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El Museo de Bellas Artes de La Habana alberga la primera exposición del genio catalán en la isla. (Foto: EFE)
C
iudad Juárez, Chihuahua. 9 de agosto de 2014. (RanchoNEWS).- El universo onírico de Salvador Dalí ha llegado al Museo de Bellas Artes de La Habana con Memorias del surrealismo, la primera exposición del genial artista español que se exhibe en Cuba y que además descubre una de sus técnicas menos conocidas para el gran público: el grabado. Una entrega de EFE:
Un total de 95 litografías y aguafuertes recorren el trabajo de Dalí como grabador entre 1934 y 1973, en una singular muestra que permanecerá en La Habana hasta octubre y cuyo curador ha sido el experto neoyorquino Alex Rosenberg.
De la colección de Roserberg, quien fue amigo de Dalí, procede la mayor parte de las obras que integran una exposición enriquecida con aportaciones de otros coleccionistas como Walter Maibun, Carol Conn, Peter Lucas, Max Arnold, Mike Tinsley, Rob Piepsny y Joseph Nuzzolo, este último presidente de la Asociación Dalí de Nueva York.
La muestra se estructura en torno a seis series de grabados tituladas Los Cantos de Maldoror (1934), La Divina Comedia (1960), Viaje fantástico (1965), Dalí interpreta a Currier y a Ives (1971), Memorias del surrealismo (1971) y Las doce tribus de Israel (1973).
La exposición confirma el carácter polifacético de un artista que cultivó numerosas técnicas y revela una de las quizá menos conocidas en Dalí, quien fue «un excelente grabador», dijo Máximo Gómez, uno de los coordinadores cubanos de la muestra, que quedó inaugurada el pasado 24 de julio. En cada una de las piezas que exhibe estos días la sala de Arte Universal del Museo habanero de Bellas Artes se reconoce y aprecia el particular estilo, simbolismo y elementos icónicos que el genio catalán inmortalizaría en varios de sus lienzos más famosos.
«Muchos de sus cuadros importantes están esbozados en estos grabados», explicó Gómez, quien resaltó que otra de las peculiaridades de la exposición es que Rosenberg la ideó bajo un enfoque «intimista» para contar su amistad con Dalí, una relación que el experto neoyorquino define como «intensa y extraña». En el catálogo de la muestra, Alex Rosenberg recuerda cómo conoció a Salvador Dalí en la década de los sesenta en Nueva York y cómo comenzaron los encargos para que realizara series de grabados, con múltiples anécdotas sobre las singulares personalidades de Dalí y también de su esposa Gala.
«Dalí fue realmente una persona excepcional, un bufón contra el aburrimiento. Su comportamiento extravagante le traía beneficios, publicidad y reputación ante un público que él consideraba inferior, pero que le suministraba todo el material necesario para vivir como miembro de una supuesta realeza», escribe Rosenberg en el catálogo. «No estaba loco y cuando algo o alguien le resultaba interesante entonces su comportamiento era serio y coherente», añade.
Para el coleccionista norteamericano, la serie de litografías Memorias del surrealismo «marcó un momento en la vida de Dalí (...) Tuvieron mucho éxito y uno de ellos, ‘Alicia en el país de las maravillas’, está considerado como uno de sus mejores grabados».
La llegada de la primera exposición de la obra de Dalí a la isla caribeña representa, según el coordinador cubano de la muestra, «un auténtico acontecimiento cultural de lujo» para la isla, en un año que además coincide con el 25 aniversario de la muerte del irreverente artista (1904-1989).
En sus primeros días de exhibición Memorias del surrealismo ha tenido «una acogida fantástica, como se merece Dalí», no sólo entre los habaneros sino entre los cubanos de otras provincias que han acudido a visitarla, dice Gómez, quien alberga la esperanza de que la muestra abra la puerta a otros grandes proyectos
expositivos.
Su sueño es poder organizar una gran muestra que reúna la obra de quienes considera tres iconos del arte internacional del siglo XX: Marcel Duchamp, precursor del arte conceptual y encuadrado en el movimiento dadaísta; Andy Warhol, fundamental del arte pop, y Dalí, genio del surrealismo.
Esos tres grandes de la historia del arte «removieron el piso» (en expresión cubana) del arte de la pasada centuria, defiende Máximo Gómez quien anima a museos y coleccionistas que tengan obra de estos artistas a que «unan a esos monstruos del siglo XX» en una exposición.
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