C iudad Juárez, Chihuahua. 30 de septiembre de 2013. (RanchoNEWS).- El escultor griego Vassilakis Takis, amigo del pintor Lucian Freud (1922-2011), asegura que este último tuvo 500 amantes y que nunca se quiso comprometer con ninguna de ellas. De ser cierto el cálculo, y teniendo en cuenta que la primera que se le conoce es Lorna Garman hacia 1945, cuando el artista contaba 23 años de edad (falleció con 88), la media que sale es de una amante cada seis semanas, o mes y medio, durante 65 años. ¿Suficiente para entrar en el libro de los records? Una nota de Conxa Rodríguez para El Mundo:
La vida del pintor ajena, o paralela, al pincel, el óleo y el lienzo es el hilo conductor del libro Breakfast with Lucian. Portrait of the artist (Desayuno con Lucian. Retrato del artista), de inmediata publicación, escrito por el periodista Geordie Greig, quien desayunó ocasionalmente con el artista en los últimos 10 años de la vida del nieto del creador del psicoanálisis, Sigmund Freud. No es una biografía al estilo tradicional porque el personaje tiene muy poco de convencional; desde la huida de la Alemania nazi a Londres hasta los amoríos con una joven enferma terminal, con una drogodependiente o con algunas de las modelos que posaban para ser inmortalizadas en retratos pintados en el destartalado estudio de Holland Park, al este de Londres.
Las horas de conversación y grabaciones entre el periodista y el maestro del hiperrealismo, junto con la opinión de algunos de los hijos o amigos, conforman el cuerpo del volumen que estos días sale a la luz y del cual se desprende la conclusión de que el pintor compaginaba arte y sexo como quien trabaja y acude al lavabo a ejercitar una función biológica. «Podía ser cruel como amante y como padre, pero era un hombre sumamente interesante», apunta el autor del libro acerca del que fue conocido durante tiempo como el artista que quedaba vivo más importante del siglo XX (tras la muerte de Picasso y otros grandes nombres del mismo siglo). El realismo y la anatomía humana dramatizada fueron, sin duda, el trazo que surgió de su producción artística. Hasta las modelos tipo 'muñecas Barbie', como Kate Moss, a quien tatuó en el culo, según cuenta en el libro, aparecen de carne trémula, despojadas de la belleza de plástico y la cosmética que las caracteriza.
En el mundo del arte gravita el rumor de que Lucian Freud engendró 40 hijos. Por una casualidad de números cuatro o una afinidad en las pronunciaciones de las cifras (40 y 14) en inglés, de hijos reconocidos sólo hay 14, nacidos de seis mujeres, y herederos del legado del pintor. Una de la prole es Jane McAdam, nacida en 1958, la mayor de los cuatro hijos que tuvo Freud con Katherine McAdam, quien me contó que «hasta los 8 años de edad, mi padre era una figura constante en mi vida, pero después perdí el contacto con él, y no lo recuperé hasta que yo tenía 30 años de edad y ya era artista. Desde entonces estuve mucho con él, incluso en los últimos años cuando ya estaba enfermo».
Jane, sus hermanos, y sus numerosos medio hermanos nunca se sentaron juntos alrededor de una mesa para comer, contarse un viaje o echarse una bronca que es lo que suelen hacer las familias convencionales. Del retrato del artista que se publica ahora se desprende la noción de que Lucian Freud, además de ser el gran artista y dramatizador del alma humana, era un gruñón y cascarrabias que no toleró a muchos miembros de su familia, desde su padre hasta su hermano Clement. La única mujer que le hizo daño al abandonarlo fue Caroline Blackwood, su segunda y última esposa, con la que no tuvo hijos. Blackwood era la heredera de los Guinness que quizás, por eso, no lo quieren meter en el libro de récords.
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