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Aspecto actual de la escultura. (Foto: Excélsior)
Ciudad Juárez, Chihuahua.15 de octubre de 2013. (RanchoNEWS).- Mientras el INAH interpone su denuncia ante la PGR y las autoridades del Distrito Federal evitan explicar la razón por la cual no hubo contrato ni fianza con el responsable de la empresa Marina Restauración de Monumentos, que intervino la escultura ecuestre del rey Carlos IV, de España, realizada por Manuel Tolsá en el siglo XVIII, y le causó daños irreversibles, lo que sigue es la restauración del monumento localizado en la plaza Tolsá, frente al Museo Nacional de Arte y al Palacio de Minería, informa Leticia Sánchez Medel desde la Ciudad de México para Milenio.
Jaime Ortiz Lajous, una de las figuras más reconocidas en el campo de restauración y cofundador del Centro Internacional de Conservación del Patrimonio, con sede en Canarias, España, no sólo cuestiona esta intervención, a la que califica «como vandálica, al violarse todas las leyes habidas y por haber», sino que va más allá: propone realizar «una consulta con los restauradores de metales más reconocidos del mundo, para saber realmente cómo proceder adecuadamente en la recuperación de nuestro monumento ecuestre».
Asimismo, por su experiencia en la restauración de obras de ciudades como Guanajuato, Ortiz Lajous sugiere recurrir a los laboratorios de la Fundación Getty, que cuentan con la más alta tecnología en el estudio y constitución de materiales, debido a que «nos pueden revelar cómo está hecha la pátina, así como el tipo de fundición que se utilizó en El Caballito».
Por su parte, la restauradora Lucía Ruanova, con estudios en Italia, Grecia y Francia, señala que uno de los métodos a utilizar podría ser la técnica láser, que ha tenido muy buenos resultados en la restauración de El Partenón, en Atenas, Grecia, y en la escultura de Marco Aurelio.
Sin embargo, destaca que para proceder a la restauración es fundamental e indispensable realizar un escaneo de la escultura para ver su constitución y saber de qué materiales está conformada, así como los daños registrados por el tiempo y la intervención de septiembre.
«La restauración se emprenderá hasta que contemos con un estudio de condición y con todos los análisis, mineralógicos físicos y químicos de la aleación, así como con el escáner de la estatua de su estructura y del pedestal, así que nadie sin esos elementos se atrevería a intervenir la escultura», aseguró.
Ruanova –quien junto con el historiador Guillermo Tovar de Teresa dieron la voz de alarma sobre este tema en Facebook– destaca que «la estatua en bronce de Marco Aurelio, tardó seis años en restaurarse, y que la Victoria de Samotracia, del Museo de Louvre, está juntando 4 millones de euros para el proyecto de restauración. Son trabajos que tardan mucho tiempo y tienen que estar hechas por profesionales, a partir de un dictamen multidisciplinario que nos diga cuál es el estado que guarda la escultura, entonces sí se podrán proponer muchas formas para restaurar la escultura del rey Carlos IV».
Paso a paso
Los especialistas Jaime Ortiz Lajous y Lucía Ruanova aseguran que el primer paso para restaurar debidamente la escultura ecuestre del rey Carlos IV, de España, de Manuel Tolsá, es realizar un escaneo tras el daño realizado al monumento en 50 por ciento de la superficie de la estructura, tras la pérdida irreversible de la pátina original a causa de la utilización del ácido nítrico al 30 por ciento –incluida la desaleación y pérdida irreversible de elementos (estaño y zinc), la corrosión del bronce y la abrasión de la superficie por el uso de cardas metálicas.
Se deben considerar las opiniones y las sugerencias de expertos internacionales. Sólo con ese diagnóstico apoyado en la tecnología, se podrá precisar el daño realizado también al pedestal del monumento ubicado en la plaza Tolsá, y su posible recuperación
Asimismo, con esta especie de «radiografía» se podrán determinar qué tipo de acciones se pueden emprender para restaurar el otro 50 por ciento de la pieza que no resultó dañado en su aleación.
De las últimas técnicas que existen en el mundo, recomiendan la abrasión con láser, pero si se opta por este procedimiento, el Gobierno del DF tendría que comprar la máquina y capacitar a los restauradores.
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