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En el festival Cervantino, hoy se estrena la ópera Bola negra: el musical de Ciudad Juárez, de la compositora Marcela Rodríguez y el narrador Mario Bellatin. En la obra, que aborda los claroscuros de vida en esa urbe fronteriza, participa un grupo de jóvenes, habitantes de una zona marginada, quienes formaron un coro que grabó la banda sonora del filme que acompaña el montaje, con dirección escénica de Jesusa Rodríguez. (Foto: Cortesía FIC)
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iudad Juárez, Chihuahua. 23 de octubre de 2013. (RanchoNEWS).- Despertar en los espectadores el instinto de supervivencia que se ha dormido en los mexicanos. A eso apela Bola negra: el musical de Ciudad Juárez, expresa Jesusa Rodríguez, directora escénica de esta ópera compuesta y dirigida por Marcela Rodríguez, también libretista de la misma con el escritor Mario Bellatin, que se presentará los días 24 y 25 en el Festival Internacional Cervantino (FIC). Una nota de Merry MacMasters para La Jornada:
«Ya ni siquiera reaccionamos ante nuestra propia amenaza, pues cuando se pierde el instinto de supervivencia, se pierde la vitalidad. Estamos muertos, sólo un pueblo muerto vuelve a votar por el PRI,» indica Jesusa.
No obstante, « todavía hay un instinto que va a brincar como cuando chocas y luego no entiendes por qué apareciste hecho bolita allí en la esquina del coche, porque tu instinto fue lo que te salvó. A este pueblo lo tiene que salvar su instinto, porque estamos en niveles muy degradantes. Esta ópera, para mí, es un salto del instinto.»
De acuerdo con la compositora y el escritor, con la presente puesta en escena se concreta un proyecto de varias etapas. « Primero, armar una ópera en plena frontera, en un momento terrible; hacerla película, un filme autónomo del proceso». En la puesta en escena el documental, basado en una novela de Bellatin, y estrenado en México en enero pasado en el Palacio de Bellas Artes, es intervenido a la manera de una instalación teatral.
La presente colaboración nació de la curiosidad de Bellatin por saber cómo Marcela Rodríguez escribe una ópera: « Quisimos hacerlo con personas marginadas, primero, con sordomudos, pero no se pudo. De repente en el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) alguien se dio cuenta que armábamos esto. Dijeron, ‘podemos apoyarlos, queremos que se vayan a Ciudad Juárez’. Claro, la ópera ya la escribíamos y me daba cuenta que las frases sueltas reflejaban el país aunque el cuento –Bola negra– de Mario no tiene nada que ver», explica Marcela en entrevista.
Al trasladarse a Ciudad Juárez, « sentimos que de alguna manera nos habían vendido una imagen que habla del caos, algo fuera de control, que las fuerzas del mal estaban desatadas, y una de las sorpresas más fuertes que tuvimos fue ver que todo estaba organizado para que fuera así. Siempre había alguien que sacaba partido de todo esto. Veíamos víctimas espantosas, pero era porque alguien tenía que pagar los platos rotos».
A partir de eso, continúa Bellatin, « tratamos de reconstruir con las víctimas que son la parte sensible, indefensa de la sociedad». La película se rodó con un coro formado por jóvenes originarios de Ciudad Juárez que asisten a clases impartidas por el INBA.
El escritor anota que muchos de los jóvenes son hijos de las muchachas que se trasladaron a la urbe fronteriza a trabajar en las maquilladoras. Viven en zonas aisladas, sin ningún futuro.
« Hacen el trabajo sucio, pero en provecho de otros que no sabemos quiénes son, que no dan la cara, agrega Bellatin, quien los equipara con las llantas de desecho utilizadas como parte de la escenografía. No hay nadie que abogue por ellos; incluso, muchos tienen ya una sentencia de muerte. Lo veíamos por los tatuajes. No llegan a los 19 años de edad y a veces por 300, 500 o mil pesos los matan ».
A partir de esta edición, el FIC comisionará la creación de una ópera a artistas mexicanos. Un escritor, un compositor y un director de escena sumarán su talento para construir una obra sobre temas de actualidad.
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