Joaquín Sorolla, autorretrato
Mauricio Marcin
El artista valenciano de la luz, Joaquín Sorolla, ilumina los muros del Museo Nacional de San Carlos con una retrospectiva conformada por 50 piezas que permiten al espectador “seguir con facilidad el desarrollo artístico del pintor”, en palabras de la directora del recinto, María Fernanda Matos Moctezuma.
Sorolla en México es acompañada por una exposición paralela de creadores contemporáneos de este pintor, como Juan Antonio Benlliure, José Villegas y Cordero y Eduardo Chicharro, cuyas obras provienen del acervo de San Carlos. Mediante esta muestra se busca contextualizar mejor las influencias del español y el pensamiento dominante de su época.
La curaduría de la exposición corrió a cargo de uno de los más destacados especialistas en la obra del creador, Florencio de Santa-Ana, director del Museo Sorolla, ubicado en España y se divide en cuatro módulos: la etapa de formación, consolidación, culminación y época final de su vida y obra.
A lo largo de los módulos se pueden observar piezas que evidencian las preocupaciones y los temas recurrentes en su obra como los jardines, los retratos, las escenas costumbristas y paisajes de playa que el propio curador denomina como “costumbrismo marinero de Sorolla”.
Cabe destacar las piezas con escenas costumbristas que denuncian las carencias de las clases marginadas sin caer en la crudeza, donde sus protagonistas son hombres comunes que sortean la cotidianidad. Un ejemplo de esta temática es Remendando las redes, óleo de gran formato que retrata a un cuarteto de mujeres que pasivamente reparan los utensilios que les proveen de alimento, mientras se cobijan de la luz tropical en una choza de maderas gastadas; todas parecen contemplar el paso de la vida sin ansia, con ese heroísmo característico de los hombres sin historia.
En esta obra —perteneciente al acervo de San Carlos— se puede reparar en la compulsiva obsesión de Sorolla por la luz. Entre las grietas de la casa de madera se cuela el sol indiscreto y baña a los cuatro personajes produciendo contrastes sutiles y agudos.
El excepcional manejo que el pintor valenciano realizó de la luz le ha valido que muchos especialistas llamen a su forma de abordar el luminismo como sorollismo.
Por ello, “Sorolla es uno de los más destacados exponentes de la pintura española de finales del siglo XIX y principios del XX”, en palabras de la directora del recinto, ubicado en Puente de Alvarado 50, colonia Tabacalera.
Para una mejor comprensión de la muestra, El Museo de San Carlos ofrece actividades paralelas dirigidas a los distintos públicos que visitan el lugar.
Entre ellas, las narraciones de cuentacuentos trasladarán al espectador —mediante mitos, historias y leyendas— a la época que habitó Sorolla.
Además, se ofrecen talleres infantiles y juveniles en los cuales se realizarán actividades plásticas basadas en las piezas del montaje.
Sorolla en México permanecerá abierta hasta el 8 de agosto, lo mismo que la muestra paralela sobre sus contemporáneos.
El artista valenciano de la luz, Joaquín Sorolla, ilumina los muros del Museo Nacional de San Carlos con una retrospectiva conformada por 50 piezas que permiten al espectador “seguir con facilidad el desarrollo artístico del pintor”, en palabras de la directora del recinto, María Fernanda Matos Moctezuma.
Sorolla en México es acompañada por una exposición paralela de creadores contemporáneos de este pintor, como Juan Antonio Benlliure, José Villegas y Cordero y Eduardo Chicharro, cuyas obras provienen del acervo de San Carlos. Mediante esta muestra se busca contextualizar mejor las influencias del español y el pensamiento dominante de su época.
La curaduría de la exposición corrió a cargo de uno de los más destacados especialistas en la obra del creador, Florencio de Santa-Ana, director del Museo Sorolla, ubicado en España y se divide en cuatro módulos: la etapa de formación, consolidación, culminación y época final de su vida y obra.
A lo largo de los módulos se pueden observar piezas que evidencian las preocupaciones y los temas recurrentes en su obra como los jardines, los retratos, las escenas costumbristas y paisajes de playa que el propio curador denomina como “costumbrismo marinero de Sorolla”.
Cabe destacar las piezas con escenas costumbristas que denuncian las carencias de las clases marginadas sin caer en la crudeza, donde sus protagonistas son hombres comunes que sortean la cotidianidad. Un ejemplo de esta temática es Remendando las redes, óleo de gran formato que retrata a un cuarteto de mujeres que pasivamente reparan los utensilios que les proveen de alimento, mientras se cobijan de la luz tropical en una choza de maderas gastadas; todas parecen contemplar el paso de la vida sin ansia, con ese heroísmo característico de los hombres sin historia.
En esta obra —perteneciente al acervo de San Carlos— se puede reparar en la compulsiva obsesión de Sorolla por la luz. Entre las grietas de la casa de madera se cuela el sol indiscreto y baña a los cuatro personajes produciendo contrastes sutiles y agudos.
El excepcional manejo que el pintor valenciano realizó de la luz le ha valido que muchos especialistas llamen a su forma de abordar el luminismo como sorollismo.
Por ello, “Sorolla es uno de los más destacados exponentes de la pintura española de finales del siglo XIX y principios del XX”, en palabras de la directora del recinto, ubicado en Puente de Alvarado 50, colonia Tabacalera.
Para una mejor comprensión de la muestra, El Museo de San Carlos ofrece actividades paralelas dirigidas a los distintos públicos que visitan el lugar.
Entre ellas, las narraciones de cuentacuentos trasladarán al espectador —mediante mitos, historias y leyendas— a la época que habitó Sorolla.
Además, se ofrecen talleres infantiles y juveniles en los cuales se realizarán actividades plásticas basadas en las piezas del montaje.
Sorolla en México permanecerá abierta hasta el 8 de agosto, lo mismo que la muestra paralela sobre sus contemporáneos.