Rancho Las Voces: Libros / Ciudad Juárez: Jorge Humberto Chávez presenta poemario con el que obtuvo el Premio Aguascalientes
La vigencia de Joan Manuel Serrat / 18

lunes, agosto 05, 2013

Libros / Ciudad Juárez: Jorge Humberto Chávez presenta poemario con el que obtuvo el Premio Aguascalientes

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De izq. a der.: Jesús Silveyra, Miguél Ángel Chávez, Jorge Humberto Chávez, Luis Pegut y Blas García. (Foto: RMV / RanchoNEWS)

Ciudad Juárez, Chihuahua. 31 de julio de 2013. (RanchoNEWS).- «La literatura y el teatro juarenses están a primer nivel internacional», dijo Jorge Humberto Chávez Díaz de León durante la presentación de su poemario Te diría que fuéramos al río Bravo a llorar pero debes saber que ya no hay río ni llanto, que se llevó a cabo el pasado 6 de junio en el Museo de Arte de Ciudad Juárez.


El mencionado poemario le valió el Premio Bellas Artes de Poesía Aguascalientes 2013.


«Ciudad Juárez ahora es LA Frontera», declaró Chávez en relación a que anteriormente Tijuana era el centro cultural fronterizo de México.

«Juárez ve a hacia Los Ángeles, no a Chihuahua ni al DF que está a dos mil kilómetros de distancia», añadió el poeta quien agradeció a su generación.

Previamente había dado lectura a cuatro poemas, el último –dedicado a Guillaume Apollainere– le fue solicitado por su hermano Miguel Ángel Chávez Díaz de León, quien fue presentador del libro junto con los escritores Blas García y Jesús Silveyra, en tanto que fotógrafo Luis Pegut fungió como moderador.

Miguel Ángel leyó un texto con anécdotas familiares no exento de humor.

A continuación reproducimos el texto que leyera Blas García:

Ni río ni llanto

¿Qué pensar de un poeta que igual juega fútbol playero en Veracruz, o canta El Aserejé en ópera en las cantinas, pero que también hace encuentros de escritores, es promotor, maestro de primaria y de universidad? ¿Será un poeta de valor? Pues sí.

El pasado 21 de marzo, un jurado compuesto por Hugo Gutiérrez Vega, Efraín Bartolomé y Nelson Simón, otorgó de manera unánime el Premio Bellas Artes de Poesía Aguascalientes 2013 a Jorge Humberto Chávez Díaz de León, por su poemario Te diría que fuéramos al río Bravo a llorar pero debes saber que ya no hay río ni llanto. No es poca cosa. Además del diploma y el monto en efectivo, el Mtro. Chávez es el primer escritor chihuahuense en ganar el que es considerado el premio de mayor prestigio en México para un poeta. Tampoco ha sido tarea sencilla: se trata de un trabajo de más de 30 años en el quehacer literario, plasmado en media docena de publicaciones, traducciones al inglés, francés, italiano y japonés, además de algunos premios, entre los que se encuentra el Premio Nacional de Poesía Colima de 1981.

Con este logro, la obra de Jorge Humberto alcanza un grado de madurez a sus cincuenta y tantos años de vida. Pero no sólo eso. Este logro también impacta a toda una generación de escritores que surgieron en los ochenta, con el inicio en la ciudad del Taller Literario del INBA, que incluye en su primera etapa el trabajo de escritores como Miguel Ángel Chávez, Marco Antonio García, Ricardo Morales, Willivaldo Delgadillo, José Manuel García, Rosario Sanmiguel, Joaquín Cosío y el mismo Jorge Humberto entre otros.

A lo largo de los años siguientes, el taller contó con integrantes como Agustín García, César Silva, Édgar Rincón, Dolores Dorantes y muchos más. Como sea, el premio es un reconocimiento para todos los escritores de Juárez que trabajan, que caminan sus calles, que tienen cosas que decir.

Pero pasemos al libro. El texto habla de temas difíciles. Está dividido en varias secciones, siendo la primera Crónicas, cuyo primer texto lleva por título Satán. Fuerte inicio sin duda: Satán visita Ciudad Juárez con todo lo que eso implica. Se instala en nuestras calles ahora rojas. Creo que este texto al igual que el título del poemario, marca el tono del libro. Hay entonces violencia, tragedia, miedo, desolación. Se habla de casos específicos y de la ciudad como escenario de guerra, y la poesía en medio de todo. El autor no se queja, no protesta, sino que da testimonio a la distancia (desde San Luis Potosí), de lo cercanamente vivido, teniendo como herramienta una poesía igual a nuestro desierto: seco y directo. Una poesía muy distinta a la de sus anteriores publicaciones.

Están ahí sus amigos, Armando el Choco Rodríguez presagiando su muerte, el Chato, el Bogar y el Huarache Veloz lavando sus coches en el río Bravo en los 60, Leonel y su novia egipcia Samia celebrando año nuevo en Austin Texas. Antonio Cisneros, Borges, Apollinaire, Alí Chumacero, José de Jesús Sampedro, W.C. Williams, Van Gogh, Emily Dickinson, Simon y Garfunkel, Paul Auster, Neil Armstrong, Charles Manson, Heráclito, César Silva, Rosy Zamora, Édgar Rincón, Marco Antonio Jiménez, Miguel Ángel Chávez y sus hermanos, Agustín García, Joaquín Cosío y más de 15,000 muertos.

Aparecen por supuesto sus hijos: Deimy Yolanda, Natalia y Jorge, a quienes el viejo licántropo desea tengan paz. Imposible que falten el vino tinto, las carreteras, los autos y las mujeres.

