.
Fotograma de la cinta. (Foto: Archivo)
Ciudad Juárez, Chihuahua. 29 de octubre de 2013. (RanchoNEWS).- El Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) recibió como invitado de honor en su 11 versión al escritor, cineasta, historietista y «psicomago», Alejandro Jodorowsky, para quien el cine no debe ser otra cosa más que una «expresión humana sublime». El estreno de su película La danza de la realidad, proyectada por primera vez en México durante el encuentro, marca su regreso a la silla de director después de 23 años, durante los cuales su trabajo fílmico nunca estuvo del todo ausente de las salas cinematográficas, informa Jessica Oliva desde Morelia para Milenio.
Como parte de las actividades del festival, celebrado del 18 al 26 de octubre, el cineasta franco-chileno presentó dicho largometraje y ofreció una conferencia magistral sobre el arte de crear. Frente a una multitud arremolinada dentro del Teatro Morelos del Centro de Convenciones de Morelia, habló de ese proceso creativo que inicia con una mirada humanista y termina con el enfrentamiento de los propios miedos.
«Para hacer cine hay que saber qué es ser humano. Yo creo que es un ser sublime. Todos tenemos un ser esencial, un tesoro interior y por tanto, somos dignos de respeto. Pero el potencial debe ser colectivo, porque solos nos convertimos en islas. Cuando nos tomamos los unos a los otros ya no somos víctimas, sino creadores de realidad. Cada ser humano es una maravilla en potencia. Servimos para algo, aunque no servimos para lo mismo», señaló ante la multitud.
De acuerdo con el cineasta, director de filmes de culto como El topo y Santa sangre, el cine debe ser «algo más» que una industria que vale por los millones que recauda, más allá de la fabricación industrial americana. «Vi Avatar, que costó millones, y ya no me acuerdo de nada. Vi El perro andaluz, de Buñuel y Dalí, y una sola imagen se me quedó para toda la vida. Entonces me dije: voy a hacer cine e imágenes para que las personas no las olviden nunca. Quiero hacer un cine en que el espectador reciba un impacto emocional y salga con algo», comentó.
En palabras del también director de teatro y mimo, el séptimo arte debe ser una expresión artística que resulta de la energía creadora humana, en donde «los cuerpos son sagrados» y cuya mirada se encuentra lejos de lo comercial y de los productos de consumo. Dicha capacidad de creación surge del universo interior de la persona y se extiende a todas las manifestaciones humanas. La energía creativa es un tesoro que se pone sobre algo: la danza, la pintura, la política, etc. Yo las pongo en el cine. Descubran una pasión. Si no hay pasión no hay obra verdadera. Dedícate a algo, el comienzo de tu pasión es el comienzo de la felicidad», afirmó.
Jodorowsky también habló sobre la creación de La danza de la realidad, un filme autobiográfico e imaginativo que retoma su propia infancia en su natal Chile. Basada en el libro de memorias homónimo, publicado en 2010, la cinta da cuenta de la difícil relación que el cineasta mantuvo con su padre, Jaime.
«Jaime quería que Alejandro fuera un hombre de inmediato y se convirtió en una fuerza negativa, por su rencor y tristeza. Alejandro quería hacer un proceso emocional de sanación de eso, entonces quiso hacer esta película. Primero hizo el libro, pero la imagen de Jaime en él seguía siendo terrible. En la película es distinto pues lleva a este personaje a su humanidad», señaló el realizador.
REGRESAR A LA REVISTA