Rancho Las Voces: Libros / México: Catálogo Colectivo del Patrimonio Bibliográfico
La vigencia de Joan Manuel Serrat / 18

martes, agosto 28, 2007

Libros / México: Catálogo Colectivo del Patrimonio Bibliográfico

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Ejemplar único en el mundo de Graduale dominicale, impreso en 1576. (Foto: Archivo)


M éxico, 27 de agosto, 2007. (Xavier Quirarte/ Milenio).-Balzac afirmó que «un libro hermoso es una victoria ganada en todos los campos de batalla del pensamiento humano», frase que viene a cuento mientras sentimos que nos rodea el peso de miles de años de conocimiento.

Estamos en una sala del Fondo Reservado de la Biblioteca Nacional de México, donde su titular, Liborio Villagómez Guzmán, nos muestra un ejemplar de Graduale dominicale, obra para coro de niños varones con acompañamiento de órgano impresa en 1576 por Antonio de Espinosa.

El libro, ejemplar único en el mundo, es una joya bibliográfica, un testimonio de la música de su tiempo, una ventana a la historia. Es, como muchos otros ejemplares aquí resguardados, «patrimonio de todo el mundo», si nos atenemos a las palabras del Papa Clemente XIX, quien se refería a «todo buen libro». Resguardado en la Biblioteca Nacional, como el resto de los materiales aquí resguardados, Graduale dominicale es un libro que pertenece al mundo.

En estos tiempos en que tanto se habla del derecho a la información, se hace más notoria la necesidad de contar con un instrumento que informe sobre nuestros libros. Al respecto hay que referirse al Catálogo Colectivo del Patrimonio Bibliográfico Mexicano, instrumento de consulta impulsado por el Instituto de Investigaciones Bibliográficas de la UNAM, el cual presentó ayer sus avances en el marco del Seminario de Catalogación de Libros Antiguos.

El titular del Fondo Reservado explica la trascendencia de esta iniciativa de la Biblioteca Nacional para que, por primera vez, se cuente con un registro «de todos los libros antiguos que se conservan en las bibliotecas del país, con el objetivo de tener un registro de nuestro patrimonio bibliográfico. Hasta hace pocos años, unos 17 o 18, no había gente especializada en catalogar el libro antiguo, de ahí que en 1990 la Biblioteca Nacional haya iniciado un proyecto para empezar por catalogar todos los libros de su acervo».

En años recientes ha crecido el interés por preservar mejor estos materiales y varias instituciones ya han catalogado sus fondos antiguos, como es el caso de la Biblioteca Palaxofiana, el Fondo Lafragua y las bibliotecas de la Universidad Iberoamericana y del Instituto Nacional de Antropología e Historia, entre otras.

Esto significa un avance hacia la realización de un catálogo colectivo, trabajo que podría tardar varios años porque, como explica Villagómez Guzmán, «muchos estados no cuentan con estructura para realizar estas tareas. Sin embargo, creo que conforme se vaya difundiendo este trabajo y se conozcan sus bondades y beneficios, despertará mayor interés».

Proyecto a largo plazo

Rosa María Gasca, coordinadora de la Biblioteca Nacional, comenta que ha habido varios intentos por catalogar el patrimonio bibliográfico en México, pero es la primera vez que se integra un proyecto nacional. «Se ha trabajado con una base datos especial que tendrá su sitio en la página electrónica de la Biblioteca Nacional y se ha hecho la convocatoria a todas las instituciones que reservan fondos patrimoniales. Es un proyecto a largo plazo, pues nada más por mencionar, en España se cuenta con un millón de registros. Es tiempo que en México las instituciones que resguardamos fondos patrimoniales nos organicemos para mostrar toda esta riqueza patrimonial». Contar con este catálogo en línea será fundamental para los investigadores de la historia del libro y otras disciplinas. «Va a ser fantástico porque en un solo catálogo van a encontrar todos los fondos, sabrán con qué tipo de libros se cuenta. Seguramente se van a abrir muchos estudios sobre el periodo novohispano».

En una segunda etapa podría realizarse un catálogo colectivo de América Latina con el apoyo de la Asociación de Bibliotecas de Estados Iberoamericanos, considera la funcionaria. «El patrimonio del libro antiguo es fundamental porque, más allá de computadoras y bases de datos, está el libro y lo que ha representado en la historia de las ideas y la historia de la cultura en cada época».

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