Rancho Las Voces: Música / México: Velada memorable con la Orquesta Barroca de Friburgo en el teatro Peón Contreras
La vigencia de Joan Manuel Serrat / 18

martes, octubre 22, 2013

Música / México: Velada memorable con la Orquesta Barroca de Friburgo en el teatro Peón Contreras

.
Integrantes de la Orquesta Barroca de Friburgo, en imagen de abril de 2007. (Foto: Marco Borggreve)

C iudad Juárez, Chihuahua. 21 de octubre de 2013. (RanchoNEWS).- La de ayer fue una noche memorable para quienes asistieron al centenario teatro José Peón Contreras a escuchar a la Orquesta Barroca de Friburgo, en la que significó la actividad inicial de abono del Festival Internacional de la Cultura Maya (FICMaya) y la primera de las 20 propuestas que el Festival Internacional Cervantino comparte con Mérida. Una nota de Ángel Vargas para La Jornada:

Y es que los 24 músicos de la reconocida agrupación alemana obsequiaron un concierto de profunda emotividad y dominio técnico.

El programa comenzó de manera festiva con una pieza del alemán Reinhard Keiser (1674-1739). Fuera de la visión de la sala, sonaron los redobles de un tambor al tiempo que la veintena de músicos se fue incorporando de forma paulatina sobre el escenario y sumando su respectivo instrumento para al cabo de unos cuantos segundos dar forma a una obra brillante, colorida.

Desde ese momento los ejecutantes intercambiaron miradas y sonrisas cómplices y de entendimiento.

En ese ánimo, llegó la siguiente obra, del italiano Pietro Antonio Locatelli (1693-1764), otra partitura solar y gozosa, sonriente.

De la inmovilidad al frenesí

Los aspectos visual y sonoro se amalgamaron en el quehacer de los de la Orquesta Barroca de Friburgo.

La parte visual, en tanto, no fue menos atractiva, pues sobre el escenario pudo apreciarse el placer y el disfrute con los que los instrumentistas encaran y dan cuenta de su tarea. Verlos era como estar frente a un grupo dancístico improvisando una acompasada y tersa coreografía, un cuerpo de agua que transitaba de una inmovilidad casi absoluta a una marejada frenética, según la naturaleza emocional de la obra en turno.

El momento cúspide del concierto llegó con la tercera pieza del programa, del alemán Georg Philipp Telemann (1681-1767), una partitura de una dulzura y emotividad apabullantes.

Luego de un intermedio de 20 minutos, la orquesta alemana –fundada en 1985 y cuya característica principal es que sus integrantes usan instrumentos y técnicas antiguos–, regresó de nueva cuenta al escenario para hacer frente a otra obra de Telemann, de espíritu más contenido, no por ello menos arrobador.

Con Georg Friedrich Handel (1685-1769) llegó la parte dramática, intensa y sobria de la velada.

Así llegó a su fin este concierto. Los integrantes de la orquesta de Friburgo no se fueron sin regalar un encore en reciprocidad a la estridente y prolongada ovación de la concurrencia.

Y, tal cual el inicio, ofrendaron una música festiva, reluciente, debida a Jean-Philippe Rameau (1683-1764). Noche seguramente inolvidable para muchos de los de la tierra del Mayab.



REGRESAR A LA REVISTA