.
En la galería Marian Goodman, el artista mexicano presenta una serie de collages con retazos de tela de obis antiguos. (Foto: Archivo)
C iudad Juárez, Chihuahua. 11 de junio de 2015. (RanchoNEWS).- El artista mexicano contemporáneo Gabriel Orozco presenta una exposición individual que incluye pergaminos, instalación de esculturas, pinturas y fotografías, piezas creadas durante su más reciente estancia en Japón y México. Una entrega de Notimex.
Orozco transforma objetos de la vida cotidiana como los postes de madera que se utilizan para la construcción en Japón, que intervino para crear objetos de arte portátiles.
«Una de las cosas que me intrigaron más en Japón fue la idea de la transferibilidad. Todos los objetos y los muebles de una casa están hechos en una escala y un tamaño que tienen que ver con la portabilidad», afirmó el artista.
Las estructuras de madera pintadas son objetos que «puedes envolver y cargar contigo» ya que son «compactos y ligeros», explicó Orozco durante un recorrido por la exposición.
En la galería Marian Goodman de esta ciudad, Orozco presenta una serie de collages con retazos de tela de obis antiguos - prenda tradicional japonesa que se utiliza con los kimonos- que se caracterizan por sus elaborados bordados.
«Otra vez surge la idea de la transferibilidad, de sacarlos (de su caja), como saben estos pergaminos tradicionales no son para mostrarse todo el tiempo, se muestran de manera temporal», dependiendo de la época del año.
La tradición japonesa del obi y los pergaminos decoran los amplios espacios de la galería londinense con técnicas japonesas antiguas y el toque artístico de Orozco, quien aseguró que fue «un reto» trabajar con los trozos de tela que «ya eran hermosos» incluso antes convertirlos en obra de arte.
Los rollos o pergaminos son ligeros y portátiles, y para confirmarlo el restaurador japonés Tatsuo Oiiri hizo una demostración del arte de enrollarlos y guardarlos.
Las telas antiguas que están colgadas en la forma tradicional japonesa pasaron por «un largo proceso de restauración» con la ayuda del especialista japonés quien trabajó muy de cerca del artista mexicano.
Otra sala muestra los lienzos blancos de Orozco a base de pintura témpera de colores rojo, azul y oro, con dimensiones que alcanzan hasta dos metros de ancho con una técnica que con la que el artista trabaja «desde hace diez años», explicó.
Por último la sala de fotografías, que fueron tomadas con un teléfono celular, es parte de esta exposición individual del artista mexicano, que lo mismo retrata un huevo, una pluma de pájaro clavada en la arena, el lavabo con el escupitajo de la pasta de dientes y una coladera con agua.
«Es con mi teléfono y las tomo en momentos cuando se me aparecen cosas que me interesan y esta es una pequeña selección. Mi favorita obviamente es la de la pluma, la encontré así en la playa donde paso tiempo. Apareció de repente, allí estaba clavada», comentó Gabriel Orozco.
El artista, quien nació en 1962 en Jalapa, Veracruz, retoma materiales de la vida cotidiana que encuentra en tiendas y mercados, que tienen una funcionalidad específica y original, objetos que desmonta y reconstruye y les da un significado metafórico.
Orozco quien trabaja entre París, Nueva York, México y Tokio, expuso por última vez en esta ciudad en 2011 en la galería Tate Modern.
REGRESAR A LA REVISTA