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El retrato de Víctor, uno de los vecinos de El Carmen. (Foto: El Mundo)
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iudad Juárez, Chihuahua. 9 de agosto de 2013. (RanchoNEWS).- Un primer plano de la bailarina Olga Poliakoff con uno de sus exóticos peinados, el camarero y modisto Fer González disfrazado de hombre prehistórico y Víctor, un ex delincuente sentado entre cascotes. Son los tres retratos gigantes de personajes carismáticos del barrio de El Carmen que ilustran este verano sus calles. Una nota de Bel Carrasco, desde Valencia, para El Mundo:
Un álbum de fotos a gran escala que singulariza todavía más un barrio que nunca dejó de ser único. El cogollo de la ciudad que reúne más historia y monumentos concentrados por metro cuadrado. Un lugar de fuertes contrastes entre edificios restaurados y otros ruinosos, entre comerciantes de toda la vida y tiendas de diseño vanguardista, entre locales de comida rápida y restaurantes de lujo.
Como escenario de ocio nocturno, el Carmen es referente emocional de las últimas generaciones de valencianos y visita ineludible de los guiris que lo disfrutan a pie o en bicicleta, sobrios o en distinto grado de embriaguez. En este escenario los retratos de Luis Montolío se ofrecen sin barreras a la vista de todos y lanzan un mensaje inequívoco. «Sí, aquí somos así de raritos. ¿Qué pasa?».
«Elegí a estos tres modelos porque tienen una fuerte personalidad, o tenían, ya que Poliakoff falleció hace unos años», dice Montolío. «Fer González es camarero, pero tiene mucho gusto e imaginación para la ropa y él mismo diseñó su atuendo de guerrero prehistórico. Lo del perrito fue para darle un toque de ternura».
Víctor, el joven sentado entre escombros junto a un cartel: 'Se prohíbe tirar basura bajo pena de sanción', también tiene mucho que contar. «Estuvo diez años a la sombra por robar bancos, pero ahora está totalmente integrado en el barrio», comenta Montolío. «Hace trabajos diversos, mudanzas o pintar pisos y se relaciona muy bien con la gente. Es una de esas personas felices que viven bien con muy poco y tiene una gran inteligencia emocional».
Con el apoyo de la Asociación de Vecinos y su presidente, Miguel Wiergo, Montolío ha situado a sus personajes en paredes medianeras del barrio. «El proyecto se autofinancia con la venta de fotos en tamaño postal a diez euros la pieza», explica Montolío. «Todo el mundo está encantado con ellas, desde los agentes de la policía municipal o el frutero de la esquina, a los frikis que deambulan por aquí».
Gracias a esta buena acogida, Montolío piensa exportar su idea a otros barrios. «Me gustaría instalar en el Ensanche la fotografía de un abogado famoso para ironizar sobre la lentitud de la justicia», concluye.
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