En el libro el autor se desdobla hasta la infancia. Jorge es un niño de seis años sentado en un sillón observando la desnudez de Delia, pero también es uno de nueve que comprende a esa edad las palabras masacre, norte, madre y país. Cito: «madre es como una gran charola de pan dulce y país más bien se trata de que no tengas panes en la mesa». Fin de cita. Jorge también es un niño que busca a otro niño, cito: «hoy he vuelto a la puerta que protegía mis sueños de niño a la pila donde lavé la sangre de esa edad… busco a un niño que se esforzaba en hacerse un lugar entre todos y juntaba tiempo en sus bolsillos mientras la tierra crecía lejos obstinado en permanecer ahí sobreviviendo». Fin de cita.

Quiero destacar de manera importante, la presencia en el poemario de Baltazar Chávez, el padre de Jorge Humberto, ya sea ausente mojado, en el rostro y atuendo de un ejecutado, agonizante el día de la entrada de Calderón al gobierno, profetizando tal vez los años por venir, delgadísimo a la hora de la muerte, reflejándose un poco más día con día en el espejo del autor. Baltazar se muere, pero gracias a la literatura regresa vital para no irse más.

Todo lo trastoca la poesía, pienso en los otros libros de Jorge, títulos como Ángel, El libro de los poemas, La lluvia desde el puente, Bar Papillon. Libros escritos desde una ciudad que ya no es, desde un poeta que ya no existe. Es inevitable que el autor escriba de lo que le rodea. En este caso tenía que llegar a lo social. Al verso de la descomposición. Jorge declara que primero es encontrar el verso, su estructura, su nivel de acabamiento, y luego piensa en el libro. Un libro que refleja eso, un verso acabado y una ciudad perdida.

Creo que vale la pena y es necesario leer este libro, ya que se trata de la perspectiva de un juarense escribiendo sobre la situación que todos vivimos de manera casi directa, si no es que directísima. Se ha escrito mucho sobre la ciudad por autores foráneos, y está bien o mal, según cada quién, pero ésta es la marca de una poesía dolorosamente contenida por un fronterizo que se sabe la ciudad enterita y que aparece y sirve para preguntarnos qué tanto la hemos recuperado, si es que tal cosa ha ocurrido.

Es importante señalar que la ceremonia de premiación se realizó el 9 de mayo en el marco de la Feria Nacional de San Marcos, Aguascalientes, y coincidió con el hecho de que precisamente Chihuahua era el estado invitado a la feria. Mejor imposible.

Termino con la lectura del último poema del libro, que creo que ilustra bien esa relación del tema y la poesía, y del proceso de escritura del Mtro. Chávez para este caso.

(Leer poema FINAL)

Un colofón: ni en el más guajiro de mis sueños, hubiera pensado tener la oportunidad de presentar un libro ganador del Aguascalientes, y mucho menos que ese libro fuera el de mi maestro de la universidad, que por cierto también fue mi maestro de sexto año de primaria, el que nos pedía un texto por semana para fomentar en nosotros el hábito de la lectura y la escritura, el que nos dejaba salir 10 minutos antes al recreo para ganar la cancha de futbol y jugaba con nosotros, el que me regaló el Romancero Gitano de García Lorca al final del año escolar. Supongo que la literatura es así.

Ahora, una pequeña lista:

1.- ¿En que utilizará el dinero el galardonado? Va mi pronóstico: a) en comprar una casita en Juárez, b) invitará a todos sus amigos a El Recreo sólo por el placer que ordenar cada 10 minutos: igual pa todos, yo invito. C) dejará algo para unos vinos Casa Madero. Ah y lo más importante: d) en un descapotable del año.

2.- Cuando fue notificado como ganador del premio, nuestro autor dio tres golpes a la mesa y sintió ganas de aventar algo por la ventana. Sí, el maestro ha salido del clóset.

3.- Los muchos llenos de odio y envidiosos detractores de Jorge Humberto, tipo de por sí sumamente petulante y vanidoso, tendrán que aguantar ahora la zalamería magnificada del hombre que creció en la colonia del Carmen. Ni modo chatos.

4.- Cuando los hermanos se encuentran: la gente me dice: en la familia Chávez, Miguel Ángel es el poeta, Jorge es el funcionario. No hace mucho tiempo presentábamos en este mismo lugar la poesía reunida de Miguel Ángel, editada por la Universidad Veracruzana. Logro inédito en la poesía juarense, si no es que chihuahuense. Logro además en vida. Recuerdo que yo pensaba: ahora sí tenemos tarea los que venimos atrás. Ahí está el reto, pero ¿qué más se puede hacer?, y acto seguido viene el premio para Jorge. Hasta parece competencia. Hasta en los títulos. Tengo la teoría que Jorge, Miguel y Cosío apostaron en una borrachera, quién de los tres publicaba el libro con el título más largo. Miguel publica Poemas completos de libros inconclusos, luego Joaquín Bala por mí el cordero que me olvida, y pa acabarla Jorge con el pequeño título que nos ocupa hoy y que será difícil de superar en longitud, y que ha sido motivo de repeticiones, algunas afortunadas: Te diría que fuéramos a tomarte una foto a la torre de Asarco, pero debes saber que ya no hay torre ni cámara.

Diré por último que estoy muy contento por ti querido Jorge Humberto, y que espero adquirir algunos ejemplares del libro, ya que por tres tuyos me darán la nueva y primera novela de tu hermano Miguel Ángel. Besos.

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