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La maqueta del nuevo recinto museográfico. (Foto: El Milenio)
M éxico, 5 de septiembre, 2007. (Leticia Sánchez/ El Milenio).- El nuevo Museo Soumaya, proyecto del arquitecto Fernando Romero (México, 1971), que se construirá en la colonia Ampliación Granada, en el norte de la Ciudad de México, romperá los cánones arquitectónicos e impondrá tendencias.
El espacio concebido por su creador como un edificio icónico de trascendencia mundial, albergará a una de las más importantes colecciones de arte latinoamericano, la cual está integrada por más de 50 mil piezas, entre antigüedades europeas, textiles, arte virreinal, numismática, arte popular y esculturas de Auguste Rodin.
Tendrán que pasar aproximadamente 30 meses para que el público pueda recorrer este inmueble, el cual pretende llenar el vacío cultural que existe en esa parte de la ciudad.
El joven creador que ha trabajado con los célebres arquitectos Jean Nouvel y Reem Koolhaas, no cree en la arquitectura escenográfica ni en los caprichos formales; para él, la arquitectura que logra trascender es aquella que traduce el contexto social y logra narrar una historia.
Frente a la maqueta del proyecto, el creador explica que el nuevo Museo Soumaya será un edificio que convertirá la visita del usuario en una experiencia orgánica, pues descubrirá un gran espacio.
Delante de la foto de su esposa Soumaya Slim, hija del empresario Carlos Slim, dice que a nivel estructural el museo es un reto. «La estructura está pensada de manera que una serie de columnas tubulares puedan cargar toda la fuerza del edificio. Lo innovador será que el edificio emergerá de una plaza y de que se liberó de las columnas de concreto, considerando que estamos en una zona sísmica».
El fundador del despacho Laboratorio de la Ciudad de México, especifica que el inmueble, diseñado para la colección del Grupo Carso, contará con seis niveles, uno dedicado exclusivamente a la bodega, donde se depositará cada pieza del acervo del Museo Soumaya.
Dice que ve a su creación «como un edifico continuo y hasta de cierta manera minimalista». Será un espacio en cierta medida laberíntico para que el usuario lo vaya descubriendo poco a poco.
Apoyado en el diseño del museo muestra cómo estarán distribuidos los espacios: una vez que las personas entren al recinto podrán acceder a un espacio multiusos, donde se planea la organización de diversas actividades. Para llegar a las oficinas y al área de exposiciones el visitante tendrá que subir por una rampa e irá descubriendo el lugar. El camino lo irá guiando hasta encontrarse en la última planta del edificio, la cual estará totalmente abierta y donde apreciará la segunda colección más importante del mundo de esculturas de Rodín.
Posteriormente bajará y se topará con La Piedad de Miguel Ángel, una de las 12 copias que hay en el mundo; y una vez que haya saciado su curiosidad podrá pasar a la sala de exposiciones temporales, «para el director del museo era fundamental que estuviera en este lugar, al final del recorrido, para invitar a la gente a que caminara por todo el recinto».
Cabe destacar que el Museo Soumaya —cuya localización exacta será Lago Zurich 245, colonia Ampliación Granada, delegación Miguel Hidalgo— es parte de un proyecto arquitectónico integral, conformado por un gran estacionamiento, un centro comercial, oficinas, cines, teatros y edificios destinados para la vivienda.
«La conexión de un programa comercial y museístico a nivel global es una cosa que se ha ido propagado en las últimas dos décadas», dice el director del despacho que ganó el concurso lanzado por la UNAM para construir el anexo del Museo Experimental El Eco de Mathías Goeritz.
Necesitaba mayor espacio
Actualmente , el espacio original del Museo Soumaya, localizado en Plaza Loreto en el sur de la Ciudad de México, es ya insuficiente para albergar y mostrar al público su enorme colección de arte integrada por más de 50 mil piezas, señala su director Alfonso Miranda.
Indica que a casi 13 años de la creación de este recinto, su acervo ha crecido de tal forma que es imposible presentar toda la colección, pues apenas se exhibe 10 por ciento de ella.
«Es momento de que una colección creada por mexicanos pueda tener un espacio ideado para su presentación. Por ello se creará el nuevo museo, que sin duda, será un reto para la arquitectura y para la museografía en México».
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