cámara el momento decisivo llegaba en instantes inesperados, durante una reunión de familia, un viaje, en medio de una manifestación o durante los rodajes de sus filmes. Arte sin intención, que el 'amateur' no escondía intención de exhibir sus imágenes lo muestra el hecho de que los carretes nunca se habían revelado. Los había guardado y los ha rescatado ahora para mostrarlos al público.
«Las instantáneas se han tomado en el momento en el que pasan las cosas. Acompañan el movimiento, lo acentúan sin interrumpir. Son fotos tomadas por un amigo. Si las miramos de manera atenta, vemos una fuerza, un sentido del encuadre, una tensión que les da sentido y certeza humana», señala Serge Toubiana en su presentación de la muestra.
En una de las estampas Romy Schneider posa con Yves Montand durante un descanso del rodaje de Clair de femme. La cámara de Costa Gavras recorre las manifestaciones en las calles de París para luego retratar al desaparecido Jorge Semprún. La imagen fue tomada en 1970 con motivo de la presentación de la película L’aveu. Con el escritor español el francogriego colaboró en el guión del filme Z o El juramento de los bárbaros.
Lucidez y sensibilidad
Las imágenes de Costa-Gavras, nacido en Atenas pero con nacionalidad francesa, relatan la memoria de París, de una Francia a la que llegó con 19 años, donde estudió e hizo carrera. La Maison de la Photo exhibe por ejemplo una fotografía tomada en 1996 en la plaza de la Bastilla durante la conmemoración de la muerte de François Miterrand u otra durante una protesta en la Plaza de la República en 2002.
El realizador también cuenta con un valiosa colección de retratos monocromos. En 1999 inmortalizó a William Klein. En otra de 2003 el que posa es Fidel Castro. O Salvador Allende en 1971. Cineasta comprometido, en sus carretes también revela sus ideas políticas de izquierdas. «Me sorprendí al ver las fotos que había hecho. No son instantáneas estudiadas, las hice de manera espontánea. Es el placer del momento», señala el realizador. Para la institución parisina, en las estampas se reconoce «la lucidez de una mirada y la sensibilidad de un hombre para el que la vida debe ser vivida con fuerza y convicción».
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