Foto dedicada a Michelangelo Verso, en 1992
Martes 3 de octubre de 2006
MERRY MACMASTERS
La Jornada
P ara reactivar el mundo operístico en México, el tenor Ramón Vargas propone instituir un fideicomiso que haría a la ópera independiente de los sexenios y el presupuesto.
Al respecto, Vargas expresa: ''Tiene que ser un fideicomiso en el cual el gobierno ponga una parte, como ocurre ahora, mientras que también la iniciativa privada pueda cooperar en favor del arte en México y, desde luego, deducir de impuestos, porque en la actualidad esto no es posible".
Una organización, además, que ''pueda hacer contratos con más tiempo de anticipación".
El tenor fue entrevistado con motivo de la Gala Mozart que ofrecerá el martes 10 de octubre en el Palacio de Bellas Artes.
Después de su participación en el pasado Festival de Salzburgo, en estos momentos Ramón Vargas se encuentra en Nueva York, pues hoy cantará en la producción de Fausto, de Godunov, que se estrena en la Casa de la Opera Metropólitan.
Regreso a los viejos amores
De acuerdo con Vargas, quien apoye a la ópera lo hace por ''amor al arte", pero esto no puede ser así porque ''nuestra situación económica no lo permite. Hay que dar la oportunidad a los empresarios y las personas que quieren apoyar el arte en general, por medio de la deducción de impuestos de lo que ellos aporten.
''De otra manera, se vuelve un círculo vicioso porque el gobierno tiene muchas prioridades, aparentemente lo cultural siempre es la última, lo que es un error.
''También entendemos la situación de nuestro México, un país con necesidades primarias a veces graves. Entonces, subir el nivel de los espectáculos para que las personas vengan a la ópera, se vuelva más popular, y que la IP pueda al mismo tiempo promocionar sus productos". Luego, habría que ver de qué manera el dinero recaudado en taquilla se reinvierte en la ópera.
Si el público suele ubicar a Vargas dentro de un ''repertorio italiano", éste señala que cantar a Mozart es como ''regresar a los viejos amores", porque una de las primera óperas que cantó tras su debut en 1983 fue Don Giovanni. Trasladado a Europa, interpretó ''más de 50 veces" el papel de Camino, de La flauta mágica.
Por otro lado, cantar obras del genio de Salzburgo ''tiene una desventaja". Explica: ''Mozart no era un experto en escribir para las voces, que utilizaba como instrumentos. Por momentos creó pasajes extremadamente difíciles de interpretar porque no les daba el cuidado vocal.
''Aprendió poco a poco; en eso fue importante su visita a Italia, donde fue a aprender a hacer óperas.
''De hecho, sus mejores óperas están en italiano. Quería que los cantantes austriacos y del norte de Europa interpretaran las óperas a la italiana. Y en lo que aprendió, escribió cosas, más que difíciles, incómodas para cantar. Hacer música con la voz al nivel que Mozart pide puede volverse complicado, pues exige mucha concentración y gran técnica."