C iudad Juárez, Chihuahua. 21 de agosto de 2014. (RanchoNEWS).-La Berlinale necesitaba saldar una vieja deuda con Wim Wenders y su director, Dieter Kosslick, acaba de anunciar que el director alemán será galardonado con el Oso de oro honorífico en la próxima edición del festival. A Wenders le fue notificado, a modo de regalo de cumpleaños, el pasado 14 de agosto, fecha en la que cumplía 69, y sonrió al conocer que la argumentación del jurado es que se trata de un reconocimiento a su «gran aportación innovadora al cine contemporáneo». Una nota de Roslía Sánchez para El Mundo:
El cine berlinés se felicita así por haberle robado a la Medicina a aquel joven estudiante que en los 60 cambió la bata blanca por una plaza en la Escuela de Cine y Televisión de Múnich y que apenas dos décadas después, al lado de Copola y Fred Ross en Estados Unidos, dio inicio a su etapa más prolífica como director (El amigo americano, 1977; París Texas, 1984; El cielo sobre Berlín, 1987; Buena Vista Social Club, 1999; Don't come knocking, 2005; Pina, 2011).
Su visión de la ciudad de finales de los 80, aquella urbe atrapada en el espacio tiempo sociopolítico del telón de acero y poblada de ángeles perplejos ante las peripecias existenciales de los humanos berlineses, ha quedado grabada en el carácter de la ciudad y sigue hoy formando parte de la poliédrica y expansiva identidad de la que se jacta de ser la capital europea de la cultura. Como plato fuerte de su próxima edición, que se celebrará entre el 5 y el 15 de febrero de 2015, la Berlinale proyectará esa célebre película, Der Himmel über Berlin (El cielo sobre Berlín), así como una selección de diez de las obras más importantes de Wenders.
Kosslick ha alabado «la versatilidad» del cineasta, fotógrafo y actor, y ha señalado que su trabajo «ha conformado nuestra memoria sobre lo que es el cine y continúa inspirando a otros autores». Y a la vez Wenders reconoce su inspiración en otros directores internacionales, como el japonés Yasujiro Ozu, al que considera su maestro. Su forma de hacer cine implica desde el principio un mutuo enriquecimiento con autores de otros puntos del globo que supone una de las más apreciables consecuencias de la globalización del arte. En 1987, cuando estrena El cielo sobre Berlín y obtiene el galardón al Mejor Director en Cannes, Wenders donó los 5.000 dólares de premio que le correspondían al director canadiense Atom Egoyan.
En la actualidad, Wenders vive a caballo entre Los Ángeles y Berlín, junto a su sexta esposa, la fotógrafa Donata Wenders, pero que nadie se llame a engaño: pertenece a Berlín y eso es lo que trata de subrayar el oso honorífico de la Berlinale.
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