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martes, agosto 20, 2013

Noticias / México: Renovar bríos, reto del Museo de Arte Moderno a sus 50 años

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Vista parcial del recinto cultural que se ubica en Paseo de la Reforma y calle Gandhi, Bosque de Chapultepec. (Foto: Carlos Cisneros)

C iudad Juárez, Chihuahua. 20 de agosto de 2013. (RanchoNEWS).- En aras de los festejos por los 50 años del Museo de Arte Moderno (MAM), efeméride que se cumplirá el 20 de septiembre del próximo año, se incluirá un homenaje al recién fallecido arquitecto Pedro Ramírez Vázquez (1919-2013), de cuyo diseño partió el edificio del recinto en colaboración con Rafael Mijares. Una nota de Merry MacMasters para La Jornada:

Asimismo, se estima urgente atender algunas anomalías en el museo, como la falta de una entrada peatonal desde Paseo de la Reforma –siempre ha sido por el estacionamiento–, con guías para personas con capacidades diferentes como los invidentes, por ejemplo, a la vez que hacer ajustes en el aire acondicionado (responsable de mantener la temperatura en las salas y controlar la humedad).

El MAM tiene un presupuesto de 9 millones de pesos para 2013, un tercio del cual es para pagar sueldos. El recinto monta un promedio de 12 exposiciones al año, algunas caras, otras baratas. No se contrata a curadores externos «al menos que sea un proyecto que venga de fuera y sea indispensable,» expresa Sylvia Navarrete, quien el pasado 17 de junio asumió la dirección del museo.

«Tenemos el reto también de aumentar el presupuesto del museo, de complementarlo con las aportaciones que haga la Asociación de Amigos del MAM, cuya reactivación está pendiente porque ha habido tal vez en los años recientes una falta de interés progresiva de ciertos patronos, remediable en la medida que presentamos una programación nueva de exposiciones, con líneas y objetivos muy concretos, aparte del centro de documentación que queremos hacer,» estima Navarrete.

Bodegas, otro problema

Para el crítico de arte Jorge Alberto Manrique, director del MAM de 1987 a 1988, éste «siempre ha tenido problemas. El arquitecto Ramírez Vázquez no terminó el proyecto. Faltó el auditorio, el espacio del acervo de la obra (bodega) y la biblioteca. Lo demás no es lo más conveniente para el museo, que es una caja de vidrio (aunque sea hermosa), por la seguridad, y hay que poner mamparas que reflejen al exterior. No hay elevadores y los baldados no pueden subir, ni las obras; los escalones se rompen.»

Otra cuestión técnica que habría que atender concierne a las bodegas (están divididas en pintura, escultura, fotografía, etcétera), construidas como edificio anexo en 2006, al final de la gestión de Luis-Martín Lozano como director del MAM. Los soportes metálicos, o racks, están incompletos, tampoco hay montacargas, señala la actual titular.

¿El MAM cuenta con tecnología de punta para recibir exposiciones de alto nivel?

Se puede mejorar y es precisamente lo que estamos viendo con las direcciones de Arquitectura y Conservación del Patrimonio y de Recursos Materiales (del Instituto Nacional de Bellas Artes).

«Han habido exhibiciones internacionales. La más reciente fue In Wonderland... que sí pasó las pruebas. Hay normas internacionales y hay museos que son más o menos estrictos con ellas. Los museos estadunidenses por lo general son muy quisquillosos con estos aspectos.

«Nuestro programa de itinerancia de las exposiciones tiene que estar dictado por ese tipo de requerimientos técnicos y de conservación. Hay museos muy buenos en México que no tienen aire acondicionado y es una pena no poder mandar exposiciones allí, pero se puede enviar escultura. Siempre hay una solución a lo que uno se plantea,» dice Navarrete.

Luego está el jardín, que en temporada de lluvias necesita mantenimiento más constante. Para el cincuentenario del museo se pretende restaurar todas las esculturas y volver a colocar las que no estén bien ubicadas y ponerles cédulas.

El mencionado centro de documentación tendría como objetivo registrar la historia de todas las exposiciones montadas en el museo y los artistas que han participado en ellas. Se alojará en la planta alta de la galería Fernando Gamboa.

Como cualquier cincuentenario, el MAM busca proyectar más energía y una imagen rejuvenecida. La pregunta, sin embargo, es cómo hacerlo sin alterar su vocación dictada por su colección permanente que empieza desde los años 20 del siglo pasado hasta la actualidad. Para su directora una exhibición del acervo, de 2 mil 696 piezas, debe estar a la vista de manera constante en una sala ex profeso.

Los marcos, en buen estado

Actualmente, una selección de la colección permanente comparte la sala D, antes Carlos Pellicer, con una muestra temporal de Mariana Dellekamp. Navarrete quiere restituir la sala especialmente para ese importante acervo, con lecturas diferentes, «dinamizadas,» que se entrelazan con disciplinas como el teatro y el cine, con la finalidad de «variar los discursos alrededor de esta carga histórica y académica» de la colección.

Sylvia Navarrete asegura que la totalidad de la colección permanente está enmarcada y en buen estado: «En cada préstamo de una pieza de la colección, sea esta patrimonial o no, se hace un dictamen de conservación y si hay necesidad se manda restaurar. Por lo general, cada mes se prestan alrededor de 60 obras, entonces la colección está en constante observación por parte del Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble.»

Lo único que está mal, desde el punto de vista de la crítica de arte Teresa del Conde –quien dirigió el recinto de 1990 a 2001– es que «los íconos de la pintura mexicana, que sí tiene el MAM, no se pueden ver continuamente desde hace rato. Pero Sylvia Navarrete ya ha discurrido y pensado en que eso tiene que ser una parte relevante de la programación.»

Del Conde recibió el recinto «a tal grado en decadencia» que al mes pensó que no se podría hacer algo, pero «sí se pudo, gracias también a algunas autoridades del Museo Nacional de Arte.» Al concluir su gestión, dejó al MAM bastante bien. Su siguiente director, Luis-Martín Lozano, «lo mantuvo, pero las construcciones nuevas no salieron muy bien.» Osvaldo Sánchez, director de 2007 a 2012, también lo tuvo «muy bien.»

Teresa del Conde señala que el recinto «no tiene el público que merecería tener.» Reabrir la puerta de acceso al MAM, desde el Bosque de Chapultepec, frente al Monumento de los Niños Héroes, aumentó 30 por ciento la asistencia que fluctúa entre 11 y 15 mil personas al mes.

Respecto de las exposiciones, Jorge Alberto Manrique opta por las «temáticas,» aunque reconoce que las montadas en el MAM «son buenas.» También pide generar muestras que «puedan viajar.» Navarrete reconoce que han habido épocas en las que este museo «emblemático» ha tenido una obra «un poco oficialista.»

Abunda: «También es su misión hacer exposiciones conmemorativas, de homenaje, por ejemplo, la que vamos a tener el año próximo en torno a Pedro Ramírez Vázquez, pero paralelamente se pueden hacer muchas otras cosas que reviren un poco ese perfil oficialista.»

Libros de la pintora premisa de la muestra

La exposición Remedios Varo: la dimensión del pensamiento, que parte de la biblioteca de la pintora surrealista, la cual está en manos de Alexandra Varsoviano de Gruen, se abrió al público el miércoles 14 en el Museo de Arte Moderno.

De esta manera regresa a los muros del recinto el fondo completo de 38 obras de Remedios Varo Uranga (1908-1963), artista española refugiada en México en 1941, que Alexandra y Walter Gruen dieron en comodato en 2000 para su depósito y exhibición en el museo.

En su momento Beatriz Varo Jiménez, sobrina de la artista, promovió un juicio de petición de herencia. Sin embargo, los señores Gruen habían formado con sus propios medios la colección de pinturas y dibujos. En 2007 se resolvió que la Federación es la única y legítima propietaria de dichas obras pictóricas.

Sylvia Navarrete, directora del museo, expresa que en la actualidad se tiene el compromiso de montar una exposición al año en salas y otra itinerante; además, siempre se incluye obra de Varo en la exhibición de la colección permanente.

Es muy posible que Remedios Varo: la dimensión del pensamiento, muestra itinerante, se monte en el Centro Cultural Tijuana (Cecut), aunque reconoció que hay varias propuestas más.

«Dentro de uno o dos años quisiera hacer una exhibición que viaje a Europa, al sur de Francia, donde creo que tendría buena acogida, y a Estados Unidos. Tengo el pendiente de itinerar la colección de Remedios Varo, dada su relevancia. Además, es una artista que gusta mucho, que intriga al público,» indica la entrevistada.

Universo intelectual

De acuerdo con Navarrete, a partir de la biblioteca de Remedios Varo se pueden recuperar «ciertos campos de conocimiento, con los que la pintora constituyó su universo intelectual, imaginativo y emocional, que pasa obviamente por el ocultismo y la filosofía.»

Cuando Alexandra y Walter Gruen primero donaron la colección, el compromiso era que estuviera exhibida de manera permanente. Consultada al respecto, Alexandra Varsoviano señala que al principio con Luis-Martín Lozano (entonces director del MAM), Remedios tuvo su espacio. Después, con Osvaldo Sánchez desapareció la obra en la bodega, pero ahora sí piensan nuevamente darle su lugar.

En cuanto a la propuesta del MAM de realizar dos exhibiciones de la obra al año, una en el recinto y el otro itinerante, Alexandra Varsoviano la considera «muy positiva e interesante. Vamos a ver cómo se va a realizar.»

Recuerda que el 8 de octubre se conmemoran 50 años del fallecimiento de la artista.



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