Dan Christensen (1942 Cozad/Nebraska). Adrian’s Diary, 1969. Emaillack auf Leinwand, 173 x 173 cm. Museum für Moderne Kunst (MMK) Frankfurt ehemals Sammlung Rolf Ricke. (Foto: Archivo)M éxico, 23 de mayo, 2007. (Abraham Flores/ Milenio).- Revisar las diferentes problemáticas en torno de la pintura durante la segunda mitad del siglo XX, así como conocer el contexto histórico que contribuyó para el desarrollo del arte contemporáneo, son los objetivos de «Tiempos intensos, tiempos difíciles, Pintura en Nueva York 1967-1975». La muestra pictórica que se inaugurará el próximo jueves en el Museo Tamayo Arte Contemporáneo, incluye obras de Jane Kaufman, Dan Christensen, Kenneth Showell y Howardena Pindell, entre otros.
La exhibición reúne el trabajo de 35 artistas radicados en esa ciudad durante los años 60 y 70 y se caracteriza por presentar el rompimiento con la concepción autoritaria que dominaba, no sólo a la pintura, sino en general al arte en Estados Unidos en esa época.
En conferencia de prensa, Katy Siegel, curadora de la muestra, explicó que las propuestas reunidas en «Tiempos intensos, tiempos difíciles» se basan en mostrar nuevos recursos para la pintura que se hacía en esos días, como el cambio de la función del bastidor, la eliminación del lienzo, la inclusión de otras técnicas ajenas a la pintura, así como el uso del cuerpo, el video y el performance, entre otros.
«La exposición presenta dos perspectivas muy interesantes: una que es la narrativa del contexto en el cual se realizaron los trabajos. Una época de movimientos políticos y sociales muy importantes, como la guerra de Vietnam, la liberación sexual y los derechos de los afroamericanos, por mencionar algunos. Lo que considero más interesante de la muestra es la narrativa de este periodo del arte en Estados Unidos. La exposición presenta, a través de la pintura, una visión diferente de contar la historia oficial que todos conocemos», comentó la curadora.
Por otra parte, el pintor y asesor de la muestra, David Reed, resaltó que la instalación como tal es el reflejo de la interacción que había entre los creadores, obras y espacios en las galerías de Nueva York. «Durante 1960 y 1970 aparecieron nuevos medios artísticos ante el desgaste de los anteriores. La pintura, considerada desde los años 50 como una disciplina formalista y especialmente plana, revolucionó en cuanto a sus modos de producción».
El público que visite la muestra podrá apreciar obras con colores extravagantes, que mantenían una relación directa con el uso de las drogas; otras con soportes suspendidos en los techos que invitan al espectador a moverse en torno a ellas y que cambiaron la perspectiva del plano pictórico, así como la relación de la pintura con diferentes disciplinas como la escultura y la fotografía, además de objetos cotidianos, que permeaban el mundo del arte en Nueva York.
Reed, agregó que algo importante sobre esta exhibición es que a pesar de que en la época existían figuras dominantes en el ámbito de la pintura, los trabajos que se realizaban se hacían en comunidad, la mayoría trabajaba en un tema similar.
«Para nosotros era muy importante el sentimiento de compartir una problemática en común y el deseo de solucionarlo de alguna forma. En la actualidad los artistas trabajan de manera aislada e independiente, es raro ver que compartan la misma problemática, los mismos intereses o algo en común como en nuestra generación», terminó el pintor.
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