.
La muestra Parra 100 se inauguró ayer, para conmemorar el 5 de septiembre el siglo de vida del poeta chileno vivo más importante, Nicanor Parra, irreverente y antisistema. (Foto: Archivo)
C
iudad Juárez, Chihuahua. 21 de agosto de 2014. (RanchoNEWS).- El poeta chileno Nicanor Parra esboza una media sonrisa y sostiene un libro que le entrega Pat Nixon en la Casa Blanca: la foto de 1970 cambiaría su historia personal y forma parte de una exposición que resume en Santiago su faceta más íntima. Una entrega de AFP:
Parra 100 se inauguró ayer en el centro Gabriela Mistral de Santiago (GAM), para conmemorar el 5 de septiembre el 100 cumpleaños del poeta chileno vivo más importante, irreverente y antisistema: el creador de la antipoesía.
Es uno de los muchos homenajes a este escritor, matemático y físico de formación, profesor de ingeniería durante un tiempo, que revolucionó la poesía en español creando un nuevo lenguaje con sus antipoemas.
Con una carga desmesurada de ironía, una escritura mundana de léxico simple y temas cotidianos, los antipoemas logran capturar la atención del lector, sobre todo los más jóvenes.
«Capitalistas y Socialistas/ del mundo uníos/ antes de que sea demasiado tarde», es uno de sus célebres antipoemas. En un fragmento de Manifiesto, contra la poesía tradicional chilena, dice: «Nada más, compañeros / Nosotros condenamos / —Y esto sí que lo digo con respeto— / La poesía de pequeño dios / La poesía de vaca sagrada / La poesía de toro furioso».
La foto con Pat Nixon, esposa del entonces presidente de Estados Unidos Richard Nixon, es una de las muchas que muestra otra dimensión de la persona más que del personaje de Parra, ese que se empeñó en ir contra todo y defendió fieramente su independencia intelectual.
El llamado «episodio de la taza de té» en la Casa Blanca, que se produce en el contexto de la Guerra Fría y de Vietnam y Camboya, desencadenó la ira de la izquierda chilena y del gobierno cubano, que anuló la invitación al escritor a ser jurado de la Feria del Libro de La Habana, acusándolo de apoyar el «imperialismo norteamericano».
Nicanor Parra pide perdón, pero no sirve absolutamente de nada. A partir de ahí, inicia una trayectoria mucho más personal, un camino distinto que se aleja de izquierda y derecha y todas sus formas intermedias, y se vuelve «insobornablemente independiente», como lo define su amigo, el también poeta chileno Raúl Zurita.
Todo Parra en una maleta
Nicanor vive ahora aislado del mundo por decisión propia, en una casa en el balneario de Las Cruces. La exposición que muestra la cara íntima del poeta —como joven estudiante, abrazando a su hijo Ricardo cuando era bebé, con varias de sus consecutivas esposas, junto a su querida hermana la folclorista Violeta Parra, jugando con sus hijos o con su perro— es resultado de un accidente.
El terremoto de Chile de 2010 tiró abajo su casa de Santiago. En su biblioteca, su nieto Cristóbal Ugarte Parra, Tololo, convertido en su voz y portavoz (recogió en su nombre el premio Cervantes en 2011), encontró una vieja maleta que no se había abierto durante 30 años y que resultó contener como equipaje un resumen de la vida de su abuelo.
Es «un cruce entre su vida literaria y académica y su vida íntima y personal, su entorno más cercano», Sofía Le Foulon, curadora de la muestra y madrastra de Tololo.
Le Foulon seleccionó entre miles de fotografías, muchas de ellas tomadas por reconocidos fotógrafos chilenos, como Sergio Larraín, Hans Ehrmann y Paz Errázuriz.
Para la selección, Le Foulon y Tololo conversaron mucho con Parra, ermitaño y ajeno a los homenajes y a los muchos premios recibidos en su carrera, todavía lúcido a sus casi 100 años, con una memoria prodigiosa.
«Él empezó a repasar su vida con estas imágenes, a recuperar recuerdos, a ver fotos que no veía hace 30 años, y eran tantos momentos importantes en su vida, que estaba súper interesado», explica Le Foulon.
«Íbamos reviviendo no sólo ese momento sino muchos otros de su vida, de su infancia, de su adolescencia, de sus viajes, de sus mujeres, de sus hijos.»
REGRESAR A LA REVISTA