Rancho Las Voces: Homenaje a Huberto Batis
La vigencia de Joan Manuel Serrat / 18

jueves, mayo 19, 2005

Homenaje a Huberto Batis


Huberto Batis con Juan García Ponce Posted by Hello

Fotógrafo "oficial" de casi todas las mujeres que llegaban a su suplemento -ya fuera para entrevistarlo por su trabajo o para colaborar con él-, el periodista y ensayista Huberto Batis sigue dando de qué hablar: el pasado domingo sus amigos y lectores lo homenajearon, pues llegó a la edad de 70 años. A la par, también ya circula su nuevo libro.

Precisamente el domingo pasado, ante decenas de personas, Huberto Batis habló de todo, desde sus primeros pasos en la literatura, pasando por sus años al frente de revistas e instituciones culturales, hasta su prematura jubilación, a los 68 años, de su querido suplemento «Sábado» (del viejo periódico unomásuno). Es- tá claro que el buen humor no lo ha perdido. Tampoco su disponibilidad. Aceptó contestar algunas preguntas para El FINAN- CIERO hace un par de días.

-¿Cómo le vino este homenaje? ¿Cómo le cayó?

-La verdad me cae como una especie de funeral. Pues siento, y así se lo dije a la gente el domingo, que era la despedida. Sinceramente, no creo que a los 80 años esté aún por aquí.

-¿Tal mal se siente de salud?

-Sí. Tengo una bacteria llamada leptospida, que te provoca tener bajas defensas, y te deprime tu sistema inmunológico. Entonces, uno se siente muy débil. Me tienen que administrar glóbulos blancos, factores de transferencia y antibióticos. El bicho es inerradicable. Está dentro de mí desde hace 20 años, cuando me lo detectaron. Lo transmiten las ratas, los gatos o los caballos; es decir, casi todos los mamíferos. Es una enfermedad que trajeron los ingleses de la India, y luego la regaron por el mundo. Hoy siento dificultades para hablar y me siento cansado. Y no sólo eso: tampoco puedo beber, pues el bicho, con el alcohol, se pone feliz. Prolifera. Le gusta la grasa y el alcohol... come cerebro, come pulmones, come corazón, come riñones. Es terrible.

-Vaya si no lo es. Pero la gente le sigue queriendo, le sigue apreciando.

-Hay de las dos cosas. Hay gente buena en este mundo. Gente a la que estimo y adoro, y que tienen esos sentimientos por mí. Sin embargo, también hay gente muy bellaca, muy malvada, llena de rencores y odio... En fin, creo que tengo un saldo positivo. Tuve en Bellas Artes la presencia de alrededor de 350 personas. Mandaron más de 500 invitaciones. Si hacemos cuentas, creo que nada más faltaron como 150.

-Supongo que de esas 350 personas, 300 habrán sido mujeres y el resto camaradas...

-No, qué va. La cosa iba pareja. Había muchos amigos míos, de la antigua guardia. Estaban amigos como Adolfo Castañón, Ruy Sánchez; y mujeres como Pura López, que fue la que me entrevistó durante el homenaje. Me hizo recordar desde mi infancia hasta nuestros días, en los que hemos perdido muchas de las cosas que teníamos antes; como el suplemento «Sábado».

-Hoy, ¿cómo ve a su querido unomásuno? ¿Qué piensa cuando ve la situación por la que está pasando?

-Siento una tristeza enorme. Porque ahí, donde estaba el periódico, siguen las tiendas de campaña de la huelga. Ya son harapos. Las banderas ya no tienen colores porque tienen dos años que están ahí. Tú sabes que las cosas en este régimen sólo funcionan con la voz del amo. Se supone que ganamos legalmente al señor que compró el diario, exactamente el día que cumplimos 25 años de haberlo fundado. Esa misma semana tenía tales retenciones el sujeto que quería utilizar a los periodistas para conseguir dinero. Si ustedes creen que salen a buscar noticias, dijo, están equivocados. "Salen a buscar dinero." Todo eso se tradujo en un repudio total. Entraron a la huelga casi 450 trabajadores. Y ahí siguen las tiendas de campaña, donde hacen guardia. El único que nos ha hecho caso es López Obrador, que nos manda médicos, medicinas, alimento y baños.

-¿Y cómo le marcó «Sábado»? ¿Qué huellas le dejó?

-Para mí, «Sábado» llegó a ser un suplemento prodigioso. Ya que tenía las colaboraciones de toda la gente de inteligencia y de talento. Desde el grupo de Octavio Paz, congregados en Vuelta (en el que también estaba Krauze), hasta el grupo de Aguilar Camín, aglutinados en Nexos (incluido Florescano). De ambos recibíamos colaboraciones, más los textos de nuestro grupo de amigos que eran gente como Juan García Ponce, Carlos Valdés, José de la Colina, Gabriel Zaid, José Emilio Pacheco, Carlos Monsiváis, entre otros. Es una generación a la que yo pertenezco. Nacidos en los años treinta. También tuve a gente de primera, como Emmanuel Carballo, que venía de los años veinte. Asimismo, tuvimos a la vieja guardia, la mafia de Fernando Benítez, que era Gastón García Cantú, los hermanos Pablo y Enrique González Casanova, Jaime García Terrés o Víctor Flores Olea. En fin, fue un gran grupo.

-Hoy los suplementos andan de capa caída, ¿no?

-Siento que hay una gran proliferación de suplementos. Y me parece que, de alguna manera, están desperdigados todos los escritores, todos los ilustradores, todos los fotógrafos en cada uno de ellos. Sin embargo, también veo que las revistas y los suplementos que hacen son efímeros. Surgen como hongos, y así, de la misma manera, desaparecen. Hemos presenciado (en años pasados) el asesinato, primero, del unomásuno, y después de «Sábado». Esto ocurrió en el año 2002. En el año 2003 se acabó Novedades y el suplemento que hacia José de la Colina (desde hacia 20 años), llamado «El Semanario». Y esta semana se acaba de terminar el suplemento de la Crónica, llamado la «Crónica Semanal». Se acabó porque el periódico tiene tales dificultades económicas que no le habían podido pagar a los colaboradores. Lo mismo sucedió en El Independiente. Entonces imagínate: ¿cómo se puede tener tradición? ¿Cómo podemos tener suplementos serios con tantas dificultades políticas o económicas? Verdaderos mercaderes del periodismo son los que manejan los periódicos hoy; y lo primero que sacrifican son las secciones culturales antes que cualquier otra. Primero van a la calle los poetas y los escritores, luego los demás.