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Autografió libros. (Foto: Yoladin Xolapa)
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iudad Juárez, Chihuahua. 3 de abril de 2013. (RanchoNEWS).- Decir Gabriel Orozco para muchos es nombrar al más importante artista conceptual mexicano y a uno de los exponentes más importantes a nivel mundial. Artífice lo mismo de video y dibujo que de instalación artística, fotografía y escultura; para otros es un autor que deja a sus espectadores expectantes ante lo incomprensible, su obra es tan cotidiana y aparentemente tan sencilla que se pierde en la urbanidad. Una nota de Merry MacMasters para La Jornada:
Libro «largamente esperado que contribuirá al mayor y mejor conocimiento del universo orozquiano», afirmó María Cristina García Cepeda, titular del Instituto Nacional de Bellas Artes, al dar la bienvenida al acto.
Ante el público que la noche del pasado lunes abarrotó la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, Orozco explicó: «No es una cuestión de que me guste o no, sino que es el arte (el muralismo) que me da a pensar más, que constantemente me hace ponerme en su lugar. Trato de pensar cómo resolverían esto, por qué decidieron utilizar estas estrategias de producción, de estética, de talleres de trabajo. Estamos hablando de artistas, cada uno a su manera, que hicieron cosas muy innovadoras en términos de cómo producir arte y hacerlo circular en la sociedad.»
El comentario vino a colación, debido a una remembranza hecha por la crítica de arte María Minera de que hace casi siete años en esta misma sala el escritor Pablo Soler Frost dijo que Gabriel Orozco «es el verdadero heredero de los tres grandes del muralismo mexicano: Rivera, Siqueiros y Orozco, es el otro, aunque no un cultivador. Más bien es como un hijo pródigo que ha sabido usar esa herencia para ocupar el corazón mismo del arte nacional obligándolo a renovarse.»
Gabriel Orozco recordó que justo hace seis años falleció Mercedes Iturbe, quien fue directora del Museo del Palacio de Bellas Artes y curadora, junto con Patrick Charpenel, de la exposición que allí se presentó, razón por la cual la muestra del MoMA, que luego se montó en otros tres países, no vino a México.
De allí el interés de que el libro/catálogo se publicara en español, que el mismo artista lanza al vuelo como «un nuevo boomerang, para ver cómo regresa. Espero que vuelva muy leído y maltratado, bañado por el viento, la intemperie, para que sea útil, porque es una bitácora, un diario que intenta aproximarse a un libro en que se cuenta una historia.»
Gabriel Orozco manifestó que cuando viene a México lo que más lee es la novela sobre la Revolución, porque «me encanta leer hechos, lo que ha pasado y sigue pasando». Traducido al campo del arte, «buscar la veracidad de los hechos que la obra misma en teoría debería generar.»
Mapa de navegación
Para el escritor Juan Villoro, el libro es «un mapa de navegación de un explorador que ha partido sin rumbo fijo y que ha hecho buena parte de su trayectoria fuera de México.»
Agregó que «recientemente Gabriel se ha interesado en el tema del boomerang también como objeto estético, pero sobre todo como dinámica. El objeto que se lanza y que regresa, el círculo trazado en el aire, elemento inmanente a la imaginación en Gabriel, que vemos aparecer una y otra vez al modo casi de una mantra».
El escritor Sergio González Rodríguez, quien cada año elabora una lista de lo mejor y lo peor en términos de libros publicados, incluyó el presente volumen como «el más importante del año».
Gabriel Orozco, quien antes de comenzar la presentación firmó ejemplares de su libro, abrirá una exposición de 12 a 14 horas con obra reciente el sábado 13 en la Galería Kurimanzutto (Gobernador Rafael Rebollar 94, colonia San Miguel Chapultepec).
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