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La bailarina cubana en una imagen de 2005. (Foto: Jesús Ciscar)
V alencia, 8 de mayo, 2007. (Europa Press).- La directora del Ballet Nacional de Cuba, Alicia Alonso, aseguró hoy en Valencia, donde presenta desde hoy y hasta el próximo 10 de mayo en el Teatro Principal su espectáculo «La Cenicienta», que no puede dejar la danza porque «si no estoy creando o ayudando a los otros a bailar mejor parte de mi vida no existe. Y eso no puede ser porque yo necesito sentir, respirar», aseguró.
La veterana bailarina y coreógrafa se refirió también a la situación actual de Cuba y, al respecto, subrayó que«en mi patria todo sigue perfectamente bien, adelantando mucho y tratando de superarnos en todos los sentidos». En esta línea, manifestó que «hay un movimiento cultural grandes, ya que estamos deseosos de aprender, saber y comunicar constantemente». Según Alonso, en la isla «seguimos perfectamente bien porque el pueblo no ha cambiado y los seres humanos que viven allí no han cambiado, son los revolucionarios», dijo.
La artista, que estuvo acompañada en su encuentro con los medios por su esposo, Pedro Simón, la secretaria autonómica de Cultura, Concha Gómez, y la directora de Teatres de la Generalitat, Inmaculada Gil Lázaro, agregó que «la cultura es la forma más linda y pura de entenderse los pueblos y las naciones y de poder hablar el mismo idioma para llegar a los corazones de todos y seguir adelante». En su opinión, «cuando oímos hablar de la cultura y de su importancia nos sentimos parte de ella y de todas las naciones».
Por otra parte, e interrogada por su presencia ayer en la presentación del programa cultural del PP valenciano y si eso significa un apoyo a esta formación, la coreógrafa contestó que «yo no me meto en la política de otro país, respeto a todos los países y cada pueblo sabe lo que tiene que hacer».
Alonso dio también la «receta de su vitalidad», que justificó en su «amor a la vida y todo lo que la rodea, al universo y a todo lo que pasa en el mundo». La bailarina recalcó que «tengo una gran curiosidad por la vida, me interesa la vida entera y el ser humano. Creo que eso es vivir y me gusta la danza; si no estoy creando o ayudando a los otros a bailar mejor parte de mi vida no existe y eso no puede ser porque yo necesito sentir y respirar». Añadió que «ya habrá tiempo para dejar de hacerlo, mientras voy a vivir, voy a vivir 200 años», aseguró entre risas.
Además, confesó que le «encanta» la medicina natural aunque añadió con humor que «me gusta la medicina que me cura». La bailarín comentó n este punto que «'la riqueza del conocimiento del ser humano se amplia cada vez más y nos damos cuenta de que en el mundo que nos rodea lo tenemos todo pero hay que encontrarlo».
Sobre el montaje de «La Cenicienta» –que se representará hasta el día 10 de mayo en el Teatro Principal de Valencia y los días 11 y 12 de mayo en el de Castellón–, Alonso explicó que se trata de una producción diferente a la original, ya que se ha sustituido la música de Prokofiev, «demasiado fuerte y poderosa», por la que compuso Johann Strauss, que «da el tono justo ligero, fresco y alegre al cuento», argumentó la creadora.
De hecho «La Cenicienta» es la única música de Johann Strauss compuesta expresamente para un ballet. Su estreno, posterior a la muerte del músico, tuvo lugar el 2 de mayo de 1901, en Berlín. También fue presentada en 1908, en la Opera de la Corte de Viena. El coreógrafo cubano Pedro Consuegra presentó por primera vez una versión coreográfica de la obra en 1988, en la Opera de Marsella.
Para el Ballet Nacional de Cuba, Consuegra ha revisado sustancialmente esa coreografía, y ha enriquecido los aspectos técnicos y dramáticos. Esta nueva versión, fue estrenada en La Habana el 9 de marzo de 1996 y cuenta con una escenografía y vestuario «muy atractivos y modernos», apuntó.
EXPERIENCIA Y JUVENTUD
Respecto al cuerpo de baile, integrado por unos 60 bailarines, Alonso declaró que es fundamentalmente joven y combina bailarines de gran experiencia y presencia internacional con otros más jóvenes. Todos ellos hacen gala en este montaje de un gran dominio de al técnica clásica, puesto que este espectáculo une «la base del ballet clásico con elementos nuevos que de los que el público no siempre es consciente pero que están ahí», destacó. También incluye algunas danza folklóricas, en concreto la mazurca y un baile español «donde atrevidamente tocamos las castañuelas».
La directora del Ballet Nacional de Cuba añadió que se trata de uno los espectáculos «más agradables que he visto» y afirmó que «tanto los niños como los mayores siempre salen con una sonrisa porque está hecho desde el principio hasta el fin con mucho humor y alegría».
Alicia Alonso avanzó algunos de los próximos destinos en los que actuará el Ballet Nacional de Cuba, que ya ha tenido que desdoblarse en dos compañías para «no dejar desnudo a nuestro país», explicó. Cuatro semanas de estancia en París y un tour por Canadá son algunos de los proyectos inminentes de la formación.
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