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Imagen del país nórdico. (Foto: BBC)
Ciudad Juárez, Chihuahua. 21 de octubre de 2013. (RanchoNEWS).- Islandia está viviendo un auge de libros. Esta nación de poco más de 300.000 personas tiene más escritores, más obras publicadas y más libros leídos per cápita que cualquier otra nación del mundo, escribe Rosie Goldsmith desde Reykjavik para la BBC.
Es difícil evitar a los escritores en Reykjavik. Hasta hay una frase en islandés que refleja el fenómeno: «Ad ganga med bok I maganum» («Todo el mundo da a luz a un libro»). Literalmente, todo el mundo «tiene un libro en el estómago» y uno de cada diez islandeses publica uno.
«¿No los vuelve muy competitivos?», le pregunto al joven novelista Kristin Eirikskdottir. «Sí. Sobre todo porque yo vivo con mi madre y mi pareja, que también son escritores de tiempo completo. Pero tratamos de publicar en años alternos, así que no competimos demasiado». En una excursión especial de sagas por la ciudad –sagas como narraciones– nos muestran placas con diversos relatos en los edificios públicos.
Fechadas desde el siglo XIII, las sagas islandesas cuentan la historia de los colonos nórdicos del país, que comenzaron a llegar a la isla a fines del siglo IX.
Las sagas están escritas incluso en servilletas y tazas de café.
Cada visita que hacemos a un géiser o una cascada incluye una historia de antiguos héroes y heroínas. Nuestro guía se levanta en medio del viaje a recitar su poesía. El padre de nuestro conductor de taxi y su abuelo escriben biografías.
Los bancos en los espacios públicos tienen códigos de barras para escuchar una historia en el teléfono inteligente mientras se está sentado.
De fiesta
Reykjavik está de fiesta con sus escritores. Es la época del festival libro.
El ganador del Man Booker Prize Kiran Desai y el autor de «Generación X», Douglas Coupland, se codean con las grandes estrellas literarias islandesas Gerdur Kristny y Sjon.
Sjon también compone letras de canciones para Björk, la superestrella musical de Islandia.
«Aquí los escritores son respetados», dice Agla Magnusdottir. «Ellos viven así. Algunos incluso tienen un sueldo».
Magnusdottir es la jefa del nuevo Centro de Literatura, que ofrece apoyo estatal para las obras islandesas y su traducción.
«Se escribe de todo –sagas modernas, poesía, libros infantiles, ficción literaria y erótica–, pero lo que está en auge es la novela policial», explica.
Esto quizá no sea una sorpresa en un país nórdico. Pero las cifras de ventas de novelas policiales son asombrosas: el doble que la de cualquiera de sus vecinos.
Pero, ¿qué ha llevado a este auge fenomenal del libro en Islandia? Yo diría que se debe a una cosecha de grandes escritores, que cuentan relatos fascinantes con una economía de lenguaje elegante y personajes fantásticos.
Con sus cauces de lava negra, su tierra humeante, su burbujeante tierra, sus imponentes volcanes y sus arroyos de cuento de hadas, Islandia es un escenario perfecto para las narraciones.
No es de extrañar que JRR Tolkien y Seamus Heaney se sintieran extasiados con este país, y la Unesco designara a Reykjavik como Ciudad de la Literatura.
Solvi Bjorn Siggurdsson, un novelista islandés, dice que los escritores le deben mucho al pasado.
«Somos una nación de narradores. Cuando estaba oscuro y frío, no teníamos nada más que hacer», afirma.
«Gracias a los eddaspoéticos y las sagas medievales, siempre hemos estado rodeados de relatos. Después de la independencia de Dinamarca en 1944, la literatura ayudó a definir nuestra identidad».
Siggurdsson rinde homenaje al Premio Nobel de Literatura islandés, Halldor Laxness, cuyos libros se venden en gasolineras y centros turísticos de la isla. Los locales le ponen su nombre a sus mascotas y hacen peregrinaciones a su casa.
«Cuando Laxness ganó el Premio Nobel en 1955 puso la literatura islandesa moderna en el mapa», dice Solvi. «Él nos dio la confianza para escribir».
Cenizas y caídas
Una combinación de debacle y ceniza también puso a Islandia en el mapa.
Primero llegó la kreppa o colapso financiero de 2008, que contribuyó a desencadenar la crisis económica mundial. Luego vinieron los problemas por la nube de ceniza de uno de los muchos volcanes activos en Islandia.
Hallgrimur Helgason –humorista, pintor y escritor– dice que la kreppa hizo que los islandeses pusieran los pies en la tierra.
«Nos hizo menos complacientes y les dio a los artistas una oportunidad creativa, como (Margaret) Thatcher hizo con Reino Unido», dice sonriendo. «Nos fijamos en la política también; no todo está relacionado con las sagas».
Pero algunos también temen una kreppa del libro. Islandia tiene tantos escritores que hay una enorme presión sobre los editores.
En esta época del año es el jolabokaflod o la «Corriente Navideña del Libro», que es cuando se publican más libros.
Cada familia recibe un catálogo de obras en su puerta. Lo revisan minuciosamente como si fuera un inventario de muebles. Todos reciben libros como regalos de Navidad, de tapa dura y envueltos para regalo.
«Incluso ahora, cuando voy a la peluquería no quieren de mí chismes de celebridades, sino recomendaciones de libros para Navidad», dice Kristin Vidarsdottir, directora del proyecto de la Ciudad de la Literatura, de la Unesco.
Pero un mechón de cabello azul me advierte de la presencia de la persona más famosa de Islandia. La cantante Björk asiste a varios de los eventos del festival.
«Es genial verla apoyando a los escritores», le digo.
«Es un lugar pequeño. Crecimos juntos», responde. «Nos apoyamos unos a otros».
Si, érase una vez, Björk era la mayor marca cultural de Islandia, ahora está acompañada por toda una bokaflod (corriente) de autores.
